"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias"
Colosenses 4:2
Voy a orar! tengo que orar! Debo orar más! muchas de estas afirmaciones las decimos pensando en algo que "debemos o tenemos" que hacer. Quizás para muchos de nosotros el orar es un tiempo de deleite, de bendición, de paz, algo que no podemos dejar de hacer nunca. Quizás para otras personas el orar sea una obligación forzada, a lo que recurrimos cuando estamos en medio de una tribulación o angustia, pero el orar va más allá de lo que nuestra mente humana y limitada puede comprender e imaginar.
El gran teólogo estadounidense Jonathan Edwards dijo "La oración es una expresión tan natural de fe, como la respiración es a la vida". Siente por un momento los latidos de tu corazón y tu respiración, si contienes el aire después de pocos segundos sientes que se te va la vida, de esta misma manera debe manifestarse en nosotros el deseo estar en comunión con El Señor, si nos alejamos de El más de unos segundos, sentimos que se nos va la vida, no podemos dejarle porque lo perdemos todo.
El amor debe ser siempre de dos vías, debemos hablar al Señor y esperar pacientemente su dulce voz, su paz, sus respuestas quizás no sean inmediatas pero después de cada tiempo de oración nuestras vidas no vuelven a ser las mismas. La palabra de Dios dice en Colosenses "PERSEVERAD EN LA ORACIÓN"
Perseverar es igual a ser constantes, firmes, persistentes, algo que no se interrumpe ni se deja de hacer.
Perseverar en la oración es mantenernos en comunicación continua con El Señor, al despertar, mientras hacemos nuestras primeras actividades del día, por la calle al caminar, al conducir, en el trabajo, mientras vamos de un lugar a otro, para comer, cuando estamos solos, en todo momento, Dios está allí esperando por ti, el nunca está fuera de cobertura, nunca está sin linea, sin saldo, sin señal, siempre, siempre, siempre El está dispuesto a escucharte y hablar contigo. No pierdas la oportunidad!!!
ORACIÓN: Gracias Señor por poder con plena confianza a hablar contigo, a expresarte lo que hay en nuestro corazón, tu lo conoces todo y lo sabes de todo de nosotros, pero disfrutas los tiempos de comunión, de relación con tus hijos, tiempos en los que podemos decirte tantas cosas y también tu puedes confortarnos, consolarnos, darnos gozo, paz, nuevas fuerzas. Gracias Señor porque podemos venir a ti sin restricciones, sin horarios, sin límites, que en nosotros Señor sea tan importante orar como para nuestra vida es respirar. Amén!
