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sábado, 10 de diciembre de 2016

ACÉRCATE A EL


"Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz."
Lucas 8:47-48



Existen países en el mundo donde cada familia gasta el equivalente a un mes de ingresos al año en gastos asociados a su salud, desde cosas sencillas hasta complicaciones que pueden ocasionar muchos más gastos en determinados momentos de sus vidas. Cuando padecemos alguna enfermedad buscamos a toda costa encontrar la forma de ser sanados.


En el libro de Lucas vemos a una mujer que padecía de un flujo de sangre desde hacía doce años, era para ella una enfermedad incurable, ya que dice la escritura que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no había podido ser curada, esta mujer seguramente estaba acostumbrada a luchar, a intentar todas las formas posibles para obtener su sanidad, y en esta ocasión no iba a desaprovechar la oportunidad de acercarse a Jesús, ella sabía en su corazón que El podía hacer algo por ella y con toda humildad, temor y timidez se le acercó por detrás y logró tocar el borde de su manto, fueron instantes los que ella estuvo en contacto con El Señor, pero dice la escritura que al instante se detuvo el flujo de sangre, su enfermedad había sido quitada.

Jesús al instante también conoció que había salido poder de él, Dios conocía la condición de aquella mujer y lo único que deseaba era sacarla a la luz para que no quedara oculto aquel precioso milagro.

Esta mujer había intentado durante doce años ser curada, había probado todos los medios, todos los médicos, quizás había escuchado muchos consejos y había puesto en práctica muchas cosas para tener la solución a su problema, pero bastaría un instante cerca de Jesús para recibir su milagro esperado. Su enfermedad era para mostrar la gloria de Dios y muchos habrán creído a través de aquel milagro.

Cuántas veces estamos luchando contra corriente tratando de alcanzar algo sin lograrlo, quizás estamos clamando por sanidad en nuestro cuerpo, pasan los largos años, meses o días intentando tener solución y no la alcanzamos. Tal vez llevamos mucho tiempo buscando una solución para nuestros problemas familiares, problemas económicos, problemas de relaciones destruidas, un empleo, la conversión de un ser amado, cosas que solamente Dios conoce y que están en lo profundo de nuestro corazón?

Hoy podemos acercarnos a Jesús y llegar hasta su presencia con nuestro dolor, con nuestra angustia, con nuestra petición y en un instante El puede solucionar todo aquello que por años o por mucho tiempo no hemos podido conseguir. El corazón humilde, pero lleno de fe de aquella mujer movió la mano de Dios y recibió el milagro tan deseado.

No esperes más y corre hoy a Jesús, hoy no hay una gran multitud entre la que debemos abrirnos paso, pero hay multitud de ocupaciones, de adversidades, de situaciones que no nos permiten llegar hasta El, pero debemos abrirnos camino y llegar ante su presencia con un corazón contrito y humillado, declarando nuestra impotencia, reconociendo Su grandeza y creyendo con toda nuestra fe que El puede hacer en nosotros posible lo imposible.

Acércate hoy a Jesús y si es Su voluntad y el tiempo perfecto en un instante puede solucionar aquello que angustia tu corazón, cree en El, verás la gloria de Dios.

Señor Jesús necesito de ti, necesito tocar el borde tu manto, que tu poder repose sobre mi vida y haga un milagro, tu conoces la lucha que vivo cada día, sáname Señor y sere sano, límpiame y seré limpio, liberame y seré libre, transforma todo lo que veo imposible de resolver, en posible por tu gracia, por tu fidelidad y por tu misericordia, espero en ti Señor, toma todo lo que soy y que se haga tu perfecta voluntad en mi. Amén!

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