viernes, 16 de junio de 2017

MUÉSTRAME TU ESTRATEGIA


Josué 6:3-5

La ciudad de Jericó era una ciudad amurallada, fuertemente cerrada a causa del pueblo de Israel, no había posibilidad humana de poder entrar y tomarla, pero Josué tenía la promesa del Dios vivo que la ciudad había sido entregada en su mano.


Los muros de Jericó no eran algo sencillo de destruir, según los historiadores tenían las siguientes características: 2 metros de grosor, aproximadamente  6 metros de altitud y 800 metros de largo por cada muro, no era una torre de simples ladrillos o una pared de adobe o una puerta de madera la que debía de caer, era algo tremendamente fuerte que solamente Dios podía derribar.

La estrategia que Dios les dio a Josué con sus hombres de guerra y sacerdotes probó 4 cosas en ellos: Obediencia, Humildad, Paciencia y fe, muros que cayeron antes que cayeran los muros de piedra.


1. Obediencia: Obediencia porque eran hombres de guerra y sacerdotes, gente con autoridad, pero que no cuestionaron esas instrucciones, sino que las siguieron al pie de la letra, en ningún lugar de la escritura menciona que alguno haya puesto objeción en hacerlo que Dios les mandó, todos obedientemente procedieron a hacer lo que Josué les dijo que hicieran.  Dios demanda de nuestros corazones obediencia, caminar en su voluntad, sin apartarnos, sin objeción, queja o discusión, haciendo solamente lo que El nos dice. 

2. Humildad: Para poder rodear esta ciudad debían caminar alrededor de ella, el primer día quizás se sintieron poderosos, pero luego en la medida que pasaban los días sus corazones se humillaron, fueron humildes haciendo esta misma rutina una y otra vez sin importar el qué dirán, cómo nos verán, qué pensarán de nosotros. Seguramente para el pueblo de Jericó se volvió una costumbre verles rodear la ciudad quizás diciendo Allí están otra vez!!! Cuánta humildad necesitaron para continuar así un día y otro. Necesitamos humildad para poder llevar a cabo los pasos que Dios nos da a seguir y en ese proceso El va dando la forma que quiere a nuestro corazón.

3. Paciencia: Seis día dando vueltas a un mismo lugar se lee como algo sencillo, pero vivirlo puede ser estresante, ya que por mucho que rodeaban la ciudad ninguno de los muros temblaba o daba muestras de caer, todo lo contrario la ciudad permanecía inmóvil, cerrada, inquebrantable y hasta poderosa, solamente la paciencia en la espera en Dios podía llevarles a soportar este tiempo que Dios había predestinado. Necesitamos paciencia para alcanzar las promesas, para esperar las respuestas de Dios, para confiar y ver Su mano aún en medio de las mismas circunstancias un día y otro, sin ver ningún cambio aparente.

4. Fe: Sin fe es imposible actuar siguiendo lo que Dios nos dice que hagamos, sin fe es imposible seguir adelante sin desmayar, la fe era necesaria en estos hombres de Dios, la fe les llevó a creer que aunque sus ojos no podían ver nada, las cosas sucederían en el tiempo del Señor. Necesitamos fe, para poder esperar sin desesperar, necesitamos fe para creer que Dios está obrando, está trabajando y que la respuesta que esperamos llegará. 

Durante estos días fueron cayendo en el corazón de estos hombres de guerra y sacerdotes, muros de rebelión, de orgullo, de desesperación y falta de fe, el día que el muro cayó fue solo la muestra física de lo que en esos corazones había sucedido a través de seguir la estrategia de Dios para tener la victoria.

¿Cuáles son los muros que debemos dejar que Dios trate y derribe en nuestros corazones?

Señor, abre nuestros corazones, escudriña en su interior todas aquellas cosas que tu quieres derribar en nosotros, a veces es tan difícil pasar por procesos de espera, de paciencia, de fe y de obediencia, pero vale la pena porque tu estás moldeando mi corazón, perfeccionando tu obra en mi y haciendo tu voluntad en mi vida, muéstrame tu estrategia para mi vida y guíame a hacer lo que tu quieres que haga, rompe muros de impiedad y de orgullo en mi, en tus manos estoy Señor! Amén!