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jueves, 14 de julio de 2016

SIN REBELDÍA EN EL CORAZÓN



“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.” 


Hace muchos años recuerdo que llegué a la oficina de mi pastor para hablar acerca de una circunstancia en la que necesitaba consejo, me senté a explicarle mi situación y cuál era mi problema. Poco a poco le hablé de lo que estaba viviendo y el me preguntó finalmente ¿Cuál era la actitud de mi corazón ante esa prueba que me tocaba vivir? Y descubrí, a través de sus sabias palabras, que había rebeldía en mi corazón, ya que estaba obedeciendo, pero en mi interior, en mi corazón hacía lo contrario, me sentía triste y deprimida, me encerraba en mi misma y aunque en apariencia obedecía, mi actitud mostraba una rebeldía escondida.

Dios me enseñó en ese entonces que el corazón esconde muchas cosas y una de ellas es la rebeldía, a veces hacemos la voluntad de Dios y le obedecemos aparentemente, pero nuestro corazón está lejos porque internamente está triste, enfadado, deprimido o simplemente contrariado, la obediencia trae libertad, paz, gozo y alegría porque aceptas la voluntad de Dios como tuya y al hacerlo así, no vemos a las personas o situaciones como verdugos, sino como instrumentos de Dios para bendecir nuestra vida. 

El término obediencia viene del latín ob audire que significa EL QUE ESCUCHA, es el proceso que conduce del escuchar atentamente a la acción. Obedecer es escuchar al Señor y poner por obra aquello que El nos ha dicho.

El salmista David decía “El hacer tu voluntad Dios mío me ha agradado”, porque cuando obedecemos al Señor debe haber agrado en nuestro corazón, alegría de poner por obra el consejo de Dios en nuestra vida, porque al hacer Su voluntad encaminamos nuestro caminar en el camino correcto, ya que El Señor siempre va a querer lo mejor para sus hijos y aunque en el momento quizás no sea lo que más desea nuestro corazón, Dios bendecirá nuestra actitud dispuesta a agradarle y a hacer Su voluntad. 

Cuando la ley de Dios está en medio de nuestro corazón, tenemos Su palabra como la brújula que guía el rumbo de nuestra vida y no permite que vayamos dando tumbos de un lado a otro sin destino, sino va marcando pautas claras en nuestro camino y por dónde debemos de ir. Hacer la voluntad de Dios y obedecerle, teniendo en el centro de nuestro corazón Su palabra traerá a nuestra vida días de bendición, de seguridad, de libertad y de gozo, porque esa es la verdadera obediencia a Su voluntad, la que se hace con gozo y con agrado.

ORACIÓN: Hoy quiero entregarte Señor mi corazón y te pido Señor que lo examines y veas si hay maldad, rebeldía o desobediencia a ti, ayúdame Señor a hacer tu voluntad con gozo, con agrado, por amor, no por obligación, no por temor a ser castigado, no porque me dicen que tengo que hacerla sino porque te amo y ese mismo amor a ti me lleva a querer agradarte y hacer lo que tu me digas que haga porque será lo mejor para mi. Limpia mi corazón de rebelarme a tu voluntad y a tu palabra, te doy mi voluntad a ti Señor!!