viernes, 29 de julio de 2016

PROSEGUIRÉ!


"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también 
asido por Cristo Jesús."
Filipenses 3:12


Cuando salimos de viaje, cuando emprendemos un camino largo, cuando vamos hacia algún lugar determinado necesitamos hacer un alto en el camino; podemos parar para descansar y tomar aliento, podemos parar solo a recargar combustible, podemos parar para comer algo, pero tenemos muy claro en nuestra mente que es solamente un "alto en el camino, o una parada", porque esa no es la meta buscada, el objetivo deseado, ni el lugar al que vamos, debemos PROSEGUIR para avanzar y llegar a nuestro destino.


El Apóstol Pablo en el libro de Filipenses nos da una gran lección acerca de cuál debe ser nuestra actitud ante la vida, ya que cuando nacemos a la nueva vida en Cristo, hemos emprendido un largo viaje hacia nuestra casa, hacia nuestra morada celestial, a lo largo del camino vamos logrando alcanzar metas en El Señor, vamos dando nuestros primeros pasos de fe, confiando en El, siendo obedientes a su palabra, poco a poco vamos despojándonos de nuestro viejo hombre y tratamos de ser cada día más como Jesús. Esto no quiere decir que ya lo hemos alcanzado, que no somos perfectos, que todavía estamos en obras y que no tenemos todavía la estatura del varón perfecto, pero eso no debe detenernos, no debe desalentarnos, ni desmotivarnos al ver todo lo que nos falta o todo lo que hemos hecho en el pasado, debemos PROSEGUIR.


El verbo proseguir significa seguir o continuar algo que ya hemos comenzado, si la palabra habla de proseguir es porque hemos parado un momento, en ciertos tiempos de nuestra vida nos vemos obligados a parar, a evaluar nuestro diario vivir y ver qué hemos hecho mal y en qué nos hemos equivocado, tenemos también tiempos de batallas continuas, una tras otra y necesitamos detenernos un momento para orar, para buscar al Señor y para recibir nuevas fuerzas. Otros momentos, el enemigo puede querernos engañar con el pensamiento que ha engañado a miles de cristianos a lo largo de la historia "esto no puede ser, mi vida es un desastre, no he podido lograr, ni alcanzar nada, no tengo nada, no soy nadie", nos cierra nuestras fuentes de esperanza y vemos todo gris, oscuro e incierto, y sentimos esa sensación que nada vale la pena, ni aún continuar viviendo.


Tenemos tiempos adversos en los que quizás paramos y perdemos tiempo en nuestro camino, pero esa no es la meta, debemos proseguir, recobrar nuevas fuerzas, levantarnos si hemos caído, tomar alimento de Su palabra para recordar todas aquellas promesas que Dios nos ha dado, mirar más allá de las circunstancias que estamos viviendo, porque todavía no hemos llegado al final, proseguimos y avanzamos en el nombre de Jesús!


Esta preciosa palabra en el libro de Filipenses nos despierta y nos hace reaccionar para que pensemos y hablemos directamente a nuestra alma diciendo: Bien, no es que ya lo haya alcanzado, es que todavía no he llegado, Dios todavía esta trabajando en mi, no soy perfecto, ufff me falta mucho para llegar a ser perfecto, pero eso si, ya no soy el mismo de antes, Dios está trabajando en mi y no sólo eso, voy a PROSEGUIR, voy a continuar aquello que he iniciado, voy a continuar mi camino como cristiano, esta batalla me ha querido derrotar y tirarme al suelo, pero hoy me levanto y prosigo, para lograr alcanzar aquello por lo que yo he sido alcanzado por Cristo, Señor no te voy a defraudar, voy continuar.

Hoy es día de victoria y me levantaré, tengo un propósito en mi vida, voy a proseguir este camino, voy a seguir avanzando en Cristo Jesús, porque hacia atrás nunca más, siempre hacia adelante prosigo a la meta!