sábado, 30 de noviembre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTROS HABITOS

Continuamos hablando de mayordomía y hoy abordaremos un tema un poco diferente pero no menos importante ya que la mayordomía abarca todas las áreas de nuestra vida, hoy hablaremos de La Mayordomía de nuestros hábitos o costumbres.
Bueno empezaremos diciendo que un habito es una costumbre o tendencia adquirido por la práctica frecuente de un acto, es una forma de comportamiento particular que se hace una forma de vida a través de realizarlo repetidamente. Los hábitos pueden ser hábitos buenos o hábitos malos y es responsabilidad nuestra desechar aquellos hábitos que hemos adquirido que no son agradables a Dios y de mejorar aquellos que tenemos que son buenos y bendicen nuestra vida.
Hay muchísimos hábitos que podemos tener en nosotros pero hoy nos enfocaremos en ser buenos mayordomos de las costumbres que podemos tener y cuáles son aquellas que la palabra de Dios nos dice que desechemos en 1ra. Tesalonicenses 5:21 dice “Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.” Cuando venimos al Señor traemos muchos hábitos o costumbres que pueden ser malas y rápidamente vamos desechando todo aquello que puede ser pecado, pero también podemos ir conservando cosas en nosotros que no son buenas y no las vemos como tal,  por eso debemos examinar todos los hábitos o costumbres que tenemos y desechar los malos, abstenernos de todo mal como dice la palabra.
Para esto vamos a hablar de 3 consejos que nos dice la palabra de Dios acerca de los hábitos o costumbres:
1.  NO PODEMOS TEMER A DIOS Y CONTINUAR CON NUESTRAS VIEJAS COSTUMBRES:  En 2 Reyes 17:33 dice “ Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.” Esta escritura es muy clara en ese tiempo el pueblo de Israel fue llenándose de muchos moradores que temían a Dios pero seguían honrando a sus dioses según la COSTUMBRE o hábito de las naciones de las que venían.  Temer a Dios es apartarse del mal en todos los sentidos, debemos cuidar de aquellos hábitos que tenemos todavía en medio de nosotros y que están en nuestro diario vivir como una práctica habitual y que no son buenos, por ejemplo un mal hábito puede ser la mentira, podemos tener por costumbre mentir sin pensar en lo que estamos haciendo y por nada y menos decir cosas que no son ciertas, otro hábito puede ser el hablar de los demás, comentar, hablar a espaldas de otros, no podemos temer a Dios y continuar con nuestras viejas costumbres, otro mal hábito puede ser el desorden, la pereza como tumbarnos en el sofá y dejar que pasen las horas, escuchar música que no sea para El Señor o que ministre nuestro espíritu, ver cierto tipo de programas como novelas, películas de terror, cosas tan sencillas pero que si las examinamos bien las desecharemos porque no son buenas costumbres ni edifican nuestra vida.
2.  EVITEMOS PERDER LO BUENO QUE TENEMOS: En el libro de 1 Corintios 15:33 dice “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” Así como podemos tener malas costumbres, también podemos ir adquiriendo buenas costumbres o hábitos que se pueden corromper, qué es corromper? Es echar a perder algo bueno, destruir, dañar deformar… este pasaje  dice  las malas conversaciones, otra versión dice las malas compañías, para poder ser buenos administradores de nuestros hábitos debemos cuidar con quién hablamos, de qué hablamos, qué sale y entra a nuestro corazón, podemos tener buenos hábitos pero al tener una relación o una amistad con personas que no honran a Dios, poco a poco al ir hablando, compartiendo y haciendo vida con estas personas nos pueden corromper o echar a perder esos buenos hábitos que hemos aprendido, tengamos cuidado con lo que hablamos y  con quienes compartamos porque aunque nos cueste admitirlo hay un refrán que dice “ LO MALO SE PEGA”. No será de la noche a la mañana pero sutilmente iremos llamando a lo malo bueno y lo bueno malo, recordemos que en Mateo 12:35 dice “ El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo de su maldad saca el mal” Así que cuidemos nuestras compañías y amistades para no perder aquello bueno que ya tenemos en nosotros.

3.  QUE NUESTRAS COSTUMBRES SEAN BUENAS  en el libro de Hebreos 13:5 dice “Sean vuestras costumbressin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”. La biblia cuando se refiere a una costumbre o un hábito dice que sean sin avaricia, avaricia sabemos que es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas, entonces la palabra dice que nuestras costumbres no estén regidas por el deseo de acumular cosas o adquirir una seguridad material, sino que debe gobernar nuestra fe en un Dios que provee para nuestras necesidades. Eso nos lleva a acostumbrarnos a depender de Dios por medio de la fe, esa es una buena costumbre un hábito santo que podemos practicar y mejorar cada día.

Así que seamos buenos mayordomos de nuestros hábitos, de lo que estamos acostumbrados a hacer, la palabra dice que examinemos todo, examinar es revisar detenidamente nuestros hábitos y vayamos a la palabra de Dios para ver si estos realmente son santos y agradables delante de los ojos del Señor.

