" Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación"
2 Corintios 7:9
Estamos a las puertas de iniciar un nuevo año, 365 días de los cuales no conocemos nada, no sabemos nuestro futuro, ni sabemos todo lo que va a acontecer, pero de una cosa podemos estar seguros, DIO SI LO SABE y para poder comenzar una página nueva en nuestra vida debemos revisar lo que hemos escrito hasta hoy, lo que hemos hecho bien y lo que hemos mal, las cosas que pudimos hacer y no las hicimos por falta de fe, por negligencia o por muchos motivos y sobre todo revisar en qué hemos fallado y tomar la decisión de volver al Señor con arrepentimiento.
Arrepentimiento no es lo mismo que remordimiento, cuando tenemos remordimiento tenemos el sentimiento de culpa por haber hecho algo mal, pero tristemente aunque sabemos que no hemos obrado bien, si se volviera a presentar la misma oportunidad, quizás lo volveríamos a hacer, eso es remordimiento, solamente sentir dolor de haber hecho algo mal, pero sin cambio.
El arrepentimiento por el contrario es es retractarse, renunciar, abandonar, rechazar o desertar de una actitud o un hecho, un cambio de perspectiva, una visión diferente de las cosas y una nueva forma de hacerlas. El arrepentimiento es un cambio de mente, cambio de acciones y una transformación de nuestras actitudes.
No podemos decir que hemos sido rectos, perfectos y sin ningún error durante 365 días en un año, si la hora tiene 60 minutos, el día tiene 24 horas, la semana 7 días, el mes 4 ó 5 semanas y el año 12 meses, es imposible que en algún momento no hayamos hecho cosas que no son gratas al Señor, que ofenden Su presencia en nosotros, que hacen que duela Su corazón de amor y le fallemos.
Ayunamos este día para buscar mas del Señor en nosotros, entregar el próximo año al completo, pero el primer paso es limpiar nuestros corazones y no solamente sacar lo malo, debe haber un arrepentimiento que abre la puerta a poder dar frutos diferentes a los que hemos cosechado durante un año.
El primer paso es reconocer que hemos pecado, quizás palabras, pensamientos, acciones, cosas que hemos hecho sin pensar pero que han ofendido a otros, quizás hemos prometido cambiar ciertos hábitos en nuestro caminar y no nos hemos esforzado lo suficiente para superar esas áreas desagradables a Dios con las que cargamos durante un año y que no queremos que vengan con nosotros al año que inicia.
Tomemos hoy el tiempo de oración y ayuno que hemos escogido para hablar con El Señor y recordar todas esas cosas que no hemos hecho bien, humillemos nuestro corazón ante El Señor, reconociendo nuestra debilidad, nuestra falta de fe, de constancia, nuestra falta de esfuerzo y sacrificio y hablemos con Jesús con un corazón arrepentido y dispuesto a cambiar.
Qué el próximo año que inicia tengamos nuestro corazón limpio, disponible para que Dios obre a través de nosotros y vayamos en Sus fuerzas y no en las nuestras, que nuestro corazón arrepentido empiece a dar frutos de arrepentimiento.
Padre bueno hoy venimos delante de ti, para ponernos a cuentas y sobre todo para reconocer que no hemos actuado bien, para reconocer que nos falta mucho de ti y para aceptar que hemos fallado, que no hemos hecho lo que debíamos de hacer y hemos hecho lo que no debíamos. Perdónanos Señor, perdona nuestra torpeza, nuestra falta de fe, nuestra negligencia y nuestro poco esfuerzo para hacer lo que tu quieres que hagamos, hoy te rendimos nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo para que tu Señor tomes el control de nosotros y no permitas que este próximo año sigamos cometiendo los mismos errores, las mismas cosas, danos arrepentimiento y frutos de arrepentimiento, que tu veas nuestro esfuerzo máximo y la disposición de nuestro corazón para agradarte. Límpianos Señor reconozco mis faltas y me arrepiento. Amén!