AMIGOS CON COMPASIÓN

La escritura dice en Proverbios 18:24 "El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano." Los amigos son esas personas que Dios ha puesto en nuestro camino, algunos de ellos se convierten en nuestra familia y aunque no nos unen lazos de sangre, siempre hay algo especial que nos conecta y no importa el tiempo y la distancia. 

Es fácil decir que tenemos amigos, pero MOSTRARSE AMIGO es algo que va más allá de una simple amistad.

Mostrarse amigo hablará del amor de Dios a quienes están cerca de nosotros, ya que un amigo tiene todas las características de un hermano que ama y da sin esperar nada a cambio. Hay una frase muy bonita que dice: "El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida, sin esperar que le llamen"— Francisco de Quevedo 

El mayor ejemplo de cómo mostrarse amigo nos lo ha dado Jesús, ya que Él como primera cosa quiso venir y acercarse a nosotros, un amigo verdadero y fiel busca acercarse en los buenos momentos, pero sobre todo en los malos, como dice la frase: "acude a la herida sin esperar a que le llamen"

Como segunda cosa, Jesús nos dio ejemplo de ser amigo tomando nuestro lugar, para poder comprendernos, para poder sentir nuestro dolor, sufrimiento, aflicción, tentaciones y tropiezos, un amigo inigualable sin duda alguna y el que quiere mostrarse amigo tratará de entender y ponerse en el lugar del otro, para comprenden su aflicción, sufrir con su dolor y gozarse con su alegría, como Jesús lo hizo.

Jesús también nos enseñó a ser amigos quitando lo que nos apartaba de Él,  vino para darnos vida y volvió al lado del Padre para interceder por nosotros día y noche, nunca para señalarnos, acusarnos y juzgarnos. Aquel que quiere mostrarse amigo, debe quitar el juicio, la crítica y el señalar de su corazón, ya que un verdadero amigo no juzgará, ni nos criticará, porque el amor cubre multitud de faltas, mostrarse amigo es ayudar y restaurar.

Podemos tener mil amigos, pero no hay nada más hermoso que saber que contamos con uno que es incondicional, lleno de compasión y de amor, seamos nosotros ese amigo en la vida de otros. 

¡No nos damos por vencidos!

Nuestros cuerpos no son eternos y van envejeciendo, se van desgastando, van perdiendo vitalidad.
Sin embargo en nuestro interior fluye la vida de Dios, que nos renueva cada día, que nos llena de fuerza, que brota como una fuente que refresca todo nuestro ser, espiritu, alma y cuerpo.
Por esa razón los pequeños o grandes sufrimientos que pasamos, son pasajeros, pero producen en nosotros un peso de gloria más grande y abundante.
Dicen que la juventud es un tesoro, pero quien tiene a Dios en su corazón tiene el tesoro de la vida.
Y esa vida nos alienta, nos llena de esperanza, nos fortalece, nos llena de valor, nos vivifica y nos da un nuevo sentir cada día de nuestras vidas.
Lo que ven nuestros ojos es pasajero y temporal, todos los problemas, las adversidades, los obstáculos, tropiezos, las enfermedades, todo lo que es visible es temporal.
Las pruebas y los tiempos difíciles tienen fecha de caducidad, todo lo que es visible, pasa y desaparece.
Por eso pongamos nuestra mirada de fe, en aquello que no vemos, porque lo que no ven nuestros ojos es eterno.
Fe es confiar en El Señor, estando totalmente seguros que vamos recibir lo que esperamos.
Fe es estar plenamente convencidos que algo existe, aún cuando nuestros ojos no lo pueden ver.
Dios está obrando, cobremos ánimo, valor, esperanza, paciencia y fe.
No desmayemos, Dios renueva nuestro interior cada día y por eso NUNCA NOS DAMOS POR VENCIDOS!

"Por eso, nunca nos damos por vencidos. Aunque este cuerpo nuestro se va desgastando, por dentro nos renovamos cada vez más. Pues nuestros pequeños y pasajeros sufrimientos producen una gloria eterna más grande y abundante. Por lo tanto, no nos importa lo que ahora se ve, sino que fijamos la mirada en lo que todavía no vemos. Porque lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve no cesará jamás." 2 Corintios 4:16-18

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A Dios le importa…

Dios te ama, te cuida, te entiende, te sostiene, está contigo.