Por último les dejo con esta reflexión:
“Cuida tus pensamientos, se convertirán en palabras, cuida tus palabras que se convertirán en acciones, cuida tus acciones que se convertirán en hábitos; cuida tus hábitos, porque son tu vida; cuida tu vida porque tienes solo una”



sábado, 23 de noviembre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTROS OJOS



Continuaremos hablando del tema Mayordomía, aprender a ser buenos administradores de todo lo que Dios nos da es importante para nuestra vida como cristianos, recordemos que al final de nuestra vida en esta tierra tendremos que dar cuenta de todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos, no solo de nuestros bienes materiales sino de todo lo que tiene que ver con nosotros.


Hoy hablaremos de la Mayordomía de nuestros OJOS, es necesario parar por un momento en nuestro andar diario y reflexionar si estamos siendo buenos mayordomos de nuestros ojos, qué miramos, dónde miramos, el ojo es una importante vía de comunicación para el cerebro, el cual influye grandemente en nuestras emociones y acciones, según estudios el 75% de las cosas que nuestra mente puede recordar es porque las ha visto, lo que ha entrado a nuestra mente a través de nuestros ojos.


Pero por qué son tan importantes nuestros ojos?? En Lucas 11:34 vemos que Jesús nos dice “La lámpara del cuerpo es el ojo, cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz, pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.” Eso quiere decir que tengo que ser muy cuidadoso o cuidadosa con lo que entra por mis ojos, tenemos que estar alertas y velar porque lo que ven nuestros ojos sea de bendición para tener en nosotros luz de lo contrario dice la palabra que estaremos en tinieblas.


La palabra de Dios menciona muchas veces a nuestros ojos porque son algo importante por ejemplo habla de:


1. El deseo de nuestros ojos, con nuestros ojos deseamos las cosas, si cuidamos lo que nuestros ojos ven, podremos evitar desear cosas que al Señor no le agradan.


Nuestros ojos reflejan nuestras emociones internas, la palabra de Dios habla de:


1. Los ojos altivos: como dice en Proverbios 6:17 porque El Señor aborrece los ojos con altivez, orgullo y soberbia.


2. El ojo envidioso como dice en Proverbios 28:22 ojos que se apresuran a buscar riquezas y al no tenerlas envidian lo que otros tienen.


También con nuestros ojos expresamos nuestros sentimientos, lo que hay en nuestro corazón:


1. Guiñar nuestros ojos Proverbios 6:13 dice que hombre malvado guiña sus ojos para expresar mentira o confabulación en contra de alguien.


2. Cerrar nuestros ojos Proverbios 28:27 habla que el que da al pobre no tendrá pobreza, más el que cierra o aparta sus ojos del pobre no tendrá bendición.


3. Vagar con nuestros ojos en Proverbios 17:24 dice “En el rostro del entendido aparece la sabiduría; Mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra”. Esto es cuando nuestros ojos miran aquí y allá sin objetivo definido, sin visión, con nuestros pensamientos en cualquier parte menos donde deberían estar.


Hoy hablaremos de 3 consejos de los muchos que El Señor nos da en Su palabra para poder ser buenos mayordomos de nuestros ojos:


1. VEAMOS CON ENTENDIMIENTO: Eclesiastés 2:14 dice “ El sabio tiene sus OJOS en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas” Que quiere decir esto? Que aunque nuestros ojos estén en nuestra cabeza, como es obvio, muchas veces vemos solo por ver, pero no vemos con el entendimiento de Dios en nuestra mente, pensemos qué estoy viendo? Le agrada a Dios los programas de televisión, imágenes, internet, tantas cosas que ahora la tecnología nos ofrece, si somos sabios veremos las cosas con entendimiento y no solo por verlas, porque de lo contrario seremos necios y a través de nuestros ojos entrarán cosas malas a nuestra vida que nos dejarán en tinieblas.


2. MIRAR LO RECTO, LO JUSTO, LO CORRECTO Proverbios 4:25 Dice “ Tus OJOS miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.” Que nuestros ojos puedan ver lo recto, todo aquello que sea justo, que no se aparte del camino de Dios, que nuestros ojos vean hacia adelante, que nuestra mirada no retroceda para ver el mal, ver hacia adelante es también quitar nuestros ojos del pasado y ponerlos en lo que tenemos por delante, con esperanza. Hay cosas que no podemos evitar ver, pero el problema es regresar la mirada y desear con nuestros ojos, por eso esta escritura nos dice y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante, nunca hacia atrás, no volvamos la mirada.


3. PONER LOS OJOS EN JESUS Hebreos 12:2dice “ puestos los Ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Dónde poner nuestros ojos? El mejor lugar es poner los ojos en Jesús, en todo lo que a El le agrade, en todo lo que El se complazca, en nada que le desagrade, poner los ojos en Jesús es quitarlos del mundo, de los defectos de los demás, poner los ojos en Jesús es fijar nuestra mirada en El y en nadie más, guardar nuestros ojos de toda contaminación.






