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viernes, 27 de marzo de 2015

AUTOGOBIERNO: EL PERDON


VIVIENDO POR PRINCIPIOS

APLICANDO EL PRINCIPIO DE AUTOGOBIERNO:  EL PERDON

Hoy vamos a hablar nuevamente acerca de vivir una vida basándonos en los principios bíblicos que la palabra de Dios nos da y hablaremos del principio de AUTOGOBIERNO aplicándolo en nuestra vida en un área muy importante para nuestras relaciones y para con nosotros mismos y es EL PERDON.

Cuando hablamos de perdonar, rápidamente podemos pensar en varios sinónimos como disculpar, pasar por alto, olvidar una ofensa o  absolver a alguien de una culpa. Pero perdonar va mas allá de ser una simple expresión como “te perdono”, porque implica muchas cosas.

El principio de autogobierno nos  lleva abstenernos de todas esas cosas que no nos permiten alcanzar la meta a la que queremos llegar, nuestra salvación y una vida agradable al Señor, Dios me ha dado libre voluntad para que sea yo quien tome el control de mis decisiones y a través de la guía del Espíritu Santo pueda tener una vida de bendición y caminar como a Él le agrada.

La palabra PERDONAR viene del latín per – que significa  para y  donare – que significa regalar, si unimos los términos la palabra perdonar significa PARA REGALAR, el perdón es algo que se regala, un regalo no se da a medias, ni con condiciones, ni se retiene, simplemente se da.

También en la traducción griega perdonar viene del griego AFIEMI, que significa  dejar ir o abandonar, otra forma muy interesante de definir el perdón dejando ir y abandonar un sentimiento interno y no vivir esclavo de él.

Cuando aplicamos el principio de Autogobierno a la acción de Perdonar estamos tomando una decisión muy importante para la sanidad de nuestro corazón y de nuestra alma, estamos tomando el control de sentimientos como rencor, irá, venganza, odio y tantas otras cosas que anidan en nuestro corazón cuando dejamos que la falta de perdón gobierne en nosotros y no perdonamos.

Muchas  veces pensamos que ya hemos perdonado y que no tenemos nada en el corazón pero para poder entender un poco más este tema que es bastante amplio, hoy vamos a hablar primero acerca de qué no es perdonar:

QUE NO ES PERDONAR

Perdonar no es ignorar sino enfrentar y solucionar: Mateo 5: 23 dice “Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.” Esta escritura nos lleva a no ignorar cuando tenemos heridas en el corazón, ignorar no es la solución y tratar de hacer como si no hubiera pasado nada, pensar “ya se me pasará” pero realmente tenemos dardos en nuestro corazón y El Señor nos dice que si recordamos que tenemos alguna relación mal, que primero debemos ir y enfrentar la situación, hablar y solucionar el problema; eso requiere autogobierno porque muchas veces nuestras emociones toman el control y nos llevan a tener orgullo o altivez y nos es difícil perdonar. Así que perdonar no es ignorar.

PERDONAR NO ES OLVIDAR ES RECORDAR SIN DOLOR:
 Hay un refrán que dice “perdonar es olvidar” pero eso no es tan cierto porque cuando olvidamos queremos de alguna forma borrar ese capítulo difícil en nuestra vida y al olvidar perdemos esa enseñanza que Dios nos ha dado a través de sufrir por algún problema con una persona y poder ser de ayuda para otros en un futuro. La biblia dice en  Job 11:16 “Ciertamente olvidarás tus pesares, o los recordarás de ellos  como el agua que pasó.” Cuando perdonamos realmente de corazón recordamos pero sin dolor, revivimos esos momentos que pasamos pero ya no nos duele al pensar en esa situación, por el contario recordamos y pensamos con agradecimiento por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas a pesar de lo que nos ha pasado, tenemos una enseñanza en nuestro corazón para mostrar el camino a otros que estén pasando por lo mismo que nosotros ya hemos vivido. Recordamos como aguas que pasaron ya no nos duele el corazón.

