martes, 5 de diciembre de 2017

EL ENOJO AÑADE NUEVOS MALES



 “El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias,

 añadirá nuevos males.” 
Proverbios 19:19


Todo empieza por un simple enojo, todos podemos sentir enojo en algún momento de nuestro diario vivir, el problema es cuando no es solo una emoción pasajera sino que se convierte en el centro de nuestra existencia y se va transformando y alimentando hasta llegar a expresarse en una furia o ira donde incontrolablemente usamos palabras, acciones y hasta violencia.


Según The American Psychological Association "Cuando usted se enoja, su frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel de hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina. Las personas pueden reprimir el enojo, pero cuando esto sucede el peligro es que puede causar hipertensión, tensión o presión arterial elevada o depresión" La palabra de Dios nos advierte de estos peligros ya que habla que la grande ira y el usar la violencia añadirá nuevos males a nuestra vida. 

Estos nuevos males no solamente se pueden manifestar físicamente como leemos anteriormente, sino también añadirá nuevos males a nuestra vida porque traerá soledad, rechazo, quizás odio por parte de otros, nuestras actitudes pueden ser tan intensas que podríamos atacar con palabras o hasta físicamente, destrozando objetos, lanzando por el aire lo que esté a nuestra mano, perder el control completamente, todo derivado de un simple enojo que ha tomado el control de nosotros y ha entristecido al Espíritu Santo que mora en nosotros pero que gobierna nuestro interior.

El enojo no puede pasar inadvertido en nosotros ya que si este crece y toma el control, no solo será un mal en nosotros sino que también añadirá NUEVOS males a nuestra vida. Por el contrario el Espíritu Santo en nosotros es paz, mansumbre, templanza, paciencia, amor, bondad, benignidad, gozo y fe, frutos que se manifiestan en una vida bajo Su control, cuando gobierna el Espíritu Santo en nosotros nos trae nuevas esperanzas, nuevas bendiciones, nuevas oportunidades, elijamos vivir bajo Su amor y su control sobre nuestra vida.

 Padre  un día más rechazamos el enojo en nosotros, esta emoción pasajera, pero dañina que puede llegar a agregar nuevos males a nuestra vida, no permitas Señor que seamos controlados o gobernados por él. Señor sana nuestros corazones de rencores y dolores pasado para que no llegue a crecer en nosotros ira o furia sin control, guárdanos de actuar enfurecidamente destruyendo, atacando, insultando, hablando palabras que duelan y hieran a otros, líbranos Señor de usar la violencia, danos dominio propio a través del Espíritu Santo, a quien rendimos nuestro ser para que sea El quien gobierne y nos dirija siempre en victoria y bendición. Amén!