"Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra,
cuando oyeron que Jehová había peleado contra
los enemigos de Israel."
2 Crónicas 20:29
El miedo es esa sensación de angustia que es provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, según lo define el diccionario, es ese sentimiento de desconfianza que nos impulsa a creer que ocurrirá algo malo e inesperado. En muchos momentos de la vida podemos caer presos del miedo, el miedo es un enemigo que nos acompaña a bordo del viaje de nuestra vida y de quien debemos deshacernos a toda costa y no permitirle que haga nido en nosotros y nos convierta en personas temerosas y acongojadas.
Desde pequeños tenemos que ir enfrentando nuestros miedos, miedo a quedarnos solos sin ver a nuestra madre, miedo a la oscuridad, miedo al primer día de colegio, miedos al qué dirán y ser aceptado en la adolescencia, miedo a los exámenes, miedos mucha veces imaginarios por temores que se van apoderando de nuestro corazón. Y aún en la edad adulta seguimos teniendo miedos internos que aunque no confesamos a nadie, pueden venir a nuestra mente a tratar de convencernos que son reales y que no tenemos salida o escapatoria. El mundo está lleno de temor ante una sociedad violenta y la falta de seguridad que hay imperante en las calles a causa de la maldad en el corazón de los hombres.
Pero el miedo no solamente queda en un sentimiento, el miedo puede paralizarnos, inmovilizarnos o hacernos huir y correr de lugares y personas, el miedo puede hacer de nuestra vida una constante angustia que no nos permite ser felices y vivir la paz que Dios quiere que tengamos en el corazón.
En el libro de Crónicas el pueblo de Israel tuvo miedo porque venía un gran ejercito contra el rey Josafat y contra ellos, Dios les dio una palabra que no permitieran que el temor se apoderara de sus corazones, porque la guerra la pelearía El Señor por ellos, y así lo hizo, Dios cumplió sus promesas y el miedo no pudo vencerles, todo lo contrario dice este pueblo recogió un gran botín de sus enemigos, los cuales cayeron ante sus ojos y en el valle de Beraca (que quiere decir Bendición), se reunieron para alabar al Señor por la gran victoria que les había dado y volvieron a Jerusalem gozosos porque Dios les habia librado de sus enemigos, alabando al Señor con todo tipo de instrumentos, el miedo se habia convertido en gozo. El miedo se había volteado sobre sus enemigos, por que dice la escritura que el "pavor de Dios" cayó sobre todos los reinos de aquella tierra cuando oyeron lo que Dios había hecho por su pueblo.
Dios no quiere que vivamos presos del miedo, si este rey con todo su pueblo se hubieran atemorizado, seguramente les hubieran destruido, matado y robado todo lo que tenían,hubieran salido huyendo, escapando y dejando el terreno libre para darles la victoria a sus enemigos, por el contrario alabaron al Señor, dieron gracias y cantaron por lo que El Señor iba a hacer y el miedo se fue de ellos, en vez de tenerlo, el miedo se apoderó de sus enemigos.
Que tengan miedo ellos no tu!!!
Que tengan miedo ellos no tu!!!
Señor quítame el miedo! Mis enemigos pueden ser muchos, mis temores en el corazón sólo Tú los conoces, puedo albergar miedo al futuro, miedo a perder alguien amado, miedo a fracasar, miedo a vivir una vida simple y vacía, miedo a la soledad... Señor quítame el miedo! que pueda enfrentar a mis enemigos, que pueda salir a su encuentro sin temor, pero con seguridad en ti y gozo en mi corazón, alabándote por lo que vas a hacer con mi vida, mi futuro y el de mi familia solo tu lo conoces, pero yo me pongo en tus manos Señor, quiero ver tu Salvación y ser testigo de tu gran poder, quita el miedo de mi corazón, llénales de pavor a mis enemigos, porque tu estas conmigo, que tengan miedo ellos, pero YO NO! amén!!
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