Perdonar no es una opción sino es una decisión:
Marcos 11:25 dice “ Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.” Como vemos en este pasaje de la palabra de Dios no dice si tenéis algo contra alguno espera a que se te pase, no dice ten paciencia y sigue adelante, no dice ya te vengarás, sino que dice PERDONAD, para que también seamos perdonados, obviamente no es una opción, debemos decidir perdonar y entonces recibiremos perdón por parte de Dios a nuestras ofensas. Perdonar es algo que con autogobierno o dominio propio decido hacer.

El principio de autogobierno o dominio propio debe aplicarse en esta área tan importante para que podamos llevar una vida abundante y no una vida amargada y triste.

Cuando hablamos con personas que llevan el peso de una falta de perdón hacia otra u otras personas vemos que poco a poco su corazón se va hundiendo en la tristeza y la depresión, puede ser que no se muestre como tal,  que trate de sonreír y ser feliz pero cuando se pone el dedo en la llaga sale la tristeza en muchas formas como amargura, desesperación, insatisfacción, falta de fe y esperanza o en los peores casos hasta odio y sed de venganza.

Perdonar no es tan fácil hacerlo, pero Dios nos puede ayudar, nos puede dar la fuerza, el valor para enfrentar esas cosas que dia a dia están destruyendo nuestra fe y ganas de vivir. La palabra de Dios dice en Filipenses 4:13 “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” y el decir todo es TODO, aún perdonar. Cuando tomamos el control de nuestros sentimientos y decidimos perdonar liberamos una carga interior y alcanzamos la libertad para poder seguir adelante.


Como hablamos al inicio PERDONAR etimológicamente es PARA REGALAR, es DEJAR IR O ABANDONAR.  Hoy podemos hacerlo no dejemos que gobierne sobre nosotros la falta de perdón, el rencor y la tristeza,  tomemos hoy la decisión de perdonar y comprobaremos como la vida se hace mas sencilla y más fácil de llevar. Podemos hoy empezar a evaluar si en nuestro corazón hay heridas latentes que nos duelen por cosas que en el pasado nos han hecho, puede ser que sean heridas tan profundas que hemos querido enterrar pero que están allí, debemos revisar nuestro corazón para no tener nada contra nadie, aún contra nosotros mismos, seamos libres a través del perdón.