Que nuestros ojos puedan ser una lámpara a nuestro cuerpo, a nuestra mente, que puedan expresar bendición hacia los demás, humildad y paz, que nuestros ojos puedan reflejar el amor de Dios que mora en nosotros.






Iremos siendo mejores mayordomos de nuestros ojos si:


1. Vemos con el entendimiento de Dios en nuestra vida.


2. Vemos los recto y hacia adelante


3. Ponemos nuestros ojos en Jesus


Y por último recordar aquella escritura que habla de nuestros ojos para traer consuelo y paz a nuestra vida:


Salmos 25:15: Mis OJOS están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red.”



sábado, 16 de noviembre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTROS RECURSOS PERSONALES

Hoy continuaremos hablando de Mayordomía, hemos hablado ya de varias áreas en las que podemos aprender a ser buenos mayordomos y hoy tocaremos esta área de nuestra vida que son nuestros recursos personales, somos buenos administradores de todo lo que Dios nos ha dado??? Cómo están nuestros armarios, despensas y cajones??? Estamos aprovechando el espacio, ropa y recursos que Dios nos da.
Es innegable que cuando hemos entregado nuestra vida al Señor no ha sido solamente mientras estemos en la iglesia o en un ambiente cristiano, sino el ser seguidor de Cristo y su discípulo, implica un compromiso de vida en todas las áreas de nuestra vida, no podemos dejar al Señor fuera de nuestra casa, podemos invitarle para orar pero luego somos nosotros los señores de nuestras cosas y no contamos con la sabiduría de Dios para poder administrar bien todo lo que El mismo nos ha dado.
El Señor nos dice en su palabra “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno abre la puerta entraré y cenaré con el y el conmigo”, esta cita bíblica podemos aplicarla para las personas que no tienen a Dios en su vida, pero también para los que ya conocemos al Señor podemos ver que es un caballero que entrará a nuestra vida si se lo permitimos e irá tomando control de cada área que le entreguemos, ser cristiano es una forma de vida y se debe reflejar en todo lo que hacemos y tocamos.
Así que primero veremos que los recursos son los bienes materiales, medios o por decirlo así las posesiones con las que contamos. Hoy vamos  a reflexionar en 4 consejos de la palabra de Dios que nos ayudarán a mejorar nuestra mayordomía en el área de nuestros recursos personales.
1.    LA ABUDANCIA NO ES SINONIMO DE VIDA:  En el libro de Lucas 12: 15 dice: Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Para poder administrar bien nuestros recursos como nuestra ropa, alimentos, objetos de uso personal, debemos pedir al Señor sabiduría pensando que nuestra vida no será mas plena,feliz o completa por la cantidad de cosas que tenemos, podemos aún siendo cristianos seguir patrones del mundo que nos lleva a comprar y comprar para guardar, porque luego no hacemos uso de lo que hemos adquirido, es bueno que antes gastar el dinero que Dios nos ha dado pensemos un momento en la pregunta clave REALMENTE LO NECESITO?, y nos sorprenderemos viendo como su espíritu Santo nos habla al corazón y muchas veces la respuesta será NO, NO LO NECESITAS… lo que pasa es que tristemente muchos de nosotros buscamos a Dios en nuestras necesidades y aflicciones y no le tenemos en cuenta en las pequeñas cosas, evitemos tener abundancia de cosas  porque la vida no depende de todo lo que tenemos. Y eso nos lleva al segundo punto.
2.    NUESTRO GOZO NO DEPENDE DE LO QUE TENEMOS En 1ra. Timoteo 6:7-8 dice “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.” Todos hemos sido testigos en algún momento del nacimiento de un bebe o de la muerte de una persona y podemos ver que nada ha traido cuando nace y nada ha podido llevarse cuando Dios le ha llamado, muchas veces olvidamos que en este mundo estamos de paso y que somos seres eternos, que nuestra riqueza no debe estar en esta tierra y a veces perdemos el gozo porque no tenemos aquello que quisiéramos tener, tengo casa, tengo comida y tengo lo necesario para vivir, Dios me lo provee pero a veces queremos mas que eso y nuestra paz y gozo menguan porque quisiéramos aquello que por alguna razón Dios no ha permito que tengamos, como dice esta escritura estemos CONTENTOS con sustento y abrigo, a veces no valoramos por ejemplo la salud y nuestro corazón se entristece porque quisiéramos esto o aquello sin pensar que si tenemos hoy salud y vida, tenemos fuerzas para salir a trabajar y para poder movernos, debemos de sentirnos contentos, gozos con lo que Dios nos da
3.    NO RETENER MAS DE LO QUE ES JUSTO: Si actualmente en nuestros armarios, en nuestros muebles de casa, escritorio, cajones y despensa tenemos muchas cosas guardadas que llevan tiempo y no las usamos, la palabra de Dios nos da otro consejo para ser buenos mayordomos de nuestros bienes en el libro de  PROVERBIOS 11:24  dice “Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.” Cuando damos de lo que tenemos Dios se agrada de nosotros, no podemos retener más de lo que es justo, pero cómo podemos saber qué es o justo??? Pues nosotros mismos podremos darnos cuenta si vemos de vez en cuando y revisamos todo lo que poseemos, damos un vistazo a nuestra despensa tal vez tenemos cosas guardadas desde hace mucho tiempo o lo mas cercano tal vez tenemos mucha ropa o zapatos y tenemos nuestros armarios y cajones llenos de cosas que hace mucho tiempo que no usamos, no retengamos mas de lo que es justo, no codiciemos tener más de lo que ya sobradamente tenemos, pidamos a Dios un corazón dador y que anhela bendecir a otros. Y unido  a esto vamos a ver el ultimo consejo de hoy que encontramos en la palabra.
4.    NO NOS NEGUEMOS A HACER EL BIEN: En el libro de Proverbios 3:27 dice “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo.” La mayordomía en nosotros nos lleva a la buena administración de las pocas o muchas cosas que tenemos si tenemos poco pero suficiente podemos compartir y no negarnos a hacer el bien a suplir a otros en sus necesidades y si tenemos mucho, con mayor razón debemos mover nuestro corazón a la compasión y al deseo de dar a los demás, sin ir muy lejos ahora vemos la situación en Filipinas, REMAR está cargando un contenedor de ayuda humanitaria, podemos dar de lo mucho que tenemos en casa, a veces pensamos en quisiera tener mucho para dar mucho pero no es necesario tener tanto lo que en nuestra casa puede estar sobrando, para otros puede ser muy valioso recibirlo, asi que no nos neguemos nunca a hacer el bien. Y colaboremos!
Recordemos entonces estas cuatro reflexiones para ir siendo mejores administradores de nuestros bienes:
1.    Nuestra vida no depende de la abundancia de cosas que tengamos.
2.    Nuestro gozo, alegría y paz no debe depender de los bienes que poseemos.
3.    No retengamos en ningún lugar de nuestra casa mas de lo que es justo.
4.    No nos neguemos a hacer el bien y bendecir a otros con lo mucho o lo poco que tenemos.

