"Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio."
Proverbios 15:17
El odio y el amor son dos palabras opuestas que manifiestan dos formas de ver la vida, una vida llena de odio es una vida llena de disgusto, desagrado, negatividad, repulsión y aversión. Cuando en un corazón hay odio este se manifiesta como si fuera una enredadera que día a día crece, entra por los rincones de la casa, por las habitaciones, cubre lo que encuentra a su paso, hasta que termina tapando la luz que entra por las ventanas y ocupando todo lugar que no se le ha dado. El odio en el corazón de una persona no es fácil de ocultar, quizás no lo demuestre abiertamente, pero sus comentarios, expresiones y forma de ver las cosas son muy diferentes, va contaminando con palabras, con acciones y con expresiones a quienes tiene cerca. De nada sirve comer un apetitoso trozo de carne, cocinado y bien aderezado, pero con rencor en el corazón o al lado de alguien que lleva odio, antipatía y aversión en su interior.
Por el contrario el amor se manifiesta rápidamente, cuando en un corazón hay amor hay luz, todo brilla de manera diferente, las cosas buenas se ven maravillosas y las malas no se ven malas sino que obrarán para bien. El amor trae paz, armonía, todo se puede resolver de alguna manera, no hay obstáculos grandes o pequeños porque la fuerza del amor vence barreras y crea puentes que unen a otros. El corazón que ama sufre, pero lo hace con gozo, sin dolor, espera todo, lo cree todo, espera lo mejor de todos, no se goza al ver la maldad, ama la verdad, el amor es bondadoso, busca siempre el bien de los demás y disfruta de la alegría de otros. Comer un plato de lentejas con alguien que lleva amor en su corazón, será un banquete, disfrutaremos la comida, todo sabrá mejor, la conversación será amena, las cargas se harán ligeras y sobre todo disfrutaremos de esa compañía.
No podemos elegir nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, nuestros hermanos en la iglesia o nuestros acompañantes en el autobús, pero si podemos elegir si seremos personas con un corazón lleno de odio o un corazón lleno de amor.
Un trozo de carne con odio nunca sabrá mejor que un platito de lentejas bien sazonado con amor!
ORACIÓN: Padre bueno hoy quiero disponer mi corazón para que entre tu amor y derrames tu amor en mi corazón, quiero cerrar la puerta al odio, al rencor, a la negatividad, a la antipatía y a la amargura. Que en mi hogar, en mi trabajo, en la iglesia, donde quiera que yo esté pueda tener amor para dar a los demás, no importa el plato de comida que comparta, que siempre pueda estar aderezado con tu presencia, que trae paz, gozo y sobre todo amor. Enséñame a llevar amor donde quiera que vaya y que otros puedan disfrutar de mi compañía porque tu presencia va conmigo donde quiera que vaya. Amén!