2 Corintios 5:14-15
¿Vivimos para Cristo o vivimos para nosotros mismos? Hay una diferencia muy grande entre estas dos cosas, ya que podemos conocer de Dios y tener una vida en orden y sin pecado, pero no vivir para Cristo sino que la motivación de nuestro corazón es nuestro futuro, nuestras metas, lo que nosotros queremos, anhelamos y deseamos.
Cuando vivimos para Cristo la forma de ver la vida es muy diferente, ya que cuando vivimos para El lo primero que tenemos claro es que nuestra vida ya no nos pertenece, le pertenece a Dios y por esa razón todas las situaciones que vivimos diariamente como problemas, adversidades, tribulaciones, situaciones difíciles tienen un sentido y un propósito eterno.
La escritura dice que el amor de Cristo nos constriñe, el amor del Señor hacia nosotros nos debe convencer y llevar a pensar que ya no debemos vivir para nosotros mismos, sino para aquel que murió y resucitó por nosotros.
Pero cuánto amor hay en nosotros hacia Dios, es tan grande nuestro amor por Él que ese amor nos lleva a renunciar a nuestros propios deseos y anhelos para que pueda predominar Su voluntad y Sus planes para nuestra vida?
Dios lo ha dado todo por amor a nosotros, el no estaba obligado a venir, el vino por amor, a salvarnos, a traernos vida, a librarnos de la muerte eterna. Por amor Dios se entregó al completo, no dejó nada para si mismo, sino que todo lo dio sin reservarse nada. Ese es el amor que nos debe constreñir, que nos debe apretar el corazón y hacernos recapacitar que si El ha dado todo por nosotros, por qué nosotros no damos todo por El?
En una escala de 1 a 10 cómo está mi nivel de amor hacia Dios? Quizás rápidamente digamos mi nivel está en 11 porque yo verdaderamente amo a Dios!!! Pero debemos antes de responder preguntarnos... Vivo para Él, mi mayor alegría es El Señor? Mi corazón late, palpita, siente y vive por El? Es Dios lo primero para mi, antes que mis familia, mis planes, mis finanzas y mis posesiones y mi voluntad??
Hoy celebramos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo El Señor, reflexionemos en su muerte y en esa victoria que logró a través de Su sacrificio en la cruz, ese sacrificio que nos habla de Su amor para motivar nuestro corazón y vivir para Él, sin egoísmos, sin tibieza de corazón, vivir sin un pie en el mundo y otro en El Señor. Dios quiere que nuestro corazón se constriña por Su precioso y eterno amor y que ese amor por Él sea el motor que mueva nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra familia y todo lo que hacemos.
El ha dado todo por ti. ¿Estás dispuesto a darlo todo por Él?
Hoy Señor venimos ante ti para pedirte que tomes nuestro corazón y quites de el toda tibieza, todo doblez de vida, toda cosa que no nos permite amarte con todo y vivir solamente para ti. Quita de nosotros el corazón egoísta que solo piensa y vive para sí mismo. Señor que tus planes, tu voluntad y tus deseos sean lo primero para mi y que pueda vivir convencido de tu gran amor para que no me aparte de ti, para que no me salga de tu voluntad. Señor dame un corazón que renuncie a vivir para si mismo y que pueda aprender a vivir ti. Señor quiero darlo todo por amor a ti. Amén!
