viernes, 23 de enero de 2015

PODER Y FORMA EN EL TRABAJO


VIVIENDO POR PRINCIPIOS
APLICANDO EL PRINCIPIO DE PODER Y FORMA EN EL TRABAJO
Hoy vamos a hablar del principio de poder y forma aplicado al trabajo, esto no se aplica solo a las personas que tienen un jefe, un horario de 8 horas de trabajo, que cobran una nómina y son parte de una empresa, esto va mas allá, ya que trabajo es el esfuerzo que hacemos las personas en diferentes áreas, esto puede ser en una empresa, en una casa, en un ministerio cristiano, en la iglesia, en los estudios, un voluntariado, etc. El trabajo es un conjunto de actividades realizadas, un esfuerzo ya sea físico o mental con el objetivo de alcanzar una meta, una producción de bienes o cubrir nuestras necesidades.
Antes de ver cómo puedo aplicar el principio de poder y forma a mi trabajo es importante que podamos entender que el trabajo no es una maldición ni un castigo. De hecho la biblia habla de la vida de un pueblo trabajador por excelencia, el trabajo es un hacer creativo, Dios es un Dios trabajador y creativo, El mismo trabajó durante 6 días al hacer la creación, el primer mandato que Dios le da a Adan y Eva fue fructificar y multiplicarse, o sea fructificar, dar fruto, trabajar. Jesús habló varias veces acerca del trabajo, como podemos recordar en Juan 5:17 donde dice “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” Dios nos ha dado ejemplo y nos ha mostrado que debemos trabajar, el problema es que hay formas de trabajar y hacer las cosas que muchas veces no muestran completamente a Cristo en nosotros.
Por eso aplicar el principio de poder y forma en el trabajo se basa en que tengo el poder de Dios sobre mi vida, la fe para caminar cada día según su palabra, tengo las fuerzas para levantarme cada día, salir de casa o si permanezco en casa, empezar a hacer lo que tengo que hacer, Dios me da las fuerzas, el poder, Su espíritu vive en mí, pero también debo darle forma esa espiritualidad que hay en mí, no puede solo haber espiritualidad porque todo en este mundo tiene una forma… Y cómo lo voy a reflejar??? Pues haciendo mi trabajo de la mejor forma posible, cuando aplico el principio de poder y forma no solamente hablo de Jesús sino que me esfuerzo por ser cada día digno representante suyo en mi trabajo, en todo lo que hago se notará la excelencia de Dios en mi vida.
Hay una escritura que me impacta mucho en Santiago 4:17 y dice “Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace  le es pecado”, que quiere decir esto? Que debemos hacer lo que sabemos hacer bien hecho, nuestro trabajo, lo que nos hemos comprometido a hacer ya sea por un salario o por un compromiso de palabra, debemos hacerlo lo mejor posible, la forma que vamos a darle a lo que hacemos debe ser con nuestro mayor esfuerzo y dedicación y lo mejor hecho posible. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una capacidad creativa para hacer las cosas de forma especial y nuestro esfuerzo debe enfocarse en ello.
Para poder recordar lo que Dios nos dice acerca del trabajo y poder aplicar mejor este principio de poder y forma vamos ver 3 escrituras que hablan del trabajo y que podemos aplicar cada día en lo que hacemos, para mejorar la forma de nuestro trabajo debemos:
1.    SEAMOS DILIGENTES: Proverbios 18:9 “También el que es negligente en su TRABAJO Es hermano del hombre disipador.” . Proverbios 13:4 “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los DILIGENTES será prosperada”. La semana pasada hablamos que la DILIGENCIA es hacer las cosas con interés, esmero, rapidez y eficacia, pidamos al Señor que nos de DILIGENCIA en todo lo que hagamos, nuestro trabajo debe ser hecho con esmero, con interés, dice la palabra que cuando somos negligentes somos como hermanos del hombre “disipador” el hombre disipador quiere decir MALGASTADOR, cuando nosotros no somos diligentes la biblia nos compara a que estamos MALGASTANDO nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, nos compara también a que el alma perezoso desea pero nada alcanza, mas si somos diligentes seremos prosperados en todo lo que hacemos. No podemos solo desear tenemos que hacer.

2.    NO SEAMOS FLOJOS  Proverbios 24:10 dice “Si fueres flojo en el día de TRABAJO, Tu fuerza será reducida.” Si algún día queremos probar si este versículo es real, empecemos el día y a media mañana tumbémonos un rato en un sofá o en un lugar donde podamos descansar… verás claramente cómo te va a costar tremendamente ponerte en pie de nuevo y seguir haciendo todo de la misma manera, por qué? porque la biblia dice que si somos flojos cuando debemos trabajar nuestra fuerza es reducida, cuando paramos por flojera o por pereza, luego volver a comenzar es más difícil nuestra fuerza es menor que si hubiésemos seguido y no hubiésemos parado. No seamos flojos en nuestro trabajo, seamos como la hormiga que trabaja sin descanso y no tiene quien le mande y le dirija sino que se esfuerza y hace lo que tiene que hacer sin flojera.

3.    SEAMOS SOLICITOS Proverbios 22:29: “¿Has visto hombre solícito en su TRABAJO? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición” Qué significa ser SOLICITO? Una persona solícita es una persona espontánea, dispuesta a hacer las cosas, ser solícito es estar dispuesto a servir a otros, a no hacer las cosas sólo cuando nos las piden sino de manera espontánea, con iniciativa, es proactivo, este término “proactivo” se utiliza mucho en los cursos para personas que quieren ser altamente efectivas y es sencillamente actuar antes de… tener iniciativa y capacidad para anticiparse a posibles necesidades futuras, este tipo de persona dice la palabra de Dios que estará delante de reyes, que simboliza que agradará a sus autoridades será considerado una persona especial, será una persona bendecida en su trabajo y no estará con los de baja condición.

4.    TRABAJAR COMO PARA EL SEÑOR: Por último el libro de Colosenses 3:23 nos dice “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;  sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” La palabra dice Y TODO LO QUE HAGAIS, se refiere a TODO, todo lo que hacemos debemos hacerlo como para El Señor, con amor, dedicación y excelencia, pensemos por un momento si lo que estoy haciendo ahora mismo lo hiciera para EL Señor se agradaría de mi o no le agradaría tanto???

Cuando aplicamos el principio de poder y forma a nuestro trabajo veremos como la mano y su respaldo nos bendice y ayuda, usamos el poder que Dios nos da para trabajar y esforzarnos, la fe para creer que lo podemos lograr y le damos la forma a través de hacer un trabajo bien hecho, con excelencia, diligencia, solicitud y como para El Señor.


Frase final: “Ora como si todo dependiera de Dios, trabaja como si todo dependiera de ti…” Nunca mejor dicho!