"para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo"
Colosenses 2:2
Siempre ha llamado mucho mi atención ver en programas de televisión y documentales espectaculares imágenes de bandadas de pájaros volando en una perfecta sincronización que a su vuelo van formando figuras perfectamente delineadas en el cielo.
Estos pájaros son bandadas enormes de estorninos y son considerados uno de los espectáculos de la naturaleza que refleja la coordinación entre los miembros de una bandada. Parecieran que han sido adiestrados, la alineación es perfecta, los giros que dan de arriba hacia abajo son perfectos y en su trayectoria dibujan en el cielo figuras delineadas como si hubieran sido entrenados por meses para hacerlo. Se ha investigado mucho acerca de esa coordinación tan impresionante, y se tienen muchas conjeturas, pero una de las más acertadas podría ser la seguridad, la cual al estar dentro de un grupo, les proteje de grandes raptores como los halcones.
Es indudable que la unidad crea un vínculo perfecto de amor entre las personas, la unidad no es lo mismo que la unión ya que en un mismo hogar podemos vivir en unión porque estamos todos juntos habitando en la misma casa, pero no estamos en unidad si cada uno tiene su propia vida, no hay un mismo sentir, un mismo corazón de amor, no hay unidad entre los padres, entre los padres y los hijos y viceversa, la unidad solo se logra a través del amor.
Al igual que a estos pájaros, el mantener la unidad les proteje de sus enemigos, la unidad entre nosotros puede darnos protección, dice la escritura en el libro de Colosenses que nuestros corazones son consolados cuando nos unimos en amor, la protección que viene a través de no vivir una vida solitaria y vacía, permite que llevemos las cargas los unos de los otros, que suframos por el ser amado cuando sufre y que nos alegremos cuando se alegra, eso va formando un vínculo perfecto y muestra al mundo exterior que realmente somos discípulos de Cristo, porque mostramos amor entre nosotros.
No pierdas la oportunidad hoy de valorar tu familia, de sangre o no, son esas personas especiales que Dios te ha dado para rodearte, para arroparte, para que vivas la vida acompañado y no en soledad. Disfruta de la compañía de tus padres si vives con ellos, porque los tiempos cambian y luego puedes añorar esos momentos que no vuelven. Disfruta a tus hijos no importa la edad que tengan, valora su compañía, sus intereses, sus historias, sus inquietudes y sus sueños. Ama a tu esposo o esposa, valora el amor que Dios ha puesto en tu vida y su compañía. Disfruta de esas personas que te rodean y que son parte de ti, porque Dios los ha puesto a tu lado y también para que tu bendigas sus vidas.
Permanece unido en amor con quienes Dios ha puesto cerca de ti para consolar sus corazones y recibir consolación, llevando las cargas los unos de los otros y formar un vínculo de protección a través de la unidad.
Señor gracias por las personas que has puesto cerca de mi, mi familia, esas personas que tu me has regalado para acompañarme a lo largo de mi vida o durante algún tiempo, permite que podamos vivir unidos en amor, formando un vínculo perfecto, un vínculo de protección, de consolación, de unidad. Que podamos disfrutar y valorar a cada uno de ellos, darles lo mejor de nosotros, que formemos un sólo cuerpo, en unidad y en bendición, gracias Jesús por compartir la vida con quienes me rodean y no vivir en soledad. Amén!