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martes, 24 de septiembre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTRA VIDA CRISTIANA Y NUESTROS HIJOS

La semana pasada estuvimos hablando de lo importante que es la mayordomía en nuestras vidas, sabiendo que no somos los Señores de nuestra vida sino solamente los administradores de todo lo que Dios nos ha dado, siendo él El Señor a quién daremos cuenta de cómo hemos cuidado de todo lo que ha puesto en nuestras manos.
Empezamos a hablar de la mayordomía en  nuestra vida cristiana y saber que pertenecemos a Jesús y debemos demostrar en todo momento y en todo lugar que El está en nuestra vida, también vimos que debemos ser ejemplo a todos lo que están cerca de nosotros ya que aunque prediquemos y hablemos de Dios si nuestros actos son contrarios a lo que decimos perdemos la eficacia de mostrar a Dios en nuestra vida y por ultimo también vimos que nuestro testimonio es sumamente importante compartirlo a los demás, nada mejor para poder mostrar un Dios vivo que contarle a las personas las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Asi que hoy continuaremos hablando de la mayordomía de nuestra vida cristiana HOY en relación a nuestros hijos, quienes son los primeros que están a nuestro lado y lo importante que es transmitir a nuestra generación la vida de Dios, la vida Cristiana en nosotros.
Para ello quiero reflexionar en 3 aspectos que nos pueden ayudar a mejorar la mayordomía de nuestra vida cristiana en relación a nuestros hijos:
1.Nuestros hijos son nuestra primera tierra:  La palabra de Dios nos dice que llevemos la semilla del evangelio para que las personas puedan conocer de Jesús y la primera tierra que tenemos cercana es el corazón de nuestros hijos, muchas veces nos esforzamos por predicar a Cristo, llevar una vida en santidad delante de Dios, hablamos a nuestros compañeros de trabajo, hermanos, amigos y les transmitimos la vida de Dios en nosotros, pero al volver a casa quizás estamos cansados, preocupados y en la tierra en la que deberíamos sembrar con mas empeño, mas alegría y dedicación  la vida de nuestros pequeños, no siempre tenemos el mismo ánimo y esfuerzo, ellos son nuestra primera tierra para sembrar las semillas de la fe que crecen en nosotros, nuestros hijos son los primeros que miran nuestro caminar, que se dan y se darán cuentav si lo que pensamos, decimos y actuamos va en armonía con lo que predicamos, ellos verán si decimos que no hay que mentir pero nos miran mentir por alguna tontería, ellos verán si decimos que hay que orar pero les enviamos al colegio o a la cama sin orar al Señor presentando o despidiendo el día, ellos están en todo y lo que vamos sembrando dará su fruto tarde o temprano.  Esto nos lleva al segundo punto.
2. Nunca es pronto y nunca es tarde para comenzar:  Muchas veces decimos que nuestros niños son muy pequeños para aprender de Dios y ya crecerán, pero no es así, desde el vientre podemos empezar a hablarle a nuestros niños de Jesús, a orar con ellos, leerles salmos, leer la palabra de Dios en voz alta porque los bebes desde el vientre escuchan, luego al nacer cada día orar con ellos, antes de irlos a dormir, al despertarse, no se trata de hacer en un gran devocional con ellos pero si que su fe vaya creciendo ellos sabrán que lo primero es ir a Jesús, tienes fiebre no corramos al apiretal o a llamar al pediatra, lo primero es oremos al Señor para que te sane y damos los pasos siguientes después, pero lo primero ir al Señor, si tiene necesidad o deseo de un juguete de un libro de alguna cosa que les haga ilusión lo primero es ir a Jesus, el puede conceder o no conceder los deseos de nuestros corazones, si tienen alguna prueba, algún examen en el colegio, cualquier cosa enseñémosles buscar al Señor.  Tenemos un hijo de 10 años y algunas veces me sorprende porque antes de un partido de un partido de futbol o de basket llega conmigo o con su papa y me dice “mama o papa ora por mi, para que Dios me dé habilidad y no tenga ningún golpe y me vaya bien”  esa fe no nació ayer, es el trabajo de muchos años sembrando en nuestros hijos y lo que nos queda por sembrar, pero podemos estar seguros que Dios tocará sus corazones cuando llegue el momento y serán futuros siervos de Dios de ejemplo y poderosos en el Reino de Dios. Tampoco nunca es tarde para comenzar a hablar a nuestros de Dios y que vean cambios en nosotros eso puede transformar sus vidas aunque ya no sean pequeños. (re cien convertidos)
3. Oremos por nuestros hijos, no temamos corregirles y declaremos la palabra de Dios en ellos,  es muy importante como padres orar por nuestros niños, si van al colegio o algún dia irán debemos cubrirles con nuestra oración porque se enfrentan muchas oras de día a distintas situaciones y personas que pueden robarles su fe, hacerles daño o cambiar los principios que traen de casa, enseñarles es muy importante pero orar por ellos es crucial. No temamos corregir a nuestros niños desde pequeños, no les dejemos hacer lo que quieran porque son pequeños, no dejemos que se contaminen con música del mundo o ideas pensando ya crecerá y cambiará, establezcamos principios en nuestra casa que ellos respeten y puedan aprender a caminar en ellos para que cuando estén solos no vacilen o duden de lo que tienen que hacer y por ultimo declaremos la palabra de Dios en sus vidas, hablemos palabras de bendición sobre ellos, en momentos de enfado desechemos totalmente palabras como tonto, no vales, no puedes torpe, etc. Pero también hablemos sobre ellos bendición, bendigámosles con nuestras palabras, que bonito sería que pudiéramos decirle a nuestros hijos Dios ha hecho grandes cosas en nosotros y como padres Dios nos ha levantado como sus siervos pero TU puedes hacer cosas más grandes que nosotros y pasarles visión para su vida.
Así que resumiendo un poco recordemos:
Que nuestros hijos son nuestra primera tierra para enseñar y predicar
Que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para hablarles de Dios y enseñarles a depender de El.
Y tercero recordemos orar por nuestros hijos, corregirles en lo que sea necesario y bendecirles con nuestras palabras.  Estos sencillos consejos nos pueden ayudar a mejorar nuestra mayordomía como padres…
Próxima semana comenzaremos a hablar de La mayordomía de nuestras emociones y comenzaremos con el enojo.


