“atesorando para sí buen fundamento para lo por venir,
que echen mano de la vida eterna.”
1 Timoteo 6:19
Hace unos días hablando con nuestro hijo adolescente mi esposo y yo, comentábamos en medio de una comida, lo que es la vida eterna, cada uno fuimos agregando pensamientos a nuestra conversación hasta que llegamos a la misma conclusión "solo estamos de paso", hablamos acerca que nuestro deseo es que las cosas puedan ir bien en nuestra vida y que nos debemos esforzar en todo lo que hacemos, pero realmente lo que debe mover nuestra vida, nuestras acciones y motivaciones es pensar ¿dónde queremos pasar la eternidad? fue una pregunta en la que los tres nos quedamos meditando...
Cuánto pensamos en la vida eterna? Vivimos cada día, cada situación, cada momento pensando en la eternidad?
La escritura nos dice que debemos "atesorar para nosotros buen fundamento para lo porvenir, echando mano de la vida eterna", esto es caminar pensando no en el momento que pasa, sino en lo que esto puede producir en mi vida para la eternidad.
Mucha veces podemos equivocarnos y actuamos como si esta vida fuera lo único que tenemos y tomamos decisiones, acciones, decimos y hacemos cosas sin pensar que vamos hacia una eternidad y que depende de lo que aquí hacemos a dónde iremos después.
Cuando una persona pierde la visión de la eternidad, corre el peligro de dividir su fe de su actuar, pensamos: no importa la consecuencia a largo plazo si puedo ahora solventar o solucionar mi problema, el mundo nos dice "vive el momento", pero esto NO es lo que la palabra de Dios nos enseña, porque vivir el momento, solamente puede hacer que tomemos malas decisiones que pueden costar mucho sufrimiento, no solo a nosotros, a los que nos rodean y a plazo eterno.
Debemos de cuidar que exista una unidad continua entre lo que soy, hago, pienso y digo sin perder la visión de la eternidad. Antes de actuar, antes de decidir, antes de hacer cualquier cosa debería saltar en nosotros la pregunta... afectará esto mi vida eternamente?? Quizás nos equivocaríamos menos y seríamos más sabios en nuestro diario vivir...
Señor el deseo de nuestro corazón es pasar una eternidad junto a ti, recorriendo las calles de oro, el mar de cristal y dejando atrás el lloro y sufrimiento porque junto a ti todo será luz y paz y ya nada podrá perturbarnos, pero para poder alcanzar esta meta eterna necesitamos Señor que hoy nos des sabiduría para actuar, que abras nuestra mente a pensar no solamente a corto plazo, guiados sólo por lo que nuestros ojos tienen delante, sino pensando en la eternidad, afirma en nuestro corazón hoy la visión de estar junto a ti eternamente para nuestro caminar hoy sea recto, te agrade y sea conforme a tu voluntad. Amén!
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