“Sea tu misericordia, oh Señor, sobre nosotros, según esperamos en ti”
Salmo 33:22
Toda persona en esta tierra ha enfrentado una situación inesperada, un momento en el que tiene que tomar una decisión inmediata, un momento en el que debe tomar acción, en el que debe ser probada su fe…
Lo inesperado llega a nuestra vida sin darnos cuenta, tratamos cada día de estar preparados para el futuro, enfrentar nuevos retos o nuevas oportunidades, sorpresas agradables o desagradables, luchamos contra temores o miedos a lo que está por venir, pero nadie está completamente seguro de cómo será su reacción ante esas sorpresas inesperadas que nos da la vida y que en un momento pueden dar un cambio radical en nosotros mismos y en los que están a nuestro lado.
Una enfermedad repentina, un despido de un trabajo seguro, la pérdida de un ser querido, un cambio de trabajo o de país, un desengaño, todas estas situaciones pueden llegar alguna vez a nosotros pero debemos preguntarnos viviremos atemorizados pensando en qué cosa pasará inesperadamente los próximos 60 segundos, los próximos 60 minutos, los próximos 30 días o meses?? No, es mejor meditar en lo que nos dice el Salmo 33:22... "la misericordia de Dios es sobre nosotros, según esperamos en El"
¿En quién espera tu corazón? ¿Esperas en El Señor y en su maravillosa intervención sobre tu vida? ¿Esperas en Su amor y en Su misericordia? Estamos viviendo tiempos dificiles a nivel global y personal, solo la misericordia del Señor puede vivificar nuestra vida, librarnos, guardarnos, ayudarnos y sacarnos adelante de toda situación, es tiempo de esperar en Dios!
Espera en EL Señor, cuando venga lo inesperado y se levante como un gigante en tu camino, confía en la misericordia de Dios sobre tu vida y espera en El, su misericordia es nueva cada día, ese amor constante y latente por nosotros podemos respirarlo donde quiera que vayamos y decir:
Señor estoy confiado en ti, espero en ti, en tu bondad, en tu misericordia, nada de lo que inesperadamente me acontezca escapa de tu conocimiento y si lo permites será para mi bien porque me amas. Hoy no quiero pensar en lo que pueda pasar, quiero confiar en tu misericordia y esperar en tu bondad, me escondo bajo tus alas y me aferro a tu poder. Sea tu misericordia sobre mi, oh Señor, yo espero en ti!
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