Generalmente cuando nos dirigimos a Dios en una oración expresamos frases de la biblia como “inclina Señor tu oído a nuestra oración” o “inclina tu oído a mi clamor”, queriendo mostrar así la grandeza de Dios en los cielos y nuestra pequeñez aquí en la tierra… pero leyendo la palabra podemos ver que también El Señor nos dice “inclina tu oído a mis razones” te has preguntado alguna vez por qué Dios puede decirnos a nosotros, que somos humanos, que no tenemos grandeza o poder, que inclinemos nuestro oído??? Si hay que inclinarlo es porque está en alto…?
La respuesta es sencillamente porque en muchos de nosotros cuando no estamos pasando por tiempos de tribulación o de quebrantamiento, rápidamente nos enorgullecemos, levantamos nuestra vista y nuestra frente se vuelve altiva, a veces ante Dios, otras veces ante personas que amamos y queremos, nos sentimos bien, cómodos, invulnerables, independientes, auto suficientes y poco a poco vamos escuchando menos la voz de Dios y nos vamos alejando de El… es entonces cuando Dios nos dice INCLINA TU OÍDO A MIS RAZONES, como queriéndonos decir: No subas tanto, humíllate…
Para oír la voz de Dios necesitas doblegar tu corazón, para entender los planes de Dios tienes que estar sencillo, humilde, doblegando tu voluntad ante un Dios que lo sabe y puede todo, inclinar el oído a las razones, a la voluntad, a las decisiones de Dios requiere humillarse, pero de esta forma inclinando nuestro oído, voluntad y corazón podremos escuchar mejor Su voz en todo tiempo y nos apartaremos menos de Su camino.
Inclina hoy tu oído y deja que la dulce voz del Señor hable a tu corazón, te confirme, te de dirección, te muestre el camino, escucha su consejo, no seas altivo o sabio en tu propia opinión, cuando Dios dice que no siempre hay una razón, si te dice espera, no te afanes ni te angusties, a Su tiempo llegará. Inclina hoy tu oído estarás más cerca de Su corazón y de Su voluntad.
Para oír la voz de Dios necesitas doblegar tu corazón, para entender los planes de Dios tienes que estar sencillo, humilde, doblegando tu voluntad ante un Dios que lo sabe y puede todo, inclinar el oído a las razones, a la voluntad, a las decisiones de Dios requiere humillarse, pero de esta forma inclinando nuestro oído, voluntad y corazón podremos escuchar mejor Su voz en todo tiempo y nos apartaremos menos de Su camino.
Inclina hoy tu oído y deja que la dulce voz del Señor hable a tu corazón, te confirme, te de dirección, te muestre el camino, escucha su consejo, no seas altivo o sabio en tu propia opinión, cuando Dios dice que no siempre hay una razón, si te dice espera, no te afanes ni te angusties, a Su tiempo llegará. Inclina hoy tu oído estarás más cerca de Su corazón y de Su voluntad.
Dios cuantas cosas podemos aprender en tu palabra, hoy Señor quiero pedirte que me ayudes a inclinar mi oído a ti, que mi corazón no se enaltezca, ni se enorgullezca entendiendo solamente mis razones y mi forma de pensar y ver las cosas, hoy inclino mi oído a ti, dame la humildad y la sencillez para doblegar mi corazón y poder escucharte mejor, entender mejor tus decisiones en mi vida y en todo lo que hago, quiero prestar atención a tus palabras, solamente inclinando mi oído podré entender tus razones y tus propósitos en mi vida, dame Señor otra forma de ver la vida y dame la humildad para aceptar Tu voluntad perfecta. Amen!
palabras maravillosas
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