DOBLEGARSE...
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que él os exalte cuando fuere tiempo”
1ra. Pedro 5:6
Cuando una persona se enfrenta ante una tragedia, un dolor tan grande, perder un ser querido, una enfermedad grave, el corazón se preocupa, se entristece pero ante todo se DOBLEGA, doblegarse es ceder voluntariamente ante una situación, aceptar la voluntad de otro y no la nuestra, cuando nos sentimos impotentes ante la adversidad y lo que se agolpa contra nosotros es superior, no tenemos opciones y doblegamos nuestro orgullo, nuestra altivez, doblegamos nuestro yo y nos humillamos. La palabra de Dios nos dice “Humillaos, pues bajo la poderosa mano de Dios”… humillarse bajo la poderosa mano de Dios es humillarse o doblegarse ante una mano que sana, que con amor nos dirige, nos humillamos bajo su poderosa mano, una mano que nos sostiene, nos levanta, nos abre la puerta de la libertad y de la verdad…
Por qué esperar a ser doblegados por otras circunstancias, por qué esperar a que los vientos contrarios dobleguen nuestro corazón y debamos ceder nuestra voluntad ante la adversidad, por qué esperar a ser quebrantados… no es mejor humillarse delante del Señor cada día, ponerse debajo de su cobertura, bajo su sombra, bajo sus alas, vivir así con nuestra cabeza cubierta por su autoridad, reposando bajo su protección, haciendo Su voluntad sobre la nuestra...
Cuanto más altivos somos más difícil será el quebrantarse, cuanto más alto estemos más duro será doblegarse, contrariamente cuanto más nos humillemos bajo la poderosa mano de Dios, EL nos exaltará cuando fuere tiempo, vale la pena someterse hoy a Su voluntad y ponernos bajo Su poderosa mano!!!
Cuanto más altivos somos más difícil será el quebrantarse, cuanto más alto estemos más duro será doblegarse, contrariamente cuanto más nos humillemos bajo la poderosa mano de Dios, EL nos exaltará cuando fuere tiempo, vale la pena someterse hoy a Su voluntad y ponernos bajo Su poderosa mano!!!
OREMOS: Señor hoy quiero ponerme bajo tu autoridad, humillarme ante ti, vivir bajo tus alas, reconozco que de ti dependo enteramente, mi familia, mi trabajo, mi vida todo lo someto hoy a tu voluntad, quiero vivir con mi cabeza cubierta por tu mano, de qué me sirve Señor tanta altivez, tanto orgullo, tanto hacer mi voluntad… hoy me quebranto delante de ti y rindo mi corazón y mi voluntad y los pongo bajo tu poderosa mano, cuando fuere el tiempo Dios responde mi oración y los anhelos de mi corazón, tu los sabes todos… Amén!
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