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domingo, 10 de septiembre de 2017

MAS DE TI EN MI FE



MÁS DE TI EN MI FE

Todos tenemos fe, o más bien dicho todos creemos que tenemos fe, hasta que realmente nos vemos en una situación en la que ésta es probada y nos damos cuenta lo grande o lo pequeña que puede ser nuestra fe.



"La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve", como dice el libro de Hebreos, y así debería ser nuestro caminar siempre, creyendo y esperando con certeza y plenamente convencidos que recibiremos algo que no vemos, para esto necesitamos más del Señor en nosotros y si no lo tenemos, pedirle a El que aumente nuestra fe.



Algunas veces actuamos de manera diferente a lo que es la fe, por ejemplo, si alguien nos dice que le ha dado resultado tal y cual producto para limpiar, para el cabello, para la cocina, aún si la publicidad nos dice que algo es efectivo, rápidamente lo damos por hecho, como algo cierto y no solamente eso, lo adquirimos y vemos la forma de tenerlo porque estamos plenamente seguros que así será.



En otras ocasiones el médico, la enfermera, un amigo, un familiar nos habla de una pastilla efectiva para aliviar algún dolor o padecimiento, otra vez rápidamente, buscamos la forma de tenerlo y adquirimos el medicamento, casi seguros que eso nos aliviará. Otras veces puede ser que nos recomiendan un lugar especial, un sitio agradable, un buen libro, alguna música y creemos en las palabras de esas personas que lo han dicho, aceptamos como cierta su recomendación y no dudamos en ir a esos lugares, comprar o buscar esos libros o escuchar esa música. Todo esto por una razón, confiamos en la fuente de dónde viene la recomendación.



La palabra de Dios está llena de versículos de promesas, de verdades inmutables, de hechos reales que ocurrieron en otro tiempo para darnos ejemplo, para darnos esperanza, para alentarnos para hacernos reaccionar y demostrarnos que tenemos un Dios vivo que está tan al pendiente de nosotros, pero en esta ocasión tristemente no confiamos de la misma manera, dudamos, lo pensamos y muchas veces hasta creemos que eso podría ser para otros, pero no para nosotros.



¿Deberíamos preguntarnos por qué confiamos tanto en otras cosas y en El Señor no? La escritura dice en el libro de Hebreos 11:6 "sin fe es imposible agradar Dios", las dudas en el corazón entristecen el corazón de nuestro Señor, porque nos ve tan fáciles de convencer por tantas cosas alrededor y tan difíciles de confiar y tener fe en Él. No podemos decir que creemos en Dios y vivir como si no existiera, la duda, la incredulidad, el temor y la falta de fe no son agradables al Señor.



Tarde o temprano nuestra fe va a ser probada por el fuego y debemos estar preparados, no podemos querer tener fe de un momento a otro si pasamos todo el tiempo desconfiando de lo que Dios puede hacer, la fe es un fruto que crece en nosotros, que nace de nuestra relación cercana con El Señor, del tiempo que pasamos con Él y lo mucho que hay de Su palabra en nosotros.



La palabra nos habla de la fe y hoy vamos a ver 3 cosas que podemos comenzar a hacer hoy para que este fruto se manifieste en nosotros no solo cuando tenemos pruebas y dificultades sino todo tiempo.



1. ACERCARNOS AL SEÑOR: La duda, la desconfianza y la falta de fe se manifiestan cuando un corazón no conoce a su Dios. Es normal que no confiemos en alguien que no conocemos, si una persona se acerca a nosotros y nos dice algo, aunque sea verdad, es posible que no le creamos, porque desconocemos quién es esa persona. Sin embargo si alguien que es de toda nuestra confianza nos dice algo, no dudamos, rápidamente damos por cierto aquellos que nos ha dicho. La fe no aumenta solo diciendo que somos cristianos, la fe aumenta cuando pasamos tiempo con El Señor, leemos su palabra y permanecemos en Su presencia la mayor parte del tiempo, no quiere decir que dejemos de trabajar y hacer las cosas, estar en Su presencia es tener ese conocimiento que El está a nuestro lado siempre en todo momento y en todo lugar.

La escritura dice en el libro de los Salmos 145:18 "Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras." El Señor siempre está dispuesto a estar cerca de nosotros, El es un Dios cercano, a todos los que de verdad y con sincero corazón le buscan. Si leemos su palabra nuestra fe aumenta, porque se afirma en nuestro corazón, porque a través de ella Dios nos habla y nos hace ver cómo su fidelidad ha permanecido con Su pueblo en todo tiempo y nunca les ha abandonado. Anhelamos más del Señor en nuestra fe? Acerquémonos y pasemos tiempo con Él.



2. CAMINAR CON DIOS: Sabemos que la escritura dice que sin fe es imposible agradar a Dios, pero debemos ver que esta escritura no está escrita de manera individual, en el versículo anterior dice "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte y no fue hallado porque lo traspuso Dios. Porque sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." En esta escritura está hablando de la vida de Enoc, el aparece en pocas ocasiones en la Biblia, creció y vivió en un ambiente lleno de maldad, pero la escritura dice en Génesis 5 que Enoc caminó con Dios, de ningún otro antes se habla que haya caminado con Dios, solamente con Enoc y por su fe en Dios, fue premiado ya que no murió sino que desapareció porque Dios se lo llevó.

La vida de Enoc nos enseña que un hombre que camina con Dios tiene fe, vive por fe, cree en El y no duda. El tener fe no solamente es creer en Dios, es creerle a Dios, ser obediente, caminar con Él de cerca, sin apartar la mirada, sin titubear y sin mirar atrás. Nuestra fe aumenta cuando caminamos con Dios, caminar con Él es hacer vida su palabra en nosotros en todo lugar, en todo tiempo, ante cualquier situación, caminar con Dios nos hace hombres y mujeres de fe. Anhelamos más de Dios en nuestra fe? Caminemos con El Señor hagamos viva su palabra en nosotros.


3. DAR GRACIAS A DIOS: Dar gracias generalmente lo hacemos para agradecer un favor recibido, cuando recibimos algún regalo o un bien material, damos gracias porque vemos con nuestros ojos, y podemos tocarlo con nuestras manos, pero dar gracias antes de recibir y ver eso que hemos pedido es actuar con fe. En el libro de Romanos 4:20-21 está hablando del padre de la fe, Abraham y dice “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”. Aquí dice que Abraham se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, dando gracias, convencido que El Señor era poderoso para hacer lo que le había prometido. La fe se fortalece cuando damos las gracias sin haber recibido aquello que hemos pedido, cuando oramos con acción de gracias estamos orando con un corazón lleno de fe, porque está seguro que cualquiera que sea la respuesta del Señor será bueno para él, porque Dios no se equivoca. Podemos fortalecer nuestra fe cuando damos gracias, es una certeza inexplicable la que viene al corazón cuando decimos, gracias y damos gloria a Dios por lo que va a hacer, sin haberlo visto nuestros ojos.

Así que si queremos y anhelamos más del Señor en nuestra fe, debemos acercarnos a Él, pasar tiempo con El Señor, leer su palabra para que nadie nos engañe o nos haga dudar de Su poder, debemos caminar con El como lo hizo Enoc, poniendo por obra Su palabra y dando gloria a Dios y dándole gracias porque es así como se fortalece nuestra fe.






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