 “No cierres nunca la mano; no hay modo mejor de gozar de los bienes que dándolos.”

sábado, 9 de noviembre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTRO TRABAJO

Durante varias semanas hemos estado hablando de la mayordomía de nuestra voluntad, entregar nuestra voluntad a Dios para que El ponga en nosotros el querer como el hacer.
Hoy continuaremos hablando de mayordomía, recordando siempre que nosotros somos mayordomos de todo lo que Dios nos da, administradores de la multiforme gracia de Dios, no somos dueños ni señores de nada de lo que poseemos, por esta razón debemos aprender a ser buenos mayordomos o administradores en todas la áreas de nuestra vida.
El tema de hoy es Mayordomía de nuestro trabajo…  sabemos que el trabajo es todo aquello que realizamos que implica un esfuerzo y abarca parte de nuestro tiempo, muchas personas tienen un trabajo en una empresa, en una oficina, por cuenta propia, otras personas trabajan para el Señor y forman parte de un ministerio trabajando cada día para el reino de Dios y hay otras personas que tal vez no trabajan en ningún lugar pero hacen todos los trabajos de casa y esto también implica un esfuerzo y tiempo en nuestras vidas. 

Así que no importa el trabajo que realicemos, sea un puesto muy importante con un gran salario, un puesto muy humilde y con un bajo sueldo, o si trabajamos para Dios sin cobrar ningún salario o trabajamos para nuestra familia debemos aprender a ser buenos mayordomos de ese trabajo que Dios nos da para hacer, y para ello hoy quiero reflexionar en 4 puntos que la palabra de Dios nos da, que nos pueden ayudar a ser mejores administradores de nuestro trabajo.
1.    DEBEMOS ENTREGAR NUESTRO TRABAJO A DIOS: En el Salmo127:1 nos dice “Si Jehová no edificare la casa,
En vano Trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” Para ser buenos administradores de nuestro trabajo, como primer punto  todo nuestro esfuerzo y nuestro trabajo debemos entregarlo al Señor, ya que si El no es el fundamento de todo lo que hacemos, en vano trabajamos y nos esforzamos, si Dios no le da ese toque especial  a  todo lo que hacemos nuestro trabajo se volverá monótono y rutinario, que El Señor sea el fundamento sobre el cual vivimos, somos y nos movemos, no podemos empezar un día de trabajo sin buscar la dirección de Dios y ponernos bajo su protección. Por eso al querer ser buenos administradores o mayordomos del trabajo que realicemos lo primero es poner como fundamento al Señor para que el edifique en nosotros, para que lo que hagamos prospere y sea bendecido.

