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jueves, 17 de agosto de 2017

SABIAS Y EDIFICANDO



"La mujer sabia edifica su casa;
Mas la necia con sus manos la derriba."

Proverbios 14:1



El libro de Proverbios contiene una riqueza de comparaciones entre el camino perfecto y el camino equivocado, entre actitudes sabias y actitudes necias. Nos enseña siempre una acción y una consecuencia de esa acción.


En el tema ser sabios o necios, Dios habla a la mujer dos extremos, uno que es para bendición y otro para maldición, edificar o derribar. La mujer sabia es una mujer llena del conocimiento de Dios para edificar, construir, levantar, cimentar su casa. La mujer necia es insensata, insistente en algo incorrecto, obstinada, sin razón para derribar, destruir y derrotar su propia casa.

Nosotros decidimos qué acción vamos a tomar, en el entendido que todo lo que sembramos, eso cosecharemos y todo lo que hacemos tiene una consecuencia.  Decidir ser una mujer necia nos hará obstinadas en algo que no es lo correcto, no entenderemos razones de nada ni de nadie y terminaremos destruyendo nuestra vida como personas, a nuestros hijos, nuestro matrimonio y alejando a todos los que nos rodean, la mujer necia en su necedad cree que está haciendo bien las cosas y no se da cuenta que ella misma está derribando su casa. La mujer sabia que ama al Señor, buscar edificar su propia vida sobre el fundamento que es Cristo, edifica con actos de amor, con palabras, con ejemplo edifica su familia, sus hijos, todo su entorno.

Derribas o edificas? Tus palabras son para edificar o para derribar a tu esposo, hijos, amigos, compañeros, hermanos? Construyes o destruyes?? No hay un término medio, no podemos con una mano construir y con otra destruir, debemos invertir todo nuestro tiempo y esfuerzo en edificar para ser sabios y ver la bendición de nuestros actos.

Señor anhelo ser una persona sabia para edificar siempre en mi propia vida y en la de los demás!

NO TEMAS DIOS PROVEERÁ



NO TEMAS DIOS PROVEERÁ

Por: Cristi de Cano
Abrazadas por su Gracia©


"Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan."

Salmo 37:25 


Cuánta necesidad hay en este mundo de pobreza y enfermedad. 
¿Te recuerdas cuando Dios sacó a su pueblo Israel de Egipto?


Ellos llevaron sus pertenencias, animales y comida, todos salieron de ese lugar de esclavitud, muy contentos y cantando; no lo podían creer, era algo tremendo que sólo Dios pudo haber hecho por ellos.

Todo tiene un comienzo y un final. Ellos comenzaron felices pero que pasó cuando escaseó el alimento, comenzaron a murmurar, a renegar, a reclamar a Moisés, muchos dijeron que hubieran querido quedarse de esclavos porque ahí había comida.

Vieron el mar abrirse, caer maná del cielo, agua salir de la roca y aun así, estaban duros de corazón. Y así estamos en este tiempo, no queremos creer y él nos dice en su palabra en Mateo 6-26: Mira las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y nuestro Padre celestial las alimenta.
¿No vales tú mucho más que ellas?  Demos gracias a Dios por todo y en todo tiempo. 

Si tu hoy deseas tener salud, pídela a nuestro Dios, si no tienes trabajo pídelo a nuestro Dios, el concederá las peticiones de tu corazón ¡no lo dudes, solamente cree y obedécele con contentamiento!

Padre Celestial tú conoces mi necesidad, hoy te pido en el nombre de tu hijo Jesús por cada necesidad de mi alma, mente y corazón. Te pido que me perdones toda incredulidad, quiero ver tu gloria en medio de mi situación, quiero leer tu palabra para aprender a comportarme como a ti te agrada, para poder salir victoriosa de mi prueba. Gracias por ser mi proveedor y darme de tu amor Señor Jesucristo. Amén y Amén.