"Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que refleja la gloria del Señor, y vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Señor, que es el Espíritu."
2 Corintios 3:18
Robert Cornelius, de origen estadounidense, fue uno de los pioneros de la fotografía, realizó en el año 1839 un "daguerreotipo" de su persona , este era un procedimiento en el que una imagen se formaba sobre una superficie de plata pulida como un espejo, era el proceso de captura de una fotografía, requería un tiempo largo de exposición, Robert Cornelius expresó después de hacerlo: "Es la primera fotografía lumínica jamás tomada, 1839". En palabras de nuestro tiempo, fue el primer SELFIE de la historia.
En nuestros días a muchas personas les gusta hacerse SELFIES o AUTOFOTOS, donde aparece la imagen de su persona y el entorno que le rodea. A pesar que según la historia aparece la primera autofoto en el año 1839, en la palabra de Dios aparece la descripción, podría decirse, del selfie más importante de nuestra historia. En el libro de Corintios dice que nosotros somos como un espejo que refleja la gloria del Señor y que vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloría.
En lo natural cuando nos hacemos una foto de nuestra propia imagen buscamos que salga perfecta, que se vea agradable, con mucha luz y sin sombra, tratamos de lucir lo mejor posible y que muestre en una sola imagen la alegría, la emoción, el lugar y lo bonito que estamos viviendo en ese momento.
Ahora la gran pregunta es: ¿Refleja nuestra imagen la gloria del Señor? Está siendo nuestra vida transformada de tal forma que las personas cuando nos ven miran al Señor, miran su amor, su compasión, su ejemplo, su paciencia, su consuelo, su vida en nosotros? ¿Qué ven otros en mi? Reflejo al Señor porque cada día tengo más de Su gloria en mi a través del Espíritu Santo.
Qué gran responsabilidad!!! Si digo con mis labios que soy del Señor que soy su discípulo, que El es mi Dios, Su imagen debe ser reflejada en mí cada día más, porque cada día tengo más de Su gloria, Su poder transformador va cambiando mi vida, yo voy menguando y el va creciendo en mí, reflejándose de tal forma que se hace viva la escritura "ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi".
En nuestros días a muchas personas les gusta hacerse SELFIES o AUTOFOTOS, donde aparece la imagen de su persona y el entorno que le rodea. A pesar que según la historia aparece la primera autofoto en el año 1839, en la palabra de Dios aparece la descripción, podría decirse, del selfie más importante de nuestra historia. En el libro de Corintios dice que nosotros somos como un espejo que refleja la gloria del Señor y que vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloría.
En lo natural cuando nos hacemos una foto de nuestra propia imagen buscamos que salga perfecta, que se vea agradable, con mucha luz y sin sombra, tratamos de lucir lo mejor posible y que muestre en una sola imagen la alegría, la emoción, el lugar y lo bonito que estamos viviendo en ese momento.
Ahora la gran pregunta es: ¿Refleja nuestra imagen la gloria del Señor? Está siendo nuestra vida transformada de tal forma que las personas cuando nos ven miran al Señor, miran su amor, su compasión, su ejemplo, su paciencia, su consuelo, su vida en nosotros? ¿Qué ven otros en mi? Reflejo al Señor porque cada día tengo más de Su gloria en mi a través del Espíritu Santo.
Qué gran responsabilidad!!! Si digo con mis labios que soy del Señor que soy su discípulo, que El es mi Dios, Su imagen debe ser reflejada en mí cada día más, porque cada día tengo más de Su gloria, Su poder transformador va cambiando mi vida, yo voy menguando y el va creciendo en mí, reflejándose de tal forma que se hace viva la escritura "ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi".
Señor abre mis ojos para ver en qué áreas de mi vida no reflejo tu gloria, tu amor, tu misericordia, tu bondad, tu paz, tu corazón. Señor que otros puedan verte en mi y mi vida sea transformada por tu poder por medio de tu Espíritu Santo, que sea un espejo que refleje cada día tu gloria Señor! Amén!