viernes, 13 de marzo de 2015

SEMBRAR Y COSECHAR: CUIDANDO LA SIEMBRA Y LA COSECHA



VIVIENDO POR PRINCIPIOS
APLICANDO EL PRINCIPIO DE SEMBRAR Y COSECHAR: CUIDANDO LA COSECHA
Hoy hablaremos acerca del principio de Sembrar y Cosechar, recordemos que la palabra de Dios en diferentes momentos habla de la siembra y la cosecha, el pueblo de Israel era un pueblo altamente agricultor y dependían grandemente de las cosechas para poder vivir ellos y sus familias. Es por ello que en la biblia aparece la importancia tanto de cuidar la siembra, dónde se sembraba, qué semilla se sembraba, todo el proceso del crecimiento, así como valorar la cosecha que con tanto esfuerzo y trabajo se había logrado.
Hoy en día no dependemos al cien por cien de la agricultura, ni tenemos un huerto en casa, debido a que todo se ha facilitado y encontramos lo que deseamos al alcance de nuestra mano en las tiendas o supermercados de alimentos. Pero en términos espirituales, el cuidar tanto de la siembra como de la cosecha, sigue aplicándose en todas las áreas de nuestra vida y hoy vamos a aplicar este principio reflexionando acerca del  CUIDADO que debemos tener tanto al sembrar, como el cuidar lo que cosechamos.
La biblia habla claramente de lo importante que es cuidar de una siembra y una cosecha, en el libro de Isaías 5:1 y 2 dice “Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar…” como podemos ver no era solo cuestión de sembrar la semilla sino edificar alrededor de ella una protección para que pudiera crecer firme, fértil y diera frutos.
Cuando hablamos de sembrar y cosechar sabemos que la semilla que se siembra debe plantarse, cuidarse, darle un seguimiento y ver su evolución, posteriormente podar la planta, quitar todas las malas hiervas que pueden crecer alrededor de ella y finalmente ver el fruto que poco a poco estará listo para cortarse y recibir la cosecha. Así mismo en nuestra vida si comenzamos un proyecto, un trabajo, tenemos hijos, familia, un ministerio, etc. Debemos cuidar las semillas de amor, atención, esfuerzo, etc. Que sembramos día a día, luego debemos dar un seguimiento continuo y constante a todo aquello que tenemos a nuestro cargo y que va creciendo, en el camino tendremos obstáculos y tropiezos pero poco a poco veremos el fruto y recibiremos la cosecha que será la bendición de nuestra familia, nuestros hijos en los caminos del Señor, un trabajo bendecido, un ministerio que avanza y prospera etc.
En la palabra de Dios hay consejos sabios y muy claros para saber cómo tener este cuidado:
1. CUIDAR DE LA PEREZA: Proverbios 24:30 y 31 dice “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;  Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida.”  Si hemos sembrado algo debemos cuidarnos de ser perezosos podemos comenzar todo con mucha ilusión pero luego no somos sabios o somos faltos de entendimiento y permitimos que los espinos, ortigas y maleza crezcan sobre lo que hemos comenzado, la pereza en nosotros puede hacer que perdamos las ganas de esforzarnos en nuestros trabajos, familia, ministerio, debemos cuidar que la pereza no ahogue nuestros sueños y proyectos, las semillas que vamos sembrando día adía, pensando como este hombre perezoso algún día lo voy a hacer y nunca lo termina.
2. CUIDAR LAS ZORRAS PEQUEÑAS   “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”. (Cantares 2:15) Esta es otra forma de cuidar aquello que hemos sembrado, el ejemplo de las zorras es muy interesante porque las zorras son animales muy pequeños, muy astutos y escurridizos, pesan poco y pueden subir hasta lo mas alto de la viña y una viña en cierne es una viña que esta floreciendo, si la zorra logra quebrar esa rama con flores, automáticamente se pierden los frutos que serían uvas pero no llegan a formarse. Las zorras pequeñas en nuestra siembras son esos pequeños detalles a los que restamos importancia, esas cosas que pensamos que no importan, que son insignificantes pero si las dejamos actuar pueden destruir una gran cosecha por ejemplo una discusión sin resolver y pedir perdón, un  mala contestación, un impuntualidad, una palabra fuera del lugar, son zorras pequeñas que van poco a poco destruyendo nuestro trabajo, relaciones y echan a perder una cosecha.
 3. CUIDAR Y DEFENDER LO QUE ES NUESTRO:  2 Samuel 23:11-12 dice “… Los filisteos se reunieron en Lehi, donde había un gran sembradío de lentejas, y el ejército israelita huyo por temor a los filisteos. Pero Sama se paro en medio de ese terreno y lo defendió; derroto al los filisteos, y el Señor les dio una gran victoria”.Este es un versículo precioso de la palabra de Dios que nos habla de la importancia de valorar lo que Dios nos da, por muy pequeño que sea o muy grande,  si Dios nos lo ha dado debemos cuidarlo y valorarlo, defenderlo y protegerlo, la palabra habla de un sembradío de lenteja otra escritura dice un pequeño terreno de lenteja, tampoco era un gran campo, sumamente valioso pero dice que este valiente de David permaneció y se paró en medio y lo defendió y El Señor le dio una gran victoria.  Esta forma de cuidar nuestra cosecha y nuestra siembra, es valorando y nunca menospreciando, si en la iglesia mi ministerio es limpiar, ordenar, cuidar niños, etc. Debo cuidarlo y valorarlo porque Dios me lo ha dado, mi terrenito de lentejas es mi familia, mis esposo, mis hijos, mi trabajo eso que he cuidado y sembrado voy a valorarlo y protegerlo de mis enemigos y Dios me va a respaldar y voy a tener la victoria.
4. CUIDAR DE NOSOTROS MISMOS Nosotros los mismos sembradores podemos permitir que nuestra cosecha se arruine en el libro de Cantares 1:6 dice “Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé.” Esta escritura nos habla de la Sulamita que estaba morena del sol por haber estado trabajando arduamente bajo el sol las viñas, pero su propia viña había descuidado. Esto también puede sucedernos en proceso de sembrar y cosechar, cuidar y velar por todo aquello que está afuera, pero descuidamos nuestra propia familia, vida y ministerio, centramos nuestra atención en los de afuera y trabajamos en los demás y cuando vemos nuestra propia vida, familia y trabajo lo que es nuestro lo hemos descuidado, nosotros mismos podemos ser responsables de perder aquello que un día hemos sembrado y perderemos el fruto.
En conclusión sembrar y cosechar no es solamente poner la semilla, esperar a que crezca y recibir el fruto, sino que es un proceso que lleva nuestro trabajo, esfuerzo, cuidado, atención, no siendo perezosos, quitando las pequeñas zorras, valorando lo que Dios nos ha dado y no descuidando nuestra propia viña. Cómo lo podemos lograr? En  JUAN 15:4 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” Lo podemos lograr aferrándonos al Señor, permaneciendo en El, para que nos guíe, nos oriente, nos instruya y permita que la siembra que hoy hacemos pueda dar una abundante y bendecida cosecha.



