“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro”.
Romanos 8:38-39
Cuando un bebe es recién nacido se enfrenta a un mundo nuevo, frio y lejano del calor del vientre materno, como es natural los bebes lloran y nada les puede calmar en su inquietud que escuchar la voz de su madre, esa voz que día y noche durante 9 meses han escuchado, sentir su olor y su calor les trae esa calma que sosiega en ese momento su corazoncito afligido ante lo desconocido, un bebe desea que nada le separe de su madre…
De la misma manera día a día nos enfrentamos a un mundo natural y espiritual lleno de conflictos y problemas, con situaciones inesperadas y desconocidas, cambios, sorpresas agradables y desagradables, con buenas y malas noticias, pero hay una escritura que debería estar grabada con fuego en nuestros corazones, en el libro de Romanos 8 nos dice que ni la vida, ni la muerte, ni lo alto, ni lo profundo y lo más impresionante, ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, sea grande o pequeño, sea un cambio radical en nuestra vida, sea fácil o difícil, nada nos puede separar de Su amor, el amor de Dios, ese amor que nos ha redimido, que nos ha dado vida, nos ha devuelto la esperanza y las ganas de vivir, ese amor que nos sostiene y nos conforta, nos impulsa y nos levanta, ese amor que lo es todo y lo llena todo.
Hoy igual que ese bebé pequeñito reposando en los brazos de su madre escuchando los latidos de su corazón, su voz y sintiendo su calor… asimismo hoy reposemos en los brazos de nuestro padre, descansemos en su amor, qué seguros podemos sentirnos! pase lo que pase NADA PUEDE SEPARARNOS DE EL, SOMOS PARA SIEMPRE SUYOS!!!
Hoy Jesús quiero abrazarme a ti, aferrarme con todas mis fuerzas a ese amor inagotable, incansable e incomparable que me llena, me sustenta y me hace sentir seguro, que alegría trae a mi vida pensar que no hay nada creado en este mundo que me pueda separar de ti, ni mi pasado si me he equivocado, ni me presente, ni lo porvenir… gracias por estar siempre conmigo y estar siempre a mi lado, aún la muerte no me separará de ti Señor, mi alma descansa en ti y no quiero pedirte nada, hoy no quiero hablar, quiero escuchar los latidos de tu corazón y sentir tu calor y tu amor sobre mi, que grande eres mi Dios. Amen!!