"Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes." Salmo 27:13
Cada día escuchamos en las noticias cantidad de informaciones que angustian el corazón, tambien actos de violencia, de maldad, muertes, destrucción y dolor. Cada día millones de personas salimos a la calle sin saber lo que puede pasar a nuestro alrededor, momentos de angustia se viven en diversas ciudades alrededor del mundo por causa de enfermedades y también de la maldad que habita en el corazón de los hombres, cada día creciendo más.
Si vemos nuestra realidad con nuestros ojos naturales el panorama se presenta desolador, preocupante, angustiante y con pocas esperanzas, el corazón puede llenarse de temor, pánico e impotencia. ¿Qué más va suceder? Podemos preguntarnos. ¿Qué pasa en este mundo tan inseguro, qué pasará con todo lo que estamos viviendo, cuál será el final de todo esto?
¿Qué hacemos como cristianos? Le damos la espalda a la realidad que está viviendo nuestra sociedad? ¿Nos añadimos al grupo de personas inseguras, angustiadas, atemorizadas y sin fe? O creemos la palabra de Dios que no pasará, que ha permanecido de generación en generación y que nos dice: "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes". Los que tenemos a Cristo en nuestra vida, debemos confiar y creer que veremos Su bondad en este mundo, debemos creer que viviremos y veremos la bondad el Señor en medio de su pueblo.
No dejemos que el temor tome el trono de nuestro corazón, oremos por todo lo que está pasando y en vez de llenarnos de temor y angustia, declaremos que veremos la bondad del Señor en esta tierra, ya que aunque no somos de este mundo, si podremos ver Su bondad en esta tierra, sobre nosotros y sobre los que le aman.
En los versículos anteriores del Salmo 27 encontramos lo que podríamos llamarle la "lista de la esperanza", créelo hoy, decláralo hoy sobre tu vida, habla con El Señor y no tengas temor!
- Tu Señor eres mi luz y salvación, no temeré.
- Tu eres la fortaleza de mi vida, no me atemorizaré.
- Los malignos, angustiadores y enemigos que vienen contra mi tropezarán y caerán.
- No temerá mi corazón, aunque haya un campamento en mi contra y aunque se levante guerra contra mi yo estaré confiado.
- Porque Tu Señor me esconderás en el día del mal, me esconderás cerca de Ti y me podrás sobre una roca alta.
- Levantarás mi cabeza, yo te cantaré y te alabaré Señor!
- Ya habría desmayado y abandonado todo sino creyerá que veré Tu bondad sobre mi vida.
- Así que confío en Ti Señor, mi corazón se esforzará y se alentará, porque en Ti espero siempre!
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