viernes, 6 de marzo de 2015

MAYORDOMIA: APRENDIENDO A DAR


VIVIENDO POR PRINCIPIOS
APLICANDO EL PRINCIPIO DE MAYORDOMIA: APRENDIENDO A DAR
Hoy vamos hablar acerca del principio de mayordomía, que es un tema del que hemos hablado varias veces en esta sección del programa sabemos que la Mayordomía es el principio bíblico que nos enseña que todo es de Dios, nada es mío pero soy responsable, porque soy el administrador de todo lo que Dios me ha dado. Muchas veces podemos caer en el extremo de pensar que todo lo tenemos por nuestra capacidad, voluntad, trabajo y esfuerzo y que todo nos pertenece y también podemos vivir en el otro extremo pensando que nada es mío, y al ser todo de Dios yo no soy responsable de nada. El principio de la mayordomía es el equilibrio entre estos dos y me lleva a hacerme responsable por todo lo que Dios me ha dado porque tarde o temprano daré cuentas a El de lo que ha puesto en mis manos.

El principio de la mayordomía no solo me dice que todo es de Dios sino que también debo ser un buen administrador; y una cualidad de un buen mayordomo o administrador es un corazón entrenado para dar y no para retener, en  la parábola de los talentos podemos recordar que un hombre dejó a sus siervos cierta cantidad de talentos a cada uno, para que pudieran administrarlos y pudieran producir, uno de ellos en vez de multiplicar el talento lo enterró porque tuvo miedo, en otras palabras lo RETUVO, pensando en entregarlo cuando su señor volviera sin tener la sabiduría de ponerlo a producir y que  ganará intereses para su señor.  La actitud del corazón que El Señor quiere que apliquemos a nuestra vida es el de dar y nunca retener.
Como Cristianos tenemos mucho para dar, la palabra de Dios habla en el libro de Proverbios 11:24 donde dice “ Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes RETIENEN más de lo que es justo, pero vienen a pobreza” El Señor quiere que repartamos que demos a los demás de lo mucho que Dios nos ha dado.  Y podemos pensar yo apenas tengo para mí, cómo voy a dar a los demás??? Eso es porque pensamos en dar dinero o ayuda económica, cuando en nosotros hay muchas cosas para poder dar y repartir a los demás. Una de las formas de aplicar la mayordomía o la buena administración a lo que Dios me ha dado es dando a los demás y no reteniendo.  El dar es un don que Dios nos da en el lugar apropiado, en el momento justo, para dar a las personas que Dios nos indique y que será de mucha bendición para sus vidas.

