jueves, 14 de noviembre de 2019

EL CONSUELO DE DIOS

"Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo."

Isaías 66:13


Una de las experiencias más bellas de la vida es sentir el abrazo, el consuelo y la seguridad que puede darte una madre. Para un bebe recién nacido es tan importante escuchar la voz de su madre, esa voz que durante 9 meses ha escuchado y que identifica como algo más que cercano y familiar, es su vida misma.  Un bebé llora y escucha la voz de su madre, enseguida se queda callado escuchando esa voz que le llena de consuelo y seguridad. Cuando un niño es pequeño camina independientemente, pero en el momento que ve el peligro, se tropieza y cae, se asusta o se pierde, lo primero que hace es llamar a su madre y qué consuelo siente al escuchar esa voz, esa mano que le toma para levantarlo, ese abrazo que le hace sentir otra vez seguro, esa voz que le dice no pasa nada, aquí estoy! 

La escritura dice que El Señor nos consolará como aquel a quien consuela su madre, dándonos ese amor incondicional, esa paciencia sin límite, esa protección, esa seguridad que nos devuelve la paz, el gozo  y la alegría al corazón.

El consuelo de Dios no es igual al consuelo de los hombres, porque los hombres damos un abrazo, decimos palabras bonitas y luego nos marchamos.

El consuelo de Dios viene cuando recuerdas lo que El ha hecho por ti y hasta dónde te ha traído. 

Sin marcharse se queda a tu lado para lo que haga falta...

¿Quieres hablar? Habla contigo, 

¿Quieres llorar? Te consuela, 

¿Quieres dormir? Vela tu sueño, 

¿Quieres reír? Te vuelve a dar motivos. 

El consuelo de Dios no es el de los hombres y gloria a Dios! por ese consuelo que nos levanta de lo profundo. Recibe el consuelo de Dios en cada área de tu vida en la lo necesites, nadie puede entenderte como El, Su amor es maravilloso!!!