jueves, 30 de noviembre de 2017

DESECHA EL ENOJO




"Deja la ira, y desecha el enojo; 
No te excites en manera alguna a hacer lo malo."
Salmo 37:8


La palabra de Dios nos dice que dejemos la ira y desechemos el enojo ya que este sentimiento no puede ser parte de nuestra personalidad y tampoco puede formar parte de nuestro diario vivir porque viviremos amargados y apocados por él y también amargaremos la vida de los que están a nuestro lado.

Te enojas fácilmente? El Enojo en sí es un sentimiento que una persona experimenta cuando se siente contrariada o perjudicada por otra o por una cosa, este sentimiento puede variar según la intensidad ya que puede cambiar desde una irritación leve hasta una furia intensa que puede tomar el control total de nuestras acciones y sentimientos.

El enojo es una debilidad de nuestra alma, en la que podemos caer presos y volvernos esclavos, lo manifestamos a través de la irá en dos maneras, la primera es una explosión arrebatada en la que podemos tener un arrebato e inflamarnos repentinamente, pero también al mismo tiempo apagarse pronto. Y la segunda es una condición de enojo continuado permanente en la mente y corazón de una persona que puede llevarle a ensañarse, maquinar, buscar venganza. Es menos explosivo, pero más peligroso. En cualquiera de las dos formas de enojo es malo y la única forma de poderlo controlar es orando al Señor para que nos de AUTOGOBIERNO o DOMINIO PROPIO.

Una persona que tiene a Cristo en su corazón no puede permitir que el enojo forme parte de su diario vivir y que viva en su corazón permanentemente porque al final acabará destruyéndole. Cuántos casos vemos a nuestro alrededor de familias destruidas, vidas truncadas, personas solitarias o en depresiones, donde muchas veces todo ha comenzado con un sencillo enojo en el corazón, pero al no sanarlo y tomar control de él, minando una vida al completo y terminando con ella, alejando personas, cerrando puertas.

Los próximos días veremos algunos consejos que la palabra de Dios nos da para poder luchar contra este sentimiento, conocer lo que puede llevar a provocar en nuestros corazones si le vamos dejando poco a poco reinar y tomar el control, y lo que la palabra nos dice para tener la victoria en esta área tan importante de nuestras vidas.

Señor te pedimos que tomes el control de nosotros, queremos entregarte esta área de nuestro corazón, el enojo no puede reinar en un corazón que te ama y te alaba, quita de nosotros el enfado, la insatisfacción constante, la sensibilidad y debilidad, nadie puede controlar nuestras emociones si las sujetamos a tu Espíritu Santo, por eso te pedimos que en este tiempo nos muestres áreas de nuestra vida en las que el enojo puede tomar el control y estar alertas, tomar el control de nosotros Señor, nosotros queremos dejar y desechar el enojo de nosotros, Amén!