Para Él no es ninguna tontería esas cosas que tu dices, que no son importantes.
Para Él no es ajeno y desconocido, aquello que tu crees que no significa nada.
A Dios todo lo tuyo le importa, todo lo tuyo le preocupa, todo lo que tiene que ver contigo, tiene que ver con Él.
Cuando estás triste, cuando lloras, cuando hablas solo o cuando solo es un pensamiento, a Él le importa.
Cuando estás feliz, cuando tienes una gran alegría en el corazón, cuando tienes paz, cuando estás satisfecho, a Él le importa .
Cuando tu corazón se llena de dudas y temores, cuando te falta la fe y la esperanza, a Dios le importa.
El amor de Dios sobre tu vida es dulce, suave, como un manto que algunas veces es imperceptible y otras vez te envuelve y te llena de seguridad.
Él está siempre allí, escuchando, atendiendo con su corazón a cada una de tus peticiones.
No sabes, no dimensionas, no logras entender, ¡cuánto te ama El Señor!
Eres la razón de su sacrificio en la cruz, la razón por la que entregó a su único hijo,
cómo no te dará, cómo no te cuidará, cómo no hará todo por ti.
No tengas dudas, a Dios le importas!

“Pero Dios es muy compasivo, y su amor por nosotros es inmenso.” Efesios 2:4
Sully SL 

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¡Tus promesas van conmigo!

Una promesa es un regalo que Dios nos da, con la seguridad de que lo cumplirá.
Dios no es como los hombres, que podemos prometer y luego no tener la voluntad o los recursos para cumplir.
Cuando Dios da una promesa es porque realmente tiene todo en su mano para hacerla vida y para que cumpla fielmente.
Con todo y contra todo, lo que Dios ha prometido se cumplirá, porque no hay nada que pueda oponerse a Su voluntad.
Sus promesas son eternas y son verdaderas, en ellas no hay sombra, ni hay duda, ni hay imposibilidad.
En las promesas de Dios no hay un “quizás”, no hay un “ya veremos” o un “no creo”, todas sus promesas están en su palabra y son Sí, son amén!
Las promesas se heredan con paciencia, persistiendo, permaneciendo en Él y nunca abandonando Su camino.
Las promesas de Dios se alcanzan por la fe y se aguardan con esperanza.
Las promesas del Señor son nuestras, son tesoros invaluables que están escritos como cartas de amor para sus amados.
Dios nos ha dado promesas y en Su tiempo se cumplirán.
Esperemos con paciencia en cumplimiento de cada promesa, no perdamos la esperanza, porque fiel es quien lo ha prometido, fiel es quien lo hará.
Señor nada de lo que has prometido quedará sin cumplirse y donde quiera que vaya tus promesas van conmigo!

Ni una sola de todas las buenas promesas que el Señor le había hecho a la familia de Israel quedó sin cumplirse; todo lo que él había dicho se hizo realidad.
Josué 21:45 NTV
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MISERICORDIA EN LA AFLICCIÓN

 

"Porque el Señor no desecha para siempre;

Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias”
Lamentaciones 3:31-33

Una frase famosa dice "Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones." Todos queremos llegar a ser sabios y actuar con sabiduría, pero es difícil embarcarse para navegar por un océano de aflicciones, nadie quiere ser afligido, pero para los que aman a Dios aún la aflicción tiene un propósito y es para bien.

La aflicción es un estado de preocupación intensa, un dolor interior que causa tristeza, angustia y pena, si reflexionamos detenidamente en este versículo vemos que quien permite la aflicción es El Señor, Él puede llegar a afligirnos, sentirnos desechados, angustiados y hasta desesperados, pero Su compasión es tan grande que esta aflicción no es para siempre.

¿Cómo no voy a creer?

 

El día a día envuelve la vida en rutinas y movimientos diarios y va todo tan rápido.
En esa rapidez nos llenamos de lo terrenal y olvidamos que aunque estamos en este mundo, creemos en un Dios maravilloso que se mueve de forma sobrenatural.
¡Él es real! Y se manifiesta a nuestra vida con su fidelidad, con su amor cubriendo nuestras vidas cada día y dando respuestas a nuestras peticiones.
Dios hace cosas que van más allá de lo que podemos pensar o imaginar, Su poder no tiene límites y Su bondad envuelve a los le aman y confían en Él.
Dios también hace cosas impresionantes que nos sorprenden y llenan de fe, cosas que no podemos explicar con palabras, pero que nos enseñan que Él está vivo y tan presente en nuestra existencia cada día.
¿Cómo no voy a creer? ¡Si no hay nada que no puedas hacer!
'E inmediatamente el padre del clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad."
S. Marcos 9:24
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¿Y si me dice que no?

