Ana fue a buscar la ayuda correcta
“ ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida,
y no pasará navaja sobre su cabeza.”
1ra. Samuel 1:11-13
Ana estaba siendo probada en muchos aspectos, sin embargo vemos que no se quejaba con su marido, no habla la biblia que fuera con su familia, con otras mujeres a llorar su pena y a quejarse de lo malo que estaba viviendo, ella había esperado con mucha paciencia, cada año venía a presentar el sacrificio al Señor con las manos vacías porque no tenía un hijo, sin embargo a pesar de su pena no le vemos quejarse y llegó el tiempo en el que tomó una decisión FUE A BUSCAR LA AYUDA CORRECTA, clamó a Dios, abrió su corazón a Él, que era el único que podía verdaderamente solucionar su pena.
Cuantas veces vamos a Dios cuando más cargados y fatigados nos sentimos? Tenemos la tendencia a querer contar todo lo que nos pasa, sufrimos en silencio muchas veces, pero también muchas veces sufrimos contando lo que nos pasa, a una amigo, a una hermano, un compañero o mostramos aspereza, tristeza y amargura ante todos, para que sepan que lo estamos pasando mal y al último lugar al que vamos es nuestro lugar de oración, donde verdaderamente está la solución a todos nuestros problemas.
Es necesario que abramos nuestro corazón al Señor, Dios lo sabe todo y conoce quiénes somos, cómo estamos y cómo nos sentimos, a Dios no podemos impresionarlo con nuestra actitud o con nuestras palabras, a Dios le impresiona un corazón sincero e integro delante de Él, que no le esconde nada y que se duele y desgarra ante El, reconociendo SU grandeza y su poder.
OREMOS: Señor hoy quiero venir delante de ti sin esconderte nada, Señor quiero pedirte que me ayudes a buscarte a ti como la primera y la única opción para recibir la solución de todos mis problemas, que cada vez que mi vida se vuelva gris, y las tormentas empiecen a sacudirme pueda ir a ti como el primero, que pueda buscarte a ti como mi única fuente de refugio, de consuelo, de salvación. Quiero clamar con todo mi ser y abrir mi corazón como Ana lo hizo, sin esconderte nada, sin aparentar nada, tu me conoces Señor al completo, quiero confiar en ti y correr a tu refugio que es donde siempre estaré seguro. Amen!
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