2.    HAGAMOS TODO COMO PARA EL SEÑOR: En Colosenses 3:23 diceY todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;  sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Otro punto importante hacer todo  de corazón,  hacer nuestro trabajo de corazón va a marcar grandemente la diferencia entre nosotros como cristianos y los que no lo son, hacer las cosas de corazón es hacerlas con voluntad, poniendo nuestro mayor esfuerzo, haciendo todo con excelencia como si fuera para El Señor, no viendo o pensando en agradar a los hombres sino a Dios.  Cuando hacemos las cosas poniendo el corazón, nuestro trabajo se vuelve agradable, damos lo mejor de nosotros mismos y no solamente lo justo, además esto nos ayuda interiormente a no sufrir por causa de no recibir grandes reconocimientos, grandes palabras o aplausos porque sabemos a quién servimos y que Dios es el que se agrada de nosotros con nuestra actitud.

3.    TRABAJAR BIEN, HACIENDO LAS COSAS BIEN: En el libro de Santiago 4:17 nos dice “ y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”, no importa el trabajo que realicemos, como dije anteriormente, lo importante es hacerlo bien, en este versículo nos exhorta el Señor a que si sabemos hacer lo bueno y no lo hacemos nos es pecado, por ejemplo si yo sé usar bien un ordenador y puedo utilizarlo diestra y habilidosamente y en mi trabajo lo hago de mala manera, por salir del paso, sin poner excelencia, eso me cuenta como pecado, sin embargo si por alguna razón yo no sé usar un ordenador y hago mi trabajo como puedo pero pongo mi mejor esfuerzo, Dios ve mi actitud, así que en esas habilidades que Dios ha puesto en nosotros para trabajar debemos ponerlas a funcionar y que nuestro trabajo sea bueno, eficiente y de calidad.
4.    DISFRUTEMOS NUESTRO TRABAJO: Otra escritura en el libro de Eclesiastés 2:24 dice “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su TRABAJO. También he visto que esto es de la mano de Dios.” Gran parte de lo que significa nuestro trabajo para nosotros está en la actitud en la nos ponemos sobre la marcha, El Señor nos aconseja en su palabra que nuestra alma se alegre en nuestro trabajo, muchas veces pensamos el fin de semana ya viene el lunes otra vez a trabajar, pero el trabajo es una bendición, debemos alegrarnos de tener algo que hacer, sea mucho o sea poco, si trabajamos en casa sirvamos a nuestra familia con amor, con alegría, dando lo mejor de nosotros, si tenemos cargos importantes en empresas alegremos nuestro corazón y demos el cien por cien de nuestras capacidades, un consejo muy sabio que escuche una vez es que “deberíamos hacer las cosas como si fuéramos los únicos que existiéramos para hacerlas”, cuando pensamos así, nos esforzamos, no pensamos en qué otro lo hará por nosotros, en que alguien lo hará por mí, sino que pondré mi mayor esfuerzo dedicación y me alegraré con esta parte de mi vida que Dios me provisto.
Entonces recordemos estos 4 consejos que la palabra de Dios nos da para ir siendo cada vez mejor mayordomos o administradores de nuestro trabajo:
1.    Debemos entregar nuestro trabajo al Señor para que el edifique en nosotros y por medio de nosotros, Dios es el fundamento.
2.    Hagamos todo como para el Señor, de corazón y no para los hombres, quitemos nuestra mirada de los reconocimientos.
3.    Trabajemos haciendo bien las cosas, recordemos que si sabemos hacer las cosas bien y nos las hacemos estamos pecando.
4.    Disfrutemos, alegrémonos en nuestro trabajo y hagámoslo cómo si fuéramos las únicas personas que pudiéramos hacerlo para que demos lo mejor y las cosas salgan bien.
Por último quiero dejarles con esta escritura donde el mismo Jesús nos anima a trabajar y a esforzarnos:

En Juan 5:17 nos dice: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”, así que ejemplo nos da el Señor.

miércoles, 16 de octubre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTRA VOLUNTAD – DOMINIO PROPIO

Durante varias semanas hemos estado hablando de la mayordomía de nuestra voluntad, entregar nuestra voluntad a Dios para que El ponga en nosotros el querer como el hacer.
Hoy continuaremos hablando de mayordomía, recordando siempre que nosotros somos mayordomos de todo lo que Dios nos da, administradores de la multiforme gracia de Dios, no somos dueños ni señores de nada de lo que poseemos, por esta razón debemos aprender a ser buenos mayordomos o administradores en todas la áreas de nuestra vida.
El tema de hoy es Mayordomía de nuestro trabajo…  sabemos que el trabajo es todo aquello que realizamos que implica un esfuerzo y abarca parte de nuestro tiempo, muchas personas tienen un trabajo en una empresa, en una oficina, por cuenta propia, otras personas trabajan para el Señor y forman parte de un ministerio trabajando cada día para el reino de Dios y hay otras personas que tal vez no trabajan en ningún lugar pero hacen todos los trabajos de casa y esto también implica un esfuerzo y tiempo en nuestras vidas. 

