"Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Ésa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas."
Mateo 7:12
Esta es la regla de oro, tan conocida por muchos de nosotros, tan esencial para la vida de un cristiano y muchas veces olvidada o difícil de cumplir.
Hoy aplicaremos la regla de oro a lo que significa ser un verdadero amigo. El mayor amigo que el hombre puede tener es Jesús, quien nos ha dado el mayor ejemplo de amor diciendo en el libro de Juan "que nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos".Y podríamos decir que la regla de oro es la esencia de la verdadera amistad, haciendo a los demás todo lo que quisiéramos que nos hicieran a nosotros, ser amigo es mostrarse amigo.
¿Piensa por un momento que deseas para ti? ¿Qué anhelas para tu vida? Para nosotros deseamos amor, respeto, cariño, comprensión, detalles, atenciones, que las personas que amamos nos dediquen tiempo, anhelamos ser escuchados, deseamos sinceridad, apoyo, que nos consideren y nos comprendan y muchísimas cosas buenas más y esas mismas cosas debemos hacerlas nosotros por esos amigos, vecinos, compañeros, hermanos en Cristo que forman parte de nuestro diario vivir y en quienes El Señor nos llama a aplicar esta regla, por eso se llama la regla de oro porque el que la aplica tiene un gran tesoro.
No podemos vivir una vida egoísta y pensando solo en nuestro yo, hay tantas personas que necesitan de nuestro apoyo, nos encanta recibir bendiciones de otros y muchas cosas buenas, pero cuando es nuestro turno de dar ponemos excusas, nos falta tiempo, nos faltan ganas de hacer las cosas, hay tanto por hacer y no somos los amigos que Dios quiere que seamos.
El Señor nos anima a ser verdaderos amigos, recuerda esas personas que forman parte de tu vida y que hacen la diferencia a una vida solitaria y vacía, esfuérzate hoy por hacer una llamada, una visita, un mensaje, puedes alegrar y bendecir el día de alguien que hoy está necesitando de tu amistad. Vive para los demás haciendo lo que quisieras que hicieran contigo.
Gracias por los amigos Señor, gracias por esas personas que has puesto a nuestro alrededor para dar lo mejor de nosotros, ayúdanos a aplicar esta regla de oro en todas nuestras relaciones de amistad, familia, iglesia, compañeros de trabajo y tantas personas que diariamente pones cerca de nosotros. Te pedimos que podamos hacer por ellos lo que nosotros quisiéramos que hicieran con nosotros, quitando todo egoísmo de nuestros corazones, pensando siempre en dar, como tu nos has dado ejemplo y nos has enseñado. No quiero vivir pensando sólo en ser bendecido, quiero también ser parte de llevar bendición a otros. Amén!