Puedo dar o puedo retener lo que tengo, es una decisión que yo tomo en una determinada situación, puedo dar un consejo, mi amistad, puedo dar con generosidad, puedo dar mi tiempo, puedo dar consuelo, puedo dar apoyo, puedo dar también económicamente o con mis bienes y poseciones, pero lo importante es que piense qué estoy haciendo con tantos dones, talentos y cosas que Dios ha puesto en mis manos, Nos lo hemos preguntado alguna vez? que puedo hacer con toda la bendición que Dios me ha dado? Hoy quiero animales a meditar un poco en cosas que podemos dar y hacer por los demás sin RETENER esas bendiciones en nosotros:
1.    Puedo DAR CONSEJO Y APOYO “Proverbios 27:9: El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del AMIGO, al hombre”, dar un consejo alegra el corazón, cuando damos un consejo estamos dando nuestro tiempo, estamos contando nuestras experiencias y testimonios, estamos dando apoyo a esa persona que necesita escuchar palabras de ánimo, de esperanza, no podemos ser indolentes ante la preocupación, angustia y dolor de los que nos rodean, no retengamos en el corazón un consejo, apoyemos a nuestros hermanos o hermanas, cuando damos nuestro tiempo a los demás no lo estamos perdiendo lo estamos invirtiendo y administrando bien.
2.     Podemos DAR NUESTRA AMISTAD  Proverbios 17:17 dice “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en el tiempo de angustia”. Tristemente nuestra sociedad está llena de personas por todas partes, pero realmente contar con una amistad de Dios es un tesoro inigualable, la palabra de Dios nos habla de la amistad verdadera, nosotros podemos dar esa amistad que no abunda en la actualidad, estando en todo tiempo con quien lo necesita y sobre todo en los tiempos de angustia. Ser amigo y dar una amistad sincera puede ser  de mucha bendición para las personas que están cerca nuestro y estamos administrando bien nuestra vida.
3.    Podemos DAR CON GENEROSIDAD: La generosidad según el diccionario es “dar y entender a los demás, es una persona que piensa en compartir aquello que tiene con personas menos afortunadas”, hoy en día es difícil para nuestra sociedad pensar en dar con generosidad, ya que el egoísmo y el vivir pensando solo en nuestras propias necesidades nos hacen olvidarnos de los demás, la biblia habla del generoso en  Isaías 32:8 dice “Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado” Proverbios 11:25 también dice “El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.” Ser generoso no es dar lo que nos sobra, no es dar lo que ya no queremos, sino dar de lo que tenemos, sin RETENER, siempre dando con alegría, es compartir con otros lo mucho o lo poco que Dios nos ha dado, siempre habrá personas que necesiten de nuestra generosidad.
4.    Podemos DAR CONSUELO Es muy interesante ver el origen de la palabra hebrea Consolar que significa “ayudar a una persona maltratada, triste o rota hasta el punto  que no es capaz de recuperar el aliento, a respirar nuevamente y sentir alivio”,  dar consuelo no es solo decir “lo siento” y seguir de largo, dar consuelo es algo precioso que podemos dar a otros y no cuesta nada económicamente, pero puede ser de mucha bendición para otros…  2 Corintios 1:4 “el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros CONSOLAR a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” Este es uno de mis versículos favoritos, y al leer esta definición de consolación puedo pensar que Dios nos ayuda en nuestras angustias y tribulaciones, nos ayuda a recuperar el aliento, nos ayuda respirar nuevamente, sentir alivio y seguir adelante.  Eso es consolar, podemos dar consuelo, dar amor, aliento, ayuda, animo, nuevas fuerzas y esperar a que la persona pueda recuperarse de su tristeza y recobrar el ánimo, la fe, las fuerzas y seguir adelante.
Como podemos ver ser buen mayordomo no es solamente administrar sino también es dar, Dios prosperará nuestra alma en la medida que damos y bendecimos a otros, hoy podemos empezar a administrar de la mejor manera lo que  Dios nos ha dado, dando un CONSEJO, brindando nuestra amistad sincera, dando con generosidad de lo que tenemos y dando consuelo ayudando a otros a recuperar las fuerzas doliéndonos con ellos, comprendiendo sus situaciones y ayudándoles a seguir adelante.
“lo que no se comparte se pierde, lo que se da de corazón se multiplica”