Así que no importa el trabajo que realicemos, sea un puesto muy importante con un gran salario, un puesto muy humilde y con un bajo sueldo, o si trabajamos para Dios sin cobrar ningún salario o trabajamos para nuestra familia debemos aprender a ser buenos mayordomos de ese trabajo que Dios nos da para hacer, y para ello hoy quiero reflexionar en 4 puntos que la palabra de Dios nos da, que nos pueden ayudar a ser mejores administradores de nuestro trabajo.
1.    DEBEMOS ENTREGAR NUESTRO TRABAJO A DIOS: En el Salmo127:1 nos dice “Si Jehová no edificare la casa,
En vano Trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” Para ser buenos administradores de nuestro trabajo, como primer punto  todo nuestro esfuerzo y nuestro trabajo debemos entregarlo al Señor, ya que si El no es el fundamento de todo lo que hacemos, en vano trabajamos y nos esforzamos, si Dios no le da ese toque especial  a  todo lo que hacemos nuestro trabajo se volverá monótono y rutinario, que El Señor sea el fundamento sobre el cual vivimos, somos y nos movemos, no podemos empezar un día de trabajo sin buscar la dirección de Dios y ponernos bajo su protección. Por eso al querer ser buenos administradores o mayordomos del trabajo que realicemos lo primero es poner como fundamento al Señor para que el edifique en nosotros, para que lo que hagamos prospere y sea bendecido.

2.    HAGAMOS TODO COMO PARA EL SEÑOR: En Colosenses 3:23 diceY todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;  sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Otro punto importante hacer todo  de corazón,  hacer nuestro trabajo de corazón va a marcar grandemente la diferencia entre nosotros como cristianos y los que no lo son, hacer las cosas de corazón es hacerlas con voluntad, poniendo nuestro mayor esfuerzo, haciendo todo con excelencia como si fuera para El Señor, no viendo o pensando en agradar a los hombres sino a Dios.  Cuando hacemos las cosas poniendo el corazón, nuestro trabajo se vuelve agradable, damos lo mejor de nosotros mismos y no solamente lo justo, además esto nos ayuda interiormente a no sufrir por causa de no recibir grandes reconocimientos, grandes palabras o aplausos porque sabemos a quién servimos y que Dios es el que se agrada de nosotros con nuestra actitud.

3.    TRABAJAR BIEN, HACIENDO LAS COSAS BIEN: En el libro de Santiago 4:17 nos dice “ y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”, no importa el trabajo que realicemos, como dije anteriormente, lo importante es hacerlo bien, en este versículo nos exhorta el Señor a que si sabemos hacer lo bueno y no lo hacemos nos es pecado, por ejemplo si yo sé usar bien un ordenador y puedo utilizarlo diestra y habilidosamente y en mi trabajo lo hago de mala manera, por salir del paso, sin poner excelencia, eso me cuenta como pecado, sin embargo si por alguna razón yo no sé usar un ordenador y hago mi trabajo como puedo pero pongo mi mejor esfuerzo, Dios ve mi actitud, así que en esas habilidades que Dios ha puesto en nosotros para trabajar debemos ponerlas a funcionar y que nuestro trabajo sea bueno, eficiente y de calidad.
4.    DISFRUTEMOS NUESTRO TRABAJO: Otra escritura en el libro de Eclesiastés 2:24 dice “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su TRABAJO. También he visto que esto es de la mano de Dios.” Gran parte de lo que significa nuestro trabajo para nosotros está en la actitud en la nos ponemos sobre la marcha, El Señor nos aconseja en su palabra que nuestra alma se alegre en nuestro trabajo, muchas veces pensamos el fin de semana ya viene el lunes otra vez a trabajar, pero el trabajo es una bendición, debemos alegrarnos de tener algo que hacer, sea mucho o sea poco, si trabajamos en casa sirvamos a nuestra familia con amor, con alegría, dando lo mejor de nosotros, si tenemos cargos importantes en empresas alegremos nuestro corazón y demos el cien por cien de nuestras capacidades, un consejo muy sabio que escuche una vez es que “deberíamos hacer las cosas como si fuéramos los únicos que existiéramos para hacerlas”, cuando pensamos así, nos esforzamos, no pensamos en qué otro lo hará por nosotros, en que alguien lo hará por mí, sino que pondré mi mayor esfuerzo dedicación y me alegraré con esta parte de mi vida que Dios me provisto.
Entonces recordemos estos 4 consejos que la palabra de Dios nos da para ir siendo cada vez mejor mayordomos o administradores de nuestro trabajo:
1.    Debemos entregar nuestro trabajo al Señor para que el edifique en nosotros y por medio de nosotros, Dios es el fundamento.
2.    Hagamos todo como para el Señor, de corazón y no para los hombres, quitemos nuestra mirada de los reconocimientos.
3.    Trabajemos haciendo bien las cosas, recordemos que si sabemos hacer las cosas bien y nos las hacemos estamos pecando.
4.    Disfrutemos, alegrémonos en nuestro trabajo y hagámoslo cómo si fuéramos las únicas personas que pudiéramos hacerlo para que demos lo mejor y las cosas salgan bien.
Por último quiero dejarles con esta escritura donde el mismo Jesús nos anima a trabajar y a esforzarnos:

