miércoles, 10 de abril de 2019

MI FUENTE DE AGUA VIVA!

"Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden
de la ciudad de David."
Nehemías 3:15

Es maravilloso escuchar el sonido del agua que cae de una fuente, casi siempre en el silencio o en un día tranquilo el escuchar caer agua de la fuente refresca los sentidos, trae vida, da sensación de paz y tranquilidad.

En Jerusalen también la puerta de fuente fue destruida, y Salum un gobernador, la restauró, reedificó, enmaderó y levantó sus puertas, cerraduras y cerrojos. Esta puerta de la fuente daba acceso al estanque de Siloé. Las fuentes en la escritura simbolizaban varias cosas y en el evangelio de Juan 8:39 dice "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él".

La puerta de la fuente en nuestro tiempo simboliza la presencia del Espíritu Santo en nosotros, ese espíritu que trae vida, que refresca e inunda nuestro ser, que derrama paz y consuela nuestros corazones. El Espíritu Santo es nuestra fuente de agua viva que llena de tranquilidad un corazón ansioso, afanado y angustiado.

Cómo está nuestra puerta de la fuente? Está nuestro corazón lleno y rebozando de la presencia del Espíritu Santo que nos da dirección, que nos aconseja y discierne hasta lo más profundo que hay en nuestro interior. 

Si en una ciudad no había acceso a la fuente, no había agua para beber. La fuente de vida que trae la presencia del Espíritu Santo sacia el alma angustiada, quita la sequedad de nuestro corazón, nos ayuda a mantenernos firmes y confiados en El Señor. Restaura tu puerta de la fuente y disfruta cada momento de la llenura que trae al corazón nuestro dulce Espíritu Santo.

Señor clamamos a tu Espíritu Santo que es fuente de vida, que pueda fluir en nosotros y quite todo sequedad espiritual, llene todo vacío en nuestro interior. Te pedimos que restaures en nosotros la puerta de la fuente de nuestros corazones para que no perdamos la llenura de tu presencia, anhelamos que en nuestro interior corran ríos de agua viva, esa agua que nos sacia y que nos llena al completo. Espíritu Santo eres bienvenido a mi corazón, restaura mi vida y fluye en mí para dar de beber a otros de esa agua de vida que solo tu sabes dar. Amén!

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