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viernes, 15 de mayo de 2015

APLICANDO TODOS LOS PRINCIPIOS: LAS CONVICCIONES



VIVIENDO POR PRINCIPIOS
APLICANDO TODOS LOS PRINCIPIOS: LAS CONVICCIONES
Vamos a continuar hablando acerca de los principios bíblicos aplicados a nuestra vida, pero hoy no hablaremos de un principio en específico sino  de la importancia que tiene para nuestra vida caminar aplicando esas verdades infalibles de la palabra de Dios a todas las áreas de nuestra vida cristiana y sobre todo hoy hablaremos acerca de nuestras CONVICCIONES.

Tal vez alguna vez hemos escuchado la frase “tener convicciones firmes” o “vivir por convicciones y no por emociones”, es muy importante para todo aquel que es seguidor de Cristo, conocer bien cuáles son sus convicciones y por qué es importante tenerlas.
Primero definiremos bien que es una convicción? La palabra “convicción” significa: Convencimiento, es tener creencias firmes y estar plenamente convencido de algo. Cuando creemos firmemente en algo, no dudamos, sino por el conocimiento o la experiencia que tenemos sabemos que algo es verdadero.

Por ejemplo todos sabemos que el fuego quema nuestra piel por lo tanto no vamos a exponer nuestras manos o nuestro cuerpo a una llama ardiente, porque estamos convencidos, ya sea por el conocimiento que tenemos o la experiencia que hayamos vivido, que el fuego causa dolor y heridas en la piel; estamos convencidos que no debemos hacerlo. Eso es una convicción, para que podamos entenderlo mejor, es una creencia firme, que no vamos a abandonar tan fácilmente. Un cristiano que no tiene convicciones será fácilmente preso del engaño o llevado por todo viento que sople cerca de él, porque no tiene nada sólido. La palabra de Dios nos dice en Santiago 1:6 porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”

Lo contrario a la convicción es la duda, la indecisión, la inseguridad.  Cuando NO tenemos convicciones lo que nos digan será valedero y rápidamente nos convencerán o nos mostrarán otro camino al verdadero, iremos de un lado a otro, fluctuando entre una vida santa y una vida de pecado o bien llevando un cristianismo “light” por así decirlo un cristianismo ligero, diseñado a mi conveniencia y no alineado a lo que Dios ha diseñado. Cuando no tenemos convicciones rápidamente podemos llamar a lo malo bueno y lo bueno verlo como algo pasado de moda o demasiado radical.

Como primera cosa la palabra de Dios nos habla de la palabra convicción en Hebreos 11:1 “Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Las convicciones se basan en la fe, aquello que no vemos, pero que estamos convencidos que es real, que es verdadero y por eso lo aplicamos a nuestra vida, en nuestra casa, en nuestra familia, trabajo, ministerio y todo lo que tiene que ver con nosotros. Los principios que están en la palabra de Dios de los que hemos  y estamos hablado tanto como individualidad, poder y forma, unidad y unión, etc. Son verdades que aplicamos a nuestro diario vivir porque son convicciones con las que vivimos porque creemos que son verdades firmes de la palabra de Dios que nos permiten vivir una vida agradable al Señor.

Entonces de qué debo estar convencido:
1.  
  Quien es Dios? Debo estar completamente convencido quién es Dios, buscar el conocerle, el aprender quién es y lo que ha hecho por mí. Eso me dará un convencimiento de en quién estoy confiando, muchas veces no tenemos fe, vivimos sumidos en la duda o la incredulidad porque no conocemos en qué Dios es en el qué confiamos, vamos a una iglesia, formamos tal vez parte de un ministerio, pero estamos muy lejos de conocer completamente en nuestro corazón quien es Dios. Así que esta convicción debe ser la primera y fundamental en mi corazón. Y cómo la adquiero?? Leyendo la palabra, orando, hablando con Dios, buscando su presencia y escuchando de otros que cuentan sus experiencias valiosas con Dios.

