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martes, 16 de abril de 2019

ATESORANDO TU PALABRA EN MI!

Fueron edificadas, levantadas y restauradas 10 puertas de Jerusalen, recordemos cada una y atesoremos esta palabra en nuestro corazón:


La puerta de las ovejas: La puerta que simboliza la restauración de nuestra relación con Jesús, vivir una vida cerca de Él y bajo su voluntad, Jesús  nuestro mayor tesoro y el pilar de nuestra vida.

La puerta del pescado: La puerta que simboliza la carga en nuestro corazón por las almas perdidas, restaurar en nosotros el primer amor para compartir y dar a conocer a Jesús a todo aquel que se acerca a nosotros.

La puerta vieja: La puerta que nos recuerda que cielo y tierra pasarán pero Su palabra permanece para siempre, restaurar la lectura de la palabra, continua, constante, cada día de nuestra vida, porque cada día Dios quiere decirnos algo.

La puerta del valle: La puerta que nos recuerda que aunque pasemos por dificultades y adversidades no hemos sido abandonados allí, sino que Dios siempre ha estado con nosotros, no todo el camino es un valle, pero si Dios permite que pasemos por alguno debemos recordar que nunca nos dejará allí para siempre.

La puerta del muladar: Una puerta muy importante de restaurar, la puerta que simboliza la limpieza interior y no permitir que nada ensucie nuestro corazón y se contamine, si algo ha entrado o está contaminando nuestra vida, debemos sacarlo pronto de nuestro corazón. 

La puerta de la fuente: La puerta que nos acerca al Espíritu Santo en nuestra vida y buscar su dirección y su sabiduría.

La puerta de las aguas: La puerta que simboliza la llenura del Espiritu Santo y el no conformarnos con poco de Su presencia, sino siempre anhelar sumergirnos en su río.

La puerta de los caballos: La puerta que nos recuerda que nuestras fuerzas solamente vienen del Señor y que con El en nosotros todas las cosas son posibles.

La puerta del Oriente: La puerta que nos recuerda la segunda venida de Cristo, que todo es pasajero y que El es nuestra esperanza gloria, una puerta que debemos restaurar para pensar en lo eterno y quitar nuestros ojos de todo lo terrenal. 

La puerta del juicio: La puerta que nos recuerda que todos pasaremos por el tribunal de Cristo y nada podemos ocultar de El, una puerta sumamente importante que debemos restaurar para vivir una vida agradable a Dios, partiendo de nosotros mismos y no solamente señalando a los demás.

Cada puerta en nuestro corazón es importante y nos ayuda a vivir una vida más cerca del Señor, más centrada en Cristo y  nos recuerda que es necesario que cada día mengüemos más nosotros y que EL Señor crezca cada vez más en nuestro corazón.

Y tú, ya estás restaurando tus puertas??

Gracias Señor por todo lo que nos has enseñado en este capitulo del Libro de Nehemías, ayúdanos a atesorarlo en nuestro corazón y a ponerlo por obra. Amén!

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