martes, 17 de septiembre de 2013

MAYORDOMIA Y MAYORDOMIA DE NUESTRA VIDA CRISTIANA

Hoy continuaremos hablando de esta área de nuestras vidas llamada Mayordomía… para refrescar un poco que es la mayordomía podemos decir que  la palabra de Dios dice en 1ra. Pedro 4:10 “QUE SOMOS ADMINISTRADORES DE LA MULTIFORME GRACIA DE DIOS”  la palabra de Dios habla que nosotros somos ADMINISTRADORES NO SEÑORES, en la antigüedad un Señor era el dueño, propietario, el que tenia la máxima autoridad en un casa, en un reinado, en una ciudad y luego existía una persona muy importante llamado MAYORDOMO que era el ADMINISTRADOR de los bienes de su Señor, traducido a nuestros días podríamos decir que EL SEÑOR, EL REY, EL DUEÑO es JESUS, el es el Señor de nuestras vidas y nosotros somos solamente los ADMINISTRADORES de todo lo que Dios nos ha dado porque REALMENTE TODO LE PERTENECE A EL. Hay una alabanza muy especial que dice: “Todo es de mi Cristo por El y para El” y muchas veces la cantamos en nuestras iglesias y repetimos estas palabras pero debemos hoy preguntarnos realmente TODO ES DE NUESTRO SEÑOR POR EL Y PARA EL…??? La mayordomía es un ejercicio constante en nuestra vida diaria para no solo ser buenos administradores de todo lo que Dios nos da, sino también un medio por medio del cual le damos la gloria a Dios con nuestra vida y que El se agrade de nosotros en todo lo que somos y hacemos.
Hoy quiero compartir un área de la mayordomía muy importante y es el ser buenos mayordomos de nuestra vida Cristiana… así como debemos aprender a ser buenos mayordomos de nuestras finanzas, de nuestra familia, de nuestras relaciones, de nuestras palabras, etc.  También el decir que somos cristianos lleva un compromiso de vida ante los demás y un caminar diario comprometido con El Señor y con Su palabra.
Para ello quiero hoy tocar 3 puntos importantes de cómo llegar a ser buenos mayordomos de nuestra vida Cristiana hay muchísimos mas pero para comenzar a buscar esa mayordomía de nuestra vida cristiana veremos que:
1.    Soy propiedad de Jesús y debo demostrarlo:  Ser un buen administrador de mi vida cristiana implica que Jesús está y va conmigo a todos los lugares que yo vaya, en casa, en mi familia, en mi trabajo, con los vecinos, obviamente con los hermanos de la iglesia, con mis amigos.  Una mala mayordomía de nuestro cristianismo sería alabar al Señor en la iglesia y con otros cristianos  pero luego convertirme como dicen por allí en un “cristiano en lo secreto”, nunca hablo de Jesús, si veo a alguien pasando dificultades o problemas en mi trabajo o en mi entorno no le consuelo con palabras de Dios sobre su vida. En mi hablar diario debe haber una sazón diferente que muestre que Jesús está en mí, yo debo esforzarme por hacer la diferencia donde quiera que estoy, incluso en el ambiente cristiano… y eso me lleva al segundo punto.
