"Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación."
2 Corintios 1:5
Una aflicción es un padecimiento, una molestia o un sufrimiento por el que una persona pasa en determinado tiempo de su vida, puede durar pocos minutos o puede durar mucho tiempo, la aflicción es una alteración en nuestro ritmo de vida que nos causa dolor, desasosiego, intranquilidad, tristeza, abatimiento o malestar general.
Las aflicciones son parte de la vida, según nuestra edad vamos pasando por diversos momentos de aflicción, un bebé se aflige cuando ya se da cuenta de lo que está a su alrededor y pierde el contacto visual con su madre, le busca desesperadamente y se aflige su corazón al sentirse solo. También causa aflicción para algunos niños su primer día de colegio, los exámenes, las competencias entre amigos, entre los jóvenes causa aflicción a veces el no ser aceptados, el no tener la aprobación de otros y así vamos creciendo teniendo tiempos de aflicción y tiempos de paz, creciendo y dejando que la lluvia por más fuerte que parezca nos ayude a crecer, fortalecernos y desarrollarnos.
¿Quién no ha pasado por una aflicción? Todos pasamos por diversos tiempos y tipos de aflicciones y la palabra de Dios dice con seguridad "que de la manera en que ABUNDAN en nosotros las aflicciones de Cristo, así también abunda por el mismo Cristo Su consolación en nosotros." Tanto las aflicciones como la consolación a cada una de ellas viene de Dios y esta debe ser nuestra esperanza.
El problema es que cuando vivimos la aflicción nos cuesta divisar la mano de Dios moviendo los hilos de nuestra vida, vemos la injusticia del hombre, la maldad que hay a veces en los corazones de las personas que actúan sin amor y compasión, otra veces nos ocurren cosas inesperadas que alteran completamente el ritmo de nuestra vida, llegan los por qués, las mil preguntas acerca de todo lo que nos ocurre y todas estás cosas se van poniendo como capas una sobre otra, ocultando de nuestra visión la mano de Dios que siempre nos cuida, nos dirige y que nos libra aún en medio del dolor.
Es allí donde interviene la FE que es la que camina con certeza esperando y la que avanza solo con la convicción y sin ver nada que solucione nuestra aflicción. Sin ella es imposible agradar a Dios, porque en medio de la aflicción es la fe la que se abre camino en medio de la injusticia, en medio de la maldad, en medio de los por qués, en medio de las situaciones inesperadas, en medio de la rutina y la única que puede llevarnos hasta el otro lado de nuestra aflicción en victoria para recibir esa consolación del Señor y Su fortaleza para seguir adelante sin desmayar y sin abandonar Su camino.
¿Vives una aflicción en estos momentos? Tienes angustia en tu corazón, dolor, tristeza, abatimiento, impotencia y tienes muchas preguntas sin responder? Pide al Señor que te llene de fe, para que aunque tus ojos no vean nada, con tu corazón puedas ver Su salvación a cualquiera que sea el dolor que estás viviendo, dile al Señor que llene tu corazón de fe para avanzar en medio de la tormenta, para caminar en medio del camino difícil y sobre para tener esperanza en que El mismo Dios que ha permitido la aflicción es el mismo que traerá la solución, te dará la consolación, la salida y la victoria!!!!
Seca tus lágrimas y sacude el polvo de la impotencia! Clama a Dios con fe, El ya tiene todas las soluciones de todas tus aflicciones, no lo dudes!!!!
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