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viernes, 6 de junio de 2014

LA MAYORDOMIA DE NUESTRA FAMILIA- NUESTROS NIÑOS



Comenzamos hace dos semanas hablando del tema de la Mayordomía de nuestra familia, y la importancia que tiene para nuestra vida el que cuidemos de las personas que Dios ha puesto a nuestro lado, la familia es una de las cosas que no hemos podido escoger, nacemos en ella y es Dios quien nos pone allí, la buena mayordomía de nuestra familia nos ayuda a tener una vida más feliz, aprender a vivir en armonía no es solo no buscar problemas sino cuidar, amar, tener detalles y sobre todo valorar a cada uno de los miembros de nuestra familia. 
Hoy hablaremos del tema de nuestra familia pero enfocado en nuestros niños, los niños que forman parte de nuestra familia son valiosos no solo por la alegría el amor y la pureza de sentimientos que pueden despertar en nosotros, sino también porque el tiempo pasa rápido y los que ahora son niños en un futuro no muy lejano dejarán de serlo y veremos que se van convirtiendo en jóvenes y luego adultos y depende de nosotros cuánto hemos valorado este tiempo en que esos miembros de nuestra familia son niños. 
En todas las familias hay niños, pueden ser nuestros hijos, sobrinos, primos, nietos, en fin un niño es tan especial que Jesus mismo quería tenerlos cerca cuando les dijo a sus discípulos en Mateo 19:14: Pero Jesús dijo: "Dejad a los NIÑOS venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos", Jesús nos dio el primer ejemplo de amor por los niños, muchas veces cuando tratamos con nuestros niños en la familia les vemos como esas personas pequeñas a las que tenemos mucho que enseñarles, corregirles, disciplinarles, pero también debemos verles como aquellas personas de las que podemos aprender, aprender de su sencillez, de su inocencia, de su alegría, su sinceridad y su capacidad de dar amor y perdón. Los niños muchas veces son excesivamente expresivos, alegres, inquietos, algunos son nerviosos, activos y rebeldes, pero podemos aprender a cuidar de ellos no solo para enseñarles a ser personas de bien sino también cuidarles siendo buenos mayordomos de ellos durante el tiempo que sean niños, porque hay una verdad muy grande LO NIÑOS NO SIEMPRE SERAN NIÑOS 
Hoy vamos a ver 4 consejos que la palabra de Dios nos da acerca de còmo podemos ser buenos mayordomos de nuestros niños y lo mucho que podemos aprender de ellos. 
  1. NO ESPEREMOS DE ELLOS MAS DE LO QUE PUEDEN DAR  En el libro de 1ra. Corintios 13:11. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. De alguna manera esta escritura nos deja ver que los niños, son eso, niños, muchas veces queremos tener adultos pequeños, que sean responsables, educados, disciplinados, comprensivos, callados, ordenados y muchas cosas mas, que algunas veces ni nosotros mismos podemos dar la talla, sin embargo eso no quiere decir que con la excusa de que son niños les permitamos hacer lo que quieran, parte de la mayordomía de nuestros niños es saber cuando corregir y cuando parar para que puedan ser niños felices y también niños conforme a lo que Dios quiere que sean, la etapa de la infancia o niñez es una de las mas preciosas que vivimos en la vida, pero somos esponjas que recibimos todo lo que nos dan, bueno o malo, amor o falta de amor, por eso es importante que enseñemos todo el tiempo a nuestros niños, pero no esperemos de ellos más de lo que realmente son capaces de dar, ahora que son niños harás cosas de niños y con sabiduría de Dios y amor podremos encausarles para que sean adultos de bendición cuando ese tiempo llegue. 
  1. CUIDEMOS COMO CORREGIMOS Y REPRENDEMOS: Es innegable que un niño necesita mucho que aprender, mucho que corregir, mucho que esforzarse para llegar a ser un hombre o una mujer de bien, pero es muy importante en todo este proceso el trato que recibe por parte de nosotros los adultos, parte de ser un buen mayordomo de un niño es cuidar la forma en cómo les tratamos, cómo les corregimos y reprendemos.  En el libro de Efesios 4:31 dice "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." debemos de quitar de nosotros el corregir con amargura, con ira, gritando, maldiciendo, maldecir es decir mal a otra persona y hablarle mal, el gritar no va a hacer que un niño entienda mejor las cosas o las haga mejor, el gritar solo abre la puerta a la ira, a la amargura y lo peor a crear un ambiente de violencia y mal trato en el que ningun niño es justo que viva. 
  1. SEAMOS EJEMPLO:  Hay frases acerca de ser ejemplo como el que "las palabras convencen pero el ejemplo arrastra, que un hecho vale mas que mil palabras", pero esto es mas importante de lo que creemos cuando se trata de enseñar a un niño, los niños como dije antes, son esponjas, que van a recibir tanto lo bueno como lo malo que podamos darles. En el libro de 1ra. Corintios 11:1 dice "Sed imitadores de mi, como yo soy de Cristo", la mejor forma en que podemos enseñar a un niño es siendo ejemplo, si nuestro caminar es de acuerdo al de la palabra de Dios, el niño podrá imitarnos porque somos imitadores de Cristo nosotros mismos, para poder ser buenos mayordomos de nuestros niños y cuidar bien de esa tierra limpia y fresca que Dios nos da, debemos ser ejemplo, cuidemos mucho nuestra forma de hablar, de responder, cómo actuamos, de qué o de quién hablamos, cuáles son nuestras reacciones ante situaciones adversas, ellos son como una videograbadora que van grabando todo lo que ven de nosotros y cuando menos lo esperemos ellos reproducirán lo que han aprendido de nosotros.  
  1. BUSQUEMOS TIEMPOS GRATOS CON NUESTROS NIÑOS: Creo que todo adulto que recuerda su niñez debería hacerlo con una sonrisa, una sonrisa que significa que ha vivido tiempos felices, gratos, llenos de alegría en los que no importa si tiene mucho o poco sino la calidad del tiempo vivido.  Es muuy importante que busquemos pasar tiempos bonitos y gratos con nuestros niños, pensemos siempre que ahora son niños pero el tiempo pasa rápido y dejarán de serlo y ya no podremos jugar con ellos de la misma manera que lo haríamos cuando son pequeños.  La experiencia que hace algunas semanas les conté acerca de nuestro hijo pequeño que se fue con El Señor hace unos años nos enseñó como padres que debemos aprender a disfrutar de nuestros hijos, a tener tiempo de calidad, a jugar con ellos, interesarnos en su mundo, en sus cosas, disfrutar de su niñez, serán tiempos inolvidables para nosotros pero más lo será para ellos. El  Salmo 133:1: ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en ARMONÍA! porque alli envia Jehová bendición y vida eterna." este versiculo se cumple no solo cuando estamos con los hermanos de la iglesia sino cuando estamos con esos pequeñitos que Dios ha puesto cerca nuestro, en esos tiempos de comunión El Señor envía bendición y vida eterna, no debemos desaprovecharlos.  
Aprendamos a ser buenos mayordomos de nuestros niños: 
  1. No esperemos mas de lo que son capaces de dar 
  1. Cuidemos como corregimos y reprendemos 
  1. Seamos ejemplo 
  1. Y busquemos pasar tiempos gratos con ellos. 
La proxima semana seguimos hablando de la mayordomia de nuestra familia.