 

Y si la respuesta no es la que yo esperaba,
si las cosas no suceden como yo quería…
¿cuál es mi actitud?
Y si de pronto todo cambia, las cosas se complican, viene una prueba tras otra y no veo la salida…
¿qué voy a hacer?
Y si dice que no a mi oración, a mis ruegos, a mis peticiones, a días enteros clamando por un milagro…¿cómo voy a reaccionar?
Y si una mañana despierto y mi vida ha cambiado de rumbo, todo lo que era mi seguridad desaparece y me enfrento a un nuevo futuro…
¿voy a seguir confiando en Dios?
Y si me dice que no o si me dice que espere o si me dice que más adelante y si se cierran las puertas y si no se abren nuevos caminos y si la rutina no cambia y si todo sigue igual o si todo se vuelve diferente...
¿Cómo voy a responder a la voluntad de Dios?
Si me dice que no, Él sigue siendo Dios, si me dice que sí, Él sigue siendo soberano, si me dice que espere, Él aún está en su trono, mi vida está en sus manos, no puedo desconfiar de su fidelidad.
Señor, si me dices que sí o si respondes que no
o respondes con vientos a mi favor o soplan
vientos en mi contra, quiero confiar en ti, esperar
en ti poner mis ojos en ti y descansar en
que tus decisiones son las mejores para mí.
¡Digas que sí o digas que no,
Padre ayúdame a confiar en ti y a responderte siempre que sí!

"¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios."
Job 2:10
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¡Qué bueno es el Señor!

Y es que Dios es tan bueno! ¡Tan maravilloso! ¡Tan sorprendente! ¡Tan lleno de amor!

¡Qué bueno es el Señor! Que siempre está velando por nosotros, que cuenta nuestros cabellos, que inclina su oído, que extiende Su mano y siempre nos levanta.
¡Qué bueno es el Señor! Que todo puede, liberta al cautivo, da vista a los ciegos, llena de alegría el corazón oprimido, sustenta y es más que suficiente.
¡Qué bueno es el Señor! Que nos guarda del mal, que nos cubre con sus alas, que rodea con su misericordia y que actúa siempre a nuestro favor.
¡Qué bueno es el Señor! Que no se le escapa ni un solo de nuestros pensamientos, que conoce cada una de nuestras palabras, aún antes de estar en nuestra boca.
¡Qué bueno es el Señor! Que nos da regalos inesperados, que nos guía a hacer cosas inexplicables, para entregarnos sorpresas inigualables.
¡Qué bueno es el Señor! Que está tan presente en cada detalle, en cada movimiento, en cada lugar que pisan nuestros pies y que nunca está ausente, que nos ama con amor eterno.
¡Qué bueno es el Señor! Hoy recordé esta frase que siempre decía mi esposo cuando compartía la palabra y mi corazón se llena de gozo y alegría, porque sé con toda certeza que es verdad.
¡Qué bueno es el Señor, qué bueno es, qué bueno es!

“Gustad, y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él.” Salmo 34:8

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¿Hay imposibles?

Humanamente hablando, hay muchísimas cosas imposibles.

Somos un milagro, cada célula de nuestro cuerpo fue diseñada con gran precisión, no somos una casualidad o un accidente.
Desde el momento que somos concebidos somos un milagro de vida y Dios va haciendo que todas las cosas escritas en su libro vayan siendo formadas, sin faltar alguna de ellas.
Imposible que se abran puertas, pero Dios tiene todas las llaves.
Imposible que se abran las ventanas de los cielos, pero Dios puede derramar bendición hasta que sobreabunde.
Imposible caminar sobre las aguas, pero El Señor abrió camino, pasó el pueblo en seco y tuvieron una gran victoria sobre sus perseguidores.
Imposible vencer a la muerte, pero Jesús arrebató esas llaves y con su resurrección nos dio la vida eterna.
Imposible que un corazón pueda ser transformado, imposible que se abran caminos y se formen destinos.
Tantas cosas imposibles, pero solo humanamente hablando, porque lo que para los hombres es imposible, para Dios, NO lo es.
¿Luchando contra un imposible? Espera en Dios que hace posible lo imposible, si está en Su voluntad, no hay duda que lo concederá, ¡El sigue siendo Dios!
¿Hay imposibles? ¡Todas las cosas son posibles para Dios!

“Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” Marcos 10:27