En Juan 5:17 nos dice: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”, así que ejemplo nos da el Señor.

miércoles, 9 de octubre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTRA VOLUNTAD

Hoy continuaremos hablando de Mayordomía y empezaremos a ver lo que Dios nos dice acerca de educar nuestra voluntad y ser buenos administradores de ella.
Para ello veremos primero que  es la voluntad? Y podemos decir que la voluntad es el área que trabaja en conjunto con nuestra mente y emociones. Es donde se nos da la capacidad de decidir lo que queremos ser y hacer con la voluntad  vamos decidiendo lo que queremos ser nos esforzamos por hacerlo. Cuando desobedecemos es con nuestra voluntad esta es una barrera que Dios mismo respeta y no traspasa y el enemigo tampoco puede traspasarla asi que lo que hacemos o dejamos de hacer es por medio de esa voluntad que Dios nos ha dado y podemos decidir rendirla al Señor o hacer nuestra voluntad  teniendo malas consecuencias.
Hoy vamos a ver un área de nuestra voluntad y el ESFUERZO para ser buenos mayordomos de esa voluntad que Dios nos ha dado debemos ser esforzados. Veremos 3 cosas que la palabra de Dios nos dice acerca de la buena mayordomía de nuestra voluntad.

1.    Dios da tanto el Querer como el hacer Filipenses 2:13: porque Dios es el que en vosotros produce así EL QUERER COMO EL HACER, por su buena voluntad. Cuando rendimos nuestra voluntad al Señor podemos ver que dice que Dios produce en nosotros el querer como el hacer, hay momentos en los que no queremos hacer nada, estamos desganados y sin  ganas de esforzarnos, pasan los días uno y otro y no sentimos deseos de emprender nada nuevo, debemos en ese momento rendir nuestra voluntad al Señor para que sea El el que nos de el querer y el hacer para que por SU BUENA VOLUNTAD, no por la nuestra podamos esforzarnos, seguir adelante y luchar aun en contra de lo que nosotros mismos quisiéramos hacer.

2.    TENGAMOS ANIMO PRONTO:  El animo pronto es no solo el querer hacer las cosas sino HACERLAS YA!  1 Pedro 5:2: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto.  Otra vez vemos que las cosas debemos hacerlas con nuestra voluntad, dice no por fuerza, cuando hacemos las cosas por la fuerza nos amargaremos y nos deprimiremos cuando debamos ir o salir a trabajar, el cristiano debe tener ANIMO PRONTO, eso es estar dispuesto y moverse, esforzarse, tratar de estar ocupados con la mente en El Señor y haciendo, el estar ocioso no es bueno para nosotros y el enemigo aprovecha una mente desocupada.


3.    NO SEAMOS FLOJOS  Proverbios 24:10: Si fueres FLOJO en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida. Recientemente en un informativo de la televisión han hablado de un informe que una universidad de Estados Unidos ha descubierto que el no levantarse al primer timbre del despertador es perjudicial para nuestra salud y esos minutos que pasan y luego volvemos a despertar son dañinos, debemos aprender a dar un salto de la cama y empezar el dia, recordemos que nuestra fuerza será reducida si somos flojos en el dia de trabajo, comencemos y terminemos, no paremos evitemos ser flojos.
4.    HAGAMOS LA SEGUNDA MILLA:  Mateo 5:41: y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él Es dos. El educar la voluntad y rendirla al Señor nos lleva a ser serviciales y eficientes, en el libro de mateo dice que si alguien te OBLIGA a llevar carga por una milla no vayas una sino dos, eso quiere decir que en todo lo que hagamos sea por obligación o no que No hagamos solo lo que se nos dice sino hagamos mas de lo que se nos pide, el educar nuestra voluntad nos lleva a no hacer el minimo sino a dar lo mejor de nosotros.
Recordemos entonces para ir aprendiendo a ser buenos mayordomos de nuestra voluntad:
-         Rendir nuestra voluntad a Dios que El nos da el querer como el hacer.
-         Tengamos animo pronto, hagamos las cosas lo mas pronto posible
-         No seamos flojos en el dia de trabajo o nuestra fuerza será reducida
-         Hagamos la segunda milla, no demos lo justo sino demos lo mejor de nosotros.
Finalmente recordar las palabras de Eclesiastes 9:10 que nos dice:
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”
Sully de Barra


