Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre,
Y ve todos sus pasos.
Job 34:21
Cada día cuando suena el despertador de la mañana o alguien nos llama y nos dice que es la hora de levantarse, tomamos la decisión de ponernos en pie, sin pensarlo comenzamos a caminar, damos pasos en cada acción que realizamos, para preparar el desayuno, caminamos para ir a vestirnos, caminamos hacia nuestro vehículo o transporte, caminamos a nuestro trabajo, a hacer la compra, nos desplazamos a donde necesitamos ir sin pensar siquiera el milagro que cada día vivimos en nuestros propios cuerpos y que damos por hecho que allí siempre estará, caminar.
Cuando una persona sufre un trastorno en su salud lo primero que pierde es la fuerza para desplazarse y si sufre de alguna enfermedad más difícil poco a poco va siendo más difícil volver a caminar y dar pasos seguros como lo hacía antes.
En nuestra vida espiritual y en la natural damos pasos cada día, no hay un solo paso que demos que Dios no conozca, pasos hacia el bien o hacia el mal, pasos en caminos de angustia y turbación o pasos hacia momentos de dicha y bendición Dios los conoce todos, hay una escritura que dice que Jehova El Señor ve todos nuestros caminos y cuenta todos nuestros pasos, a El no podemos engañarle y esconderle nada El lo sabe todo.
Cada paso que damos desde que nos levantamos por la mañana debemos entregarlos al Señor, los pasos que damos cada uno de los días de nuestra vida nos llevarán a caminos de bendición o de maldición, todas nuestras acciones cuentan y de ellas recibiremos el fruto. La movilidad que tenemos cuando caminamos y nos trasladamos de un lado a otro es un privilegio de Dios que muchas veces no valoramos porque lo hacemos sin pensar, pero es un regalo del cielo poder caminar y más bendición aún caminar en Su voluntad y agradándole en todo lo que hacemos.
Pidamos al Señor que aprendamos a valorar el regalo de la vida, de la movilidad y que seamos sabios para caminar siempre en caminos de rectitud, caminos de santidad, caminos de paz, de bienestar, caminos de compasión y misericordia y nunca en caminos desagradables, caminos de pecado y caminos de perversión, porque cualquiera de ellos que crucemos El está allí contando cada uno de nuestros pasos y velando por cada uno de nuestros caminos.
Qué seguridad más grande llega al corazón pensar que cada esfuerzo, cada sacrificio, cada negarnos a nosotros mismos, Dios lo está viendo, nos guarda, nos cuida y nos alienta, entrega tus pasos al Señor cada día y verás la diferencia para bendición a lo largo de tu vida!
Señor gracias por poder caminar, por poder dar un paso detrás de otro desde que el día comienza, gracias por el don de la vida y al salud, hoy te pido que mi corazón pueda ser agradecido y valore cada privilegio que tu me das. Permite que hoy y cada día de mi vida pueda caminar en obediencia a ti, agradandote, que mis pasos te sean gratos y mis caminos sean aprobados por ti, bendigo tu nombre Señor y te agradezco por estar siempre conmigo en cada paso que doy. Amén!