"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre."
Juan 14:12
"Tener un hijo te cambiará la vida" fue una frase que hace muchos años me dijo una mujer muy especial cuando sabía que mi primer hijo venía en camino, siempre recordaré esas palabras porque si, fue así, un hijo cambia la vida, hace que las cosas se vean de otra forma, ya no eres solo tu, ya no son dos personas unidas en amor juntas, ahora son tres, esa personita que puede llenar tu corazón de amor y de quien pasarás pendiente el resto de tu vida.
Los hijos nos enseñan a amar incondicionalmente, a perdonar aún sin tener la razón, a comprender antes de juzgar, a servir, a dar lo mejor sin esperar nada a cambio y a entender un poco más el inmenso amor de Dios hacia nosotros como sus hijos.
En el libro de Juan Jesús está hablando a sus discípulos, ora por ellos, les aconseja y da sus últimas instrucciones y expresa el deseo de su corazón diciendo en palabras actuales: Les digo la verdad: el que cree en mí también va a hacer las obras que yo hago. Y hará obras todavía más grandes porque yo regreso al Padre.
El deseo de Jesús hacia sus discípulos es que ellos hicieran lo mismo que el hacía y obras aún mayores, cuántas cosas hizo Jesús y cuántas cosas mayores podemos hacer nosotros como sus hijos, pero la pregunta es ¿Las estamos haciendo?
¿Cuál es el deseo de tu corazón hacia tus hijos? ¿Y cuáles son las obras que tu como padre haces para que ellos imiten y mayores que esas puedan hacer?
Es una gran responsabilidad como padres pensar ¿Qué aprenden mis hijos de mi? ¿Qué cosas estoy haciendo yo y quiero que ellos hagan? ¿Qué cosas mayores de las que yo hago podrían hacer para El Señor?
Como padres debemos hacer nuestra la visión de Jesús y declarar cada día sobre sus vidas: Tu harás cosas para El Señor, cosas grandes para Su reino, tu vas a trabajar para extender Su reino, tu serás un siervo o una sierva de Dios, un hombre o una mujer lleno del Espíritu Santo y mayores cosas de las que yo hago harás!
Es tiempo no solo de vivir para nosotros, errando y corrigiendo, sino pensando que hay personas cerca de nosotros, nuestros hijos naturales o espirituales, personas que ven nuestro caminar diario y nuestro ejemplo de vida.
No olvides cada día orar por tus hijos, no importa si son pequeñitos, jóvenes o adultos, la oración de intercesión de los padres no tiene precio, declara cada día que serán hombres y mujeres de Dios y que mayores cosas que las que tu has hecho ellos harán!
Te pedimos Señor por nuestros hijos toma sus vidas en tus manos, que en ellos pueda haber un mover de tu Espíritu Santo para hacer cosas grandes en Tu reino, toma el control de sus pensamientos, emociones, sentimientos y corazón para sean guardados solamente para ti Señor y nadie los arrebate de Tu mano. En el nombre de Jesús, amén!
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