jueves, 21 de marzo de 2019

TODO ME LO HAS DADO TU!

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres... vanagloriosos" 2 Timoeo 3:2

Vanagloriarse es una expresión de orgullo exagerada, es la superioridad que se tiene sobre los demás y el sentirse más que otros, considerando a todos como inferiores y ocupando un lugar que no nos corresponde.

La palabra de Dios dice que en postreros días vendrán tiempos peligrosos porque habrán hombres vanagloriosos, personas con tanto orgullo y superioridad sobre otros, personas que tendrán presunción y vanagloria de sus logros, porque según sus pensamientos "no hay nadie como ellos".

En el libro de Jeremías 9:23-24 nos da una perfecta descripción para desechar la vanagloria "No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco —declara el Señor.

Nadie puede vanagloriarse de si mismo, de sus logros, de sus capacidades, de su fuerza, de su inteligencia, de sus bienes materiales, de su belleza, de su atractivo o de lo bien que hace las cosas, porque todo nos lo ha dado El Señor, todos son regalos, nada es nuestro. Pero dice la palabra que si podemos gloriarnos de entender y conocer al Señor.  EL se complace cuando sus hijos le entienden, hacen Su voluntad, caminan por sus caminos, andan en sus veredas y no se apartan ni a derecha ni a izquierda. EL Señor se complace cuando le conocemos, cuando estamos cerca de Él y escuchamos su voz, en esto si que podemos gloriarnos porque no hay mayor gloria que amar a Dios, poner por obra sus mandamientos y hacer su voluntad. Eso es el todo!

Para qué vamos a vanagloriarnos de las cosas que un día hicimos, de los tiempos pasados que fueron mejores, de glorias que ya fueron o de cosas que hemos logrado, si todo los no ha dado El Señor? Esforcémonos cada día por entender lo que Dios quiere decirnos, cuáles son sus planes, su voluntad y sus deseos para nosotros; no perdamos el tiempo creyendo que merecemos todo y que nuestros logros son propios, porque todo viene de la mano de Dios.

Desechemos la vanagloria de nuestro corazón y busquemos el ser hijos entendidos, obedientes y humildes, que reconocen en todo momento y en todo lugar que la gloria solo le pertenece al DIOS!

Señor desecho de mi corazón la vanagloria y te pido un corazón entendido, humilde y obediente a ti, te agradezco por todo lo que me has dado, mis talentos, mis capacidades, mis ideas, mis dones, no me glorío de nada, reconozco Señor que todo me lo has dado tu!  Y sólo para ti es la Gloria! Amén!