TRIGO LIMPIO
“Recoged primero la cizaña, y atadla en
manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” Mateo 13:30
Qué es
la cizaña? Según el diccionario la cizaña es una planta de tallo ramoso,
hojas estrechas y espigas anchas y planas, cuyos granos contienen un principio
tóxico; crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar, es
muy parecida al trigo en su apariencia y a veces es considerada con el nombre
“trigo falso”.
En la parábola
del trigo y la cizaña vemos como Jesús ejemplifica el reino de los cielos y
como crece el trigo y la cizaña al mismo tiempo, pero el destino de cada uno es
diferente, la cizaña es cortada antes y preparada para echarla al fuego y
quemarla y el trigo su destino es completamente diferente, porque va al granero
y allí se almacenará para procesarse y ser usado.
A la
par que crece el trigo, crece también la cizaña, incluso dicen los agricultores
que antes que el trigo madure la cizaña luce idéntica al trigo, pero solo es
una apariencia porque en su interior hay cosas toxicas para el consumo humano.
Hoy quisiera que reflexionemos pesando que la
cizaña no solo puede crecer en los campos, no solo puede simbolizar personas
que aparentan amar a Dios pero no cumplen ni viven Su palabra, porque la cizaña
también puede crecer en nuestro interior. La cizaña en nuestro interior son
esas actitudes de nuestro corazón, actitudes egoístas, envidiosas, a veces
injustas, esas pequeñas cosas que hacemos cuando nadie lo ve, pero que Dios conoce
porque escudriña todo y ve lo más profundo de nuestro corazón. En la parábola
del trigo y la cizaña dice que “mientras dormían” vino un enemigo a sembrar la
cizaña, a veces podemos dormirnos y descuidar nuestro interior creyendo que
todo lo que hacemos y vivimos es perfecto y no darnos cuenta que el enemigo ha sembrado
en nuestro corazón malas semillas que debemos identificarlas lo más pronto posible
antes que sigan creciendo en nuestro interior.
Los
celos, los pleitos, el deseo de venganza, la falta de perdón, la ira, el
rencor, el pecado en si, son ramas de cizaña que permitimos que crezcan en
nuestro corazón y que pueden llevarnos a perder una cosecha entera en nuestra
vida. Revisemos hoy en nuestro interior, pidamos al Señor que nos revele qué
cosas no son de Su agrado que a veces hacemos, practicamos o incluso ignoramos,
pero que están allí y nos pueden hacer mucho daño. Veamos si están creciendo en nuestro interior cizañas que ahoguen la palabra de Dios, que no permitan que crezcamos espiritualmente como Dios quiere o que simplemente nos están robando el gozo y la paz en nuestro interior.
Digamos como David “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce
mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame
en el camino eterno” Salmo 139:23-24
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