"Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón."
2 Corintios 3:2-3
La carta es uno de los medios de comunicación más antiguos que existen en nuestra historia, por medio de ella desde la antigüedad se enviaban mensajes, resoluciones y avisos por diversas formas, lo más importante estaba en su contenido y el mensaje que esta llevaba. En la palabra de Dios aparecen muchas cartas que gracias al Señor fueron escritas por varios de los apóstoles y que hasta la fecha siguen siendo un tesoro invaluable para nuestra fe.
El apóstol Pablo se comunicaba constantemente a través de las cartas y esa era su forma de trabajar y llevar la palabra del Señor a muchos lugares a donde no podía llegar, para animar, exhortar y enseñar a los primeros cristianos. Por esta razón en el libro de Corintios compara nuestras vidas a una carta, pero no cualquier carta, porque allí dice que maravillosamente nosotros somos cartas de Cristo, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo y que Dios usa nuestro corazón para escribir el mensaje.
Qué grandioso es descubrir que tu y yo somos una carta de Dios, en donde día a día escribe el Espíritu del Dios vivo, porque a través de todas aquellas cosas que vivimos diariamente, a través de nuestra forma de ser y actuar podemos manifestar lo que hay en nuestros corazones y llevar a Cristo Jesús donde quiera que vamos. El mismo Dios todopoderoso escribe en ti y en mi, en nuestro corazón, lo que nos convierte en instrumentos en sus manos.
Ahora la pregunta es... qué tipo de carta somos? Porque si Dios no escribe en tu corazón, quién está escribiendo cada día? Eres una carta que lleva mensaje de consuelo, amor, esperanza, alegría y fe a los corazones de quienes te rodean? O eres una carta llena de malas noticias, de queja, de pesadumbre, hostilidad y dolor?
Anhelemos tener un corazón limpio, para que cada día Dios pueda escribir en él y nuestra historia muestre su victoria, muestre la esperanza que hay en Cristo y podamos llevar cada vez más personas a sus pies, a través del mensaje que da nuestra vida.
Déjate usar por Dios, permite que tu corazón sea como una hoja en blanco donde el Espíritu Santo puede escribir día a día y los demás puedan leer ese mensaje de amor, de gozo, de paz y de esperanza que envuelve los corazones con fe y que llena todo vacío.
Deja que los que te rodean lean a Cristo a través de tu vida!
Señor anhelo ser una carta escrita por ti, no quiero dejar que nada ni nadie escriba en mi corazón, quiero ser usado por ti para llevar vida, esperanza, para exhortar, animar, consolar y enseñar de tu palabra. Quiero que tu escribas mi historia y que mi corazón sea el lugar donde cada día se escriba tu palabra, que muchos puedan verlo, dame una vida recta y de testimonio, porque no hay mayor ejemplo y mejor forma de llevar tu evangelio que dejándome usar por ti, como una carta abierta que todos puedan leer y que tu hables a cada corazón a través de mi vida y mi testimonio de fe.Amén!