2.    Mi ejemplo habla más que mil palabras: para ser buen mayordomo de mi cristianismo  deben de caminar en todo momento en unidad mis palabras, con mis pensamientos y mis actos, podré alcanzar muchas personas con mis palabras pero si luego mis hechos niegan la eficacia del evangelio en mi vida habré perdido todo el trabajo que yo y otros cristianos tratan de hacer, muchas personas esperan que les den palabras de esperanza, palabras contrarias a lo que en el hablar diario se encuentran y nosotros como cristianos podemos ser una luz en medio de tanta inconformidad, cómo reaccionamos ante un problema, nos enfadamos rápidamente, nos  descontrolamos por cualquier situación, aunque tu hables de Jesús todo el día si tu ejemplo no muestra la vida de Dios en ti, todas las palabras que has dicho se pierden y terminamos siendo malos administradores de nuestra vida cristiana.
3.    Mi testimonio: Una de las mejores herramientas que tenemos para poder ser auténticos cristianos y seguidores de Jesús es nuestro testimonio, lo que Dios ha hecho en nuestra vida, un buen mayordomo de su vida cristiana busca la oportunidad para poder compartir lo que Cristo ha hecho en su vida, muchas personas que están a nuestro alrededor pueden ser impactadas si hablamos de cómo Dios nos ha sacado adelante, de dónde Dios nos ha sacado, cómo hemos superado adversidades, enfermedades, vientos contrarios y Dios siempre ha estado allí, nuestro testimonio es necesario para poder bendecir a otros y hablarles de Jesús porque son hechos reales y que hablan de las maravillas que Dios puede hacer.  Hace dos días me pasó estaba hablando con unas madres de colegio de mi hijo y una de ellas estaba muy triste porque una amiga tiene una hija pequeña con cáncer y bueno no pude contenerme y aprovechar para hablarle de mi testimonio y cómo Dios nos regaló como matrimonio dos niños y uno de ellos nos lo prestó durante 4 años y padecimos junto con él un cáncer muy maligno y pudimos vencer la enfermedad, no porque nuestro hijo sanara  sino por todo lo que Dios nos enseñó a través de el y la prueba tan fuerte que vivimos,  sabemos que fue un regalo del cielo prestado por 4 años aprendimos muchas cosas de nuestro angelito y Josué (asi se llamaba) ahora se encuentra en casa otra vez ha vuelto al padre, y he podio testificar de la consolación de Dios sobre nuestras vidas comp padres y como familia, la verdad esta madre que hablaba conmigo se quedó muy impactada escuchando mi testimonio y quedamos de hablar en unos días porque qué mejor testimonio que nuestras vivencias con un Dios vivo y real. 
Así que hoy quiero animarles a que podamos ser buenos administradores de nuestra vida Cristiana, al final de nuestros días podemos irnos con la felicidad en nuestros corazones PRIMERO porque hemos llevado a Jesús donde quiera que fuimos Segundo hemos dado testimonio de sus maravillas y Tercero nuestro ejemplo ha traído a muchos a Jesús y les ha bendecido.

Proxima semana: Seguimos hablando de la mayordomía de nuestra vida cristiana enfocada a nuestros hijos.
Lo importante que es enseñar a nuestros de Jesús y que ellos vean la vida de Dios en nosotros.