"No tendrá temor de malas noticias;
Su corazón está firme, confiado en Jehová.
Asegurado está su corazón; no temerá"
Salmo 112:7-8
"Ya no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios, ya no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios", llevo varios días con esta preciosa canción dando vueltas en mi mente y meditando en cada palabra, porque no somos más esclavos del temor ni de nada, porque somos hijos de Dios, porque en Él está confiado nuestro corazón.
Las malas noticias son muchas veces la causa del temor que invade nuestro corazón, constantemente estamos viendo en los medios de comunicación noticias que desalientan, noticias que traen confusión, tristeza, impotencia y es muy doloroso ver un mundo tan lleno de maldad y sin esperanza. También las malas noticias pueden llegar por un comentario, una palabra que nos ofende, una situación inesperada que viene a conmocionar nuestro corazón. Pero lo más difícil es tener temor de malas noticias, sin siquiera haberlas recibido, es tener temor que algo malo pueda suceder, sin que haya sucedido, eso nos llena de angustia, de preocupación, quizás hasta de desesperación y todo por permitir que nuestro corazón se llene de un temor infundado, pero que no es real.
No podemos vivir esclavos del temor, no podemos vivir con temor de malas noticias, ya que el temor nos llena de miedo y paraliza nuestra fe y nuestra confianza en El Señor. El temor es un enemigo muy grande que siempre quiere hacerse presente en nuestra vida y robarnos sobre todo la paz y el gozo de Dios, ya que no siempre es basado en algo completamente real, y vivir en la sospecha o en la imaginación que algo malo puede pasar puede ser muy desgastante y dejarnos sin fuerzas.
La escritura dice en el Salmo 112 que el hombre que teme a Jehová y guarda sus mandamientos, no tiene temor de malas noticias, porque su corazón está firme, confiado y asegurado en Dios, por tanto nada le hará salir de esa protección sobrenatural que da el vivir bajo el temor del Señor y guardando sus mandamientos.
Un corazón firme, porque está estable, constante y no permite que nada le domine o le abata. Un corazón confiado, porque ha puesto y depositado su vida al cuidado de Dios y su esperanza está firme en Él. Un corazón asegurado, porque sabe que en Dios está protegido, resguardado, firme, sin peligro de caerse, romperse o destruirse. Esa es la forma en la que debemos vivir y salir de la esclavitud del temor para siempre!
¿Tienes temores? ¿Vives con temor de malas noticias, que son irreales o que no han sucedido? ¿A qué le temes? No podemos vivir esclavos del temor porque somos Sus hijos, somos sus escogidos y nada puede apartarnos de Él.
Señor que mi corazón hoy y siempre viva, firme, confiado y asegurado en ti, por tanto no soy mas esclavo de mis temores, no soy esclavo del temor de recibir malas noticias, confío y descanso, seguro está mi corazón en ti Señor, NO TEMERÉ!