jueves, 1 de junio de 2017

ALEGRA MI CORAZÓN


"El corazón alegre constituye buen remedio;
 Mas el espíritu triste seca los huesos."
Proverbios 17:22

Un espíritu triste seca los huesos... Te has sentido triste alguna vez? la tristeza es un sentimiento de dolor interno en el corazón, acompañado de otras emociones como la angustia, la preocupación, el desanimo y la depresión. Un espíritu triste va minando lentamente nuestro interior y se refleja en nuestra vida diaria trayéndonos desaliento, falta de fuerza, enfermedades y hasta perdemos las ganas de vivir.


El enemigo de nuestras almas va a hacer lo imposible por desanimarnos y un cristiano desanimado es un cristiano prácticamente derrotado, los grandes hombre de la Biblia tuvieron etapas de desánimo, de frustración, tiempos en los que las cosas no salieron bien y se sintieron tristes, pero lograron vencer la tristeza y no ser presos de ella para siempre.


Es normal que en algún momento estemos tristes ante ciertas situaciones contradictorias y contrarias a lo que deseamos, pero no podemos mantenernos en un estado permanente de tristeza.

Pidamos al Señor un corazón alegre, un corazón lleno del gozo de Dios porque allí está la renovación de nuestras fuerzas. El corazón alegre constituye buen remedio, solamente un corazón confiado en El Señor puede estar alegre aún en medio de la adversidad.  La paz que sobrepasa todo entendimiento inunda el corazón y derrama una alegría inexplicable para el entendimiento humano pero posible para aquel que descansa en el amor de Dios.


Descansa hoy esa tristeza sobre El Señor y pide que llene tu corazón de gozo, Su paz y esa alegría te dará la fuerza para seguir adelante.


Señor te pedimos que examines nuestro corazón y nos muestres lo que hay en él, queremos entregarte toda tristeza, dolor, preocupación, angustia o depresión que podemos estar viviendo internamente y que lentamente va controlando nuestra vida.  Te pedimos un corazón alegre Señor y no un espíritu triste, queremos que en nuestro interior fluya la vida de Cristo y nunca permitas que la tristeza seque nuestros huesos, te entregamos nuestra vida, llena de gozo nuestro corazón y que tu alegría inunde todo nuestro ser. Amén!