Barcelona octubre 2013

martes, 1 de octubre de 2013

LA MAYORDOMIA DE NUESTRAS EMOCIONES EL ENOJO


Hoy continuamos hablando de esta área tan importante en nuestras vidas como lo es la mayordomía, aprender a ser un buen mayordomo de todo lo que Dios nos da no es tarea fácil pero debe haber en nosotros un esfuerzo y un anhelo de agradar al Señor en todo y en esa vía nos esforzaremos por ser diligentes y buenos administradores de los que Dios nos da cada día.
 Y una de las áreas en las que debemos aprender a ser buenos mayordomos es en nuestras emociones, las emociones como vimos hace algunos programas son estados de ánimo “PASAJEROS” que no deberían determinar nuestra manera de ser y actuar a lo largo de nuestra vida, una persona que se deja controlar por sus emociones puede llegar a hacerse esclavo de ellas y vivir en un sube y baja, en una inestabilidad de vida dependiendo siempre de cómo se encuentra hoy.  Hoy hablaremos de una emoción muy peligrosa que puede ser destructiva para nosotros mismos, nuestras relaciones mas importantes como es nuestra familia, nuestro matrimonio, nuestros hijos, todo nuestro entorno y convertirnos en personas desagradables y amargadas, desaprovechando, mal administrando nuestro paso por esta tierra y haciendo daño a las personas que Dios pone cerca de nosotros.
Para ello quiero reflexionar en 3 aspectos que la palabra de Dios nos advierte para poder aprender a ser buenos administradores de nuestras emociones en especial del enojo:
1.    NO APRESURARSE A ENOJARSE: en Eclesiastés 7:9  nos dice “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el ENOJO reposa en el seno de los necios.” También hay otra escritura que dice “no te apresures a entrar en pleito”, apresurarse es precipitarse, correr, no tener calma, no frenarse…  para poder ser buenos mayordomos de nuestras emociones Dios nos aconseja evitar apresurarse en enojarse, las personas que rápidamente se enfadan, se molestan, se incomodan viven una constante incomodidad en sus corazones porque el enojo, si no lo frenamos se convierte en un hábito progresivo en nosotros y llega a tomar el control de nuestras actitudes y entonces cuando algo no es lo que quisiéramos o no sale como esperábamos o alguien no actúa como nosotros decimos que tiene que ser! Pues rápidamente nos enojamos y vivimos saltando de enfado en enfado, de riña en riña, las personas se empezarán a alejar de nosotros y los que no pueden alejarse porque son nuestra familia pues empezarán a huir de nosotros, evitarán hacernos enfadar pero perderemos su compañía, nos tendrán temor, con el enojo podemos intimidar a los que tenemos cerca y formar un cerco alrededor de nosotros impenetrable y esa dureza de corazón amargará nuestra vida y no nos permitirá vivir la vida abundante que Dios quiere que vivamos.
2.    EL ENOJO TRAE MUERTE ESPIRITUAL en el libro de Jonás si recordamos la historia Jonás se enojó en extremo al punto de desear la muerte. Cuando una emoción como el enojo nos domina de tal forma puede llegar a hacer heridas profundas en nuestro corazón, cambia radicalmente nuestra forma de ver la vida y finalmente anhelar la muerte antes que aceptar las cosas que no son como nosotros quisiéramos que fuesen.  En el libro de Jonás capitulo 4 dice “Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y luego dijo “Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.” Jonás llegó a enojarse de tal manera que prefería morir antes que ver que la bondad de Dios perdonando a todas las personas de Nínive, cuando el enojo toma el control de nosotros podemos desear la muerte y obviamente vivimos muertos espiritualmente porque el gozo de Dios es nuestra fuerza si perdemos ese gozo el enojo u otras emociones pueden hacernos esclavos de ellas y vivir una muerte continua en nuestro espíritu hasta que  nos deshagamos de ella.
3.    EL ENOJO CONTRISTA AL ESPIRITU SANTO: En el libro de Efesios 4:30 y 31 dice:  “ Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.”, como  cristianos anhelamos hacer la voluntad de Dios, buscamos la santidad, nos esforzamos por no pecar en pecados graves, según nosotros, pero el enojo es un pecado que entristece al Señor y contrista al Espíritu Santo, cuando nos enojamos perdemos el gozo que es un fruto del Espíritu y por lo tanto aunque no hagamos cosas malas en extremo, si constantemente perdemos la paz con las personas, con nuestros hijos, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestro conyugue, vivimos enfadados e incómodos por lo que nos pasa el Espíritu Santo que mora en nosotros se apaga y tendremos una vida triste y desanimada, contario a lo que Dios quiere que vivamos.

Podemos reflexionar acerca de muchos aspectos para aprender a ser buenos mayordomos de nuestro carácter, de nuestras emociones pero hoy recordemos estás tres cosas antes de enojarnos:
-         No nos apresuremos a enfadarnos, no seamos necios y faltos de sabiduría en nuestra manera de actuar.
-         Recordemos que el enojo trae muerte, nos roba el gozo, la paz la vida de Dios en nosotros.
-         Y el enojo contrista al Espíritu Santo, se apaga nuestra alegría y damos un mal testimonio y ejemplo a los que nos rodean.
Por último quiero dejarles con una frase sencilla que dice:
La paciencia en un momento de enojo evitará cien días de dolor.”

Próxima semana hablaremos de la Mayordomía de nuestra Voluntad, lo que nos mueve a hacer o hacer las cosas.