sábado, 22 de septiembre de 2018

CUIDARAS TAMBIÉN DE MI!


Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo 6:26

"Feliz cantando alegre, yo vivo siempre aquí. Si El cuida de las aves, cuidará también de mi!" Es maravillosa la historia que hay detrás de este himno antiguo, que fue escrito en 1905 por Civilla Durfee Martin. El título original fue "Sus ojos están en el gorrión" y la inspiración de este himno fue en la primavera de ese año, cuando la autora y su esposo conocieron al Señor y la Señora Doolittle, eran un matrimonio en el que la señora Doolittle habia estado en cama durante 20 años y su marido era invalido incurable que tenia que velar por el sustento diario de los dos, trabajando en silla de ruedas y a pesar de su difícil condición siempre fueron felices viviendo su vida cristiana y dando inspiración a los que les conocían.  Un día les preguntaron por el secreto de su fe para seguir adelante y la respuesta fue muy simple: "El tiene su vista puesta en las aves y sé que Él me mira a mi también".  Esta preciosa expresión de fe dio resultado a este bello himno de esperanza.  

Cuando recordamos estas historias de personas con una fe increíble e inquebrantable, recibimos inspiración del cielo para afirmar nuestro corazón en la promesa que El Señor cuida de nosotros siempre.

Te has detenido a ver cerca de tu casa cómo los grupos de aves vuelan en diferentes direcciones y se detienen a comer diminutos trocitos de alimento que encuentran en su camino, quién lo ha puesto allí? Quién les ha servido para que lleguen y coman? EL Señor!! Dios todopoderoso, el dueño del universo, pone cuidado en esos pajaritos pequeños que no trabajan, ni siembran, ni siegan, ni recogen, pero son fielmente alimentados por Dios. Y Jesús hace entonces la pregunta: ¿No vales tu mucho más que ellos?

Nosotros somos valiosos ante los ojos de Dios, aunque el mundo diga lo contrario, aunque estemos pasando por el rechazo, el vituperio o el menosprecio de otros, aunque otros no nos crean capaces, nos desechen y no nos amen, para Dios somos valiosos y esa verdad tiene que llenar de gozo nuestro corazón y levantar nuestra fe para creer que si El cuida de criaturas tan pequeñas como las aves del cielo, también cuidará de nosotros.

Sus ojos están puestos en ti y en mi, sus oídos atentos a nuestro clamor, El no quita sus ojos de tus problemas, de tus limitaciones, de tus angustias y de tus temores, El los conoce todos, El sabe las penas que guardas en tu corazón, tus anhelos, tus sueños, también tus frustraciones y todos tus porqués, El lo conoce todo de nosotros y sus ojos están siempre puestos sobre nuestra vida.

Este debe ser un motivo de alegría y de gozo al corazón, por eso este himno dice FELIZ CANTANDO ALEGRE, YO VIVO SIEMPRE AQUÍ!!! El saber que Dios cuida de las aves y que cuidará también de mi, debe ser un motivo de gozo, de alegría, de regocijo, de aliento y de nuevas fuerzas.  No importa la situación tormentosa que se avecina o los planes que quizás algunos puedan tener contra ti, Dios cuida de ti, sus ojos están puestos en ti y nunca dejará de darte, proveerte, librarte, cuidarte y sustentarte, porque Su amor es inmenso y no tiene fin. 

Señor vivo feliz cantando alegre, yo vivo siempre aquí! Si tu cuidas de las aves, cuidarás también de mi!!! Aleluya!!!