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viernes, 17 de febrero de 2017

LLENOS DE GOZO


Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.
Hechos 13:52

"Eran las ocho de la tarde, acababa de volver nuestro hijo de 4 años de una cirugía muy dificil en la que había estado más de ocho horas, el diagóstico fue desvastador, un cáncer terminal y solamente la posibilidad de 3 o 4 meses de vida. El dolor que puede llegar al corazón de unos padres es inexplicable para poder plasmarlo en palabras, pero sentíamos un dolor tan profundo, como el que seguramente siente una persona a la que le han arrancado un trozo de su cuerpo.  Bajé a la primera planta del hospital, necesitaba respirar y salir por un momento de aquella habitación, busque un lugar para orar, fue una capilla donde solamente habían bancas para sentarse y mucho silencio. Allí doble mis rodillas, me postré ante la presencia de Dios y le dije con todo mi corazón " SI TU NO ME AYUDAS, YO NO PUEDO CON ESTO", derramé mi corazón, me quebranté como nunca en la vida recuerdo haberlo hecho y en la medida que mi corazón mostraba a través de las lágrimas aquel dolor tan intenso, de pronto algo pasó en mi interior, algo sobrenatural inundó todo y fue llenando mi mente, alma y corazón, todo mi ser con una alegría inexplicable, incomprensible para ese momento, era la llenura del Espíritu Santo a través del gozo, no habían motivos para reir, pero yo reía, tenía gozo, no habían razones para estar feliz, pero yo lo estaba, recibí el gozo del Señor y esa fuerza que me levantó de ese lugar, me sostuvo hasta entregar a nuestro hijo con El Señor 23 meses después  y me sostiene hoy para poder dar testimonio de ello."

Este relato es una experiencia muy personal, pero que expresa la vivencia sobrenatural de tener gozo. El gozo no es lo mismo que la felicidad, la felicidad es causada por agentes externos, un logro, una meta alcanzada, un regalo, una persona en nuestra vida, un lugar, un puesto de trabajo, bienes materiales y muchas cosas más pueden dar motivos de felicidad al corazón.  Pero el gozo de Dios no es causado por nada exterior, viene del interior, como una fuente de agua viva que crece poco a poco y va llenando todo nuestro ser, nos llena de alegría, de esperanza, de nuevas fuerzas, de paz. 

El gozo que El Espíritu Santo trae al corazón es quizás inexplicable para el entendimiento humano, pero en la lógica de Dios todo tiene un sentido, un propósito, una meta eterna que sobrepasa lo terrenal y nos hace vivir y experimentar  en un ambiente celestial aquí en la tierra.

Solamente a través del Espíritu Santo podemos tener gozo, es uno de los frutos de tener al Espíritu de Dios morando en nosotros, es una expresión, una forma de ver la vida para los hijos de Dios. La escritura dice en otro pasaje que el gozo de Dios es nuestra fuerza, por lo que la tristeza de nuestro corazón es nuestra debilidad. 

No se qué situaciones estés enfrentando hoy que puedan darte motivos para estar triste, para tener dolor, para sufrir o para angustiarte. Pide hoy al espíritu Santo que llene tu corazón de gozo, recibirás esa fuerza interior que levantará tu corazón y abrirá tus ojos para no ver únicamente lo que tienes delante, que quizás sean problemas y dificultades, pero que con el gozo de Dios en ti podrás recibir nuevas fuerzas, paz, esperanza y una forma diferente de enfrentar la vida, no en tus propias fuerzas, sino fuerte en Dios.

Espíritu Santo toma mi corazón, mis penas, mis dificultades, mis problemas y mi falta de alegría y llena mi corazón de gozo, inúndame con tu presencia, que de mi corazón pueda brotar , alegría, paz, gozo y nuevas fuerzas, ganas de vivir y seguir luchando en tus fuerzas y en tu amor. Ven Espíritu Santo, lléname de ti, lléname de gozo! Amén!




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