2.Otra Cosa de la que debo estar convencido es que la palabra de Dios es verdadera y no pasa: la palabra de Dios ha pasado de generación en generación y sus enseñanzas, principios, valores y fundamentos no han cambiado a lo largo de los siglos, la palabra de Dios debe ser mi guía para adquirir mis otras convicciones, como escuché una vez a un pastor decir: “Soy lo que la palabra de Dios dice que Soy, tengo lo que la palabra de Dios dice que tengo, puedo hacer lo que la palabra de Dios me dice que puedo hacer”. Sino conozco Su palabra, no voy a tener convicción de pecado, ni voy a tener convicciones verdaderas en qué fundamentar mi vida.

3.  La tercera cosa de la que debo estar convencido es que Dios tiene un plan y un propósito para mí: También muchas personas viven sin rumbo, vagan sin conocer que hay un destino, un plan divino, un calendario celestial que rige nuestra vida, no podemos vivir como los gatitos o las mascotas viviendo el día a día sin un propósito, estoy aquí en esta tierra porque Dios lo ha permitido y ha decidido y debo estar convencido que si Dios me ha dejado vivir es por algo y debo buscar sus propósitos en mi vida.

Entonces sabiendo algunas de las cosas de las que tenemos que estar plenamente convencidos tenemos que pensar para qué me sirve vivir por convicciones:
1.    Para tomar decisiones que sean sabias y no ser gobernado por mis deseos: Por ejemplo algo es divertido, es bonito, especial, no le hace daño a nadie, lo hago? sin pensar si es prudente, si es correcto, si es bueno o no? si agrada a Dios o Dios lo permite? Cuando vivo por convicción, por más inocente o divertido que sea algo voy a actuar prudentemente y sabiamente, pensando no solo en el momento, en el placer que algo me da o en complacer a otros, sino en lo que puede trascender esta acción de la que estoy tomando parte. La madurez en nosotros nos lleva automáticamente a una evaluación rápida a la luz de la palabra como un filtro, si pasa lo hago sino sencillamente no lo hago.

2.    Tener convicciones personales me lleva a comprometerme: Las convicciones personales son esas creencias firmes en las que yo en mi individualidad creo y me mantengo firme. Por ejemplo hago esto o lo otro, no porque no quiero ser castigado o porque no quiero ser disciplinado, sino porque amo a Dios y hago lo a Él le agrada.  Muchas personas conocen a Dios y viven con las convicciones de otros pero cuando esa persona le falta fracasan en su caminar cristiano porque no era auténticamente en lo que ellos creían, sino vivían de la fe de otra persona. Las convicciones personales me hacen comprometerme con Dios y con los hombres para empezar algo y terminarlo y también me ayudan a pensar que si algo no puedo hacerlo no debo comprometerme.  Un ejemplo que se me ocurre es cuando un joven está en el mundo y no conoce de Dios va teniendo de novia en novia, de aventura en aventura sin pensar si está haciendo lo correcto o no, el joven que ama a Dios y que busca hacer SU voluntad, que está convencido que quiere hacer lo que a Dios le agrada tendrá amigas, conocerá personas, pero no adquirirá ningún tipo de compromiso que no tenga un futuro a largo plazo porque no está convencido si es o no la voluntad de Dios, por lo tanto, si esta relación no tiene un futuro tampoco lo hago parte de mi vida ahora, en conclusión busco hacer la voluntad de Dios y por convicción actúo y no por mis deseos. Soy una persona comprometida.

El vivir por convicciones nos dará poco a poco más madurez en El Señor y mostrará mucho mas a Cristo en nosotros quien nos amó y estaba plenamente convencido que Su sacrificio no sería en vano sino para vida nuestra.


Próxima semana seguimos hablando de convicciones y cómo ayudar a nuestros  hijos a tener convicciones firmes en Dios.

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