martes, 12 de diciembre de 2017

NO RETENGAS, REPARTE



 "Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza”. 
Proverbios 11:24 

Una frase muy bonita dice: "Las grandes almas son como las nubes, recogen para repartir". En tiempos de sequía esperamos ansiosamente las lluvias que traen agua y vida a las plantas, a las cosechas y que son indispensables para vivir. Todos conocemos el ciclo del agua, debido al calor del sol, el agua del mar se va evaporando poco a poco, este vapor se eleva y va formando las nubes que llegan a almacenar grandes cantidades de agua   que luego van repartiendo por todo lugar en forma de lluvia. 

En el libro de Proverbios 11:24 dice dos palabras: Repartir y retener, son palabras que implican mucho cuando tenemos abundancia o escasez, retener es sencillamente conservar algo que debería darse o devolverse, cuando retenemos más de lo que es justo la palabra de Dios dice que podemos empobrecernos. Contrariamente repartir es dar, pero la escritura dice que quien reparte le es añadido más.  Cuando tenemos abundancia debemos repartir y dar con el corazón de lo que Dios nos ha dado, pero cuando tenemos escasez también tenemos para dar, porque lo poco o lo mucho que Dios nos da, puede bendecir a otros.

Retener muestra en nosotros un corazón egoísta y sobre todo falto de fe, pensando que si damos no recibiremos más, cuando tenemos un Dios que todo nos lo da y que provee de todo lo que necesitamos. En estos tiempos de dar y recibir no retengamos más de lo que es justo, repartamos con generosidad  sabiendo que tenemos un Dios proveedor de todo lo que nos haga falta.

Repartir no necesariamente debe ser algo material si no lo tenemos, podemos dar palabras de amor, atención, tiempo, una nota especial, una tarjeta de agradecimiento, una comida deliciosa, una detalle y tantas cosas que podemos brindar a otros para alegrar sus corazones y mostrarles un poquito más del amor de Dios que hay en nosotros.

Aprendamos a ser nubes que recibimos y recogemos para poder repartir en abundancia!

Gracias Señor porque el primero que nos enseña a dar y no retener eres tu, que dejaste tu trono y te despojaste de toda tu gloria para venir y ser como uno de nosotros, darnos tu palabra, tu vida y hasta la última gota de tu sangre. Quita de nosotros el deseo de tener y retener, que podamos tener lo que es justo y luego repartir, dar de todo lo que tu nos has dado, sea mucho o sea poco, todo lo que viene de ti es bueno y puede bendecir a los que están cerca de nosotros.  Señor que aprendamos cada día a compartir de todo lo que de tu gracia y de t amor hemos recibido! Amén!