" Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Filipenses 4:6-7
Existe una edad en los niños llamada la edad de los ¿por qués? Más o menos hacia los tres o cuatro años, nuestros pequeños empiezan a preguntar por todas las cosas -Mamá ¿Por qué el cielo es azul? - Mamá ¿Por qué tengo que comer? ¿Por qué tengo que dormir? ¿Por qué usamos ropa? Y así una cantidad de preguntas y todo esto es porque el niño está empezando a conocer y organizar su mundo y necesita comprender las cosas con tantas preguntas, también, según los psicólogos quiere sentirse importante y tener un tema de conversación con su madre o con un adulto.
Todos hemos pasado por esta etapa cuando fuimos pequeños, pero también durante nuestra edad adulta pasamos por tiempos en los que tenemos muchos por qués, muchas preguntas sin responder y dudas que surgen sobre todo cuando llegan los tiempos de aflicción.
Y es que lo más difícil durante los tiempos de aflicción es el llegar a tener un claro entendimiento del por qué de la situación que estamos viviendo, quisiéramos entender con toda claridad el tiempo por el que pasamos, quisiéramos tener todas las respuestas en orden y bien colocadas para que nuestra mente tenga razones para poder explicar lo que nos ocurre.
El problema es que casi siempre que vivimos una aflicción, un problema, una situación difícil y adversa, no tenemos ninguna respuesta, ninguna razón y no hay nada que nos explique por qué Dios permite todas las cosas que nos suceden, por esa razón entramos en afán, preocupación, tristeza, desolación, desconsuelo y hasta desesperación.
Es en esos momentos donde la palabra dice: "Por nada esteis afanosos, presenta al Señor tu petición con acción de gracias y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará tu corazón y tus pensamientos en Dios."
EL Señor sabe que durante las aflicciones tenemos muchas preguntas, por esa razón habla de dar gracias y en la medida que damos gracias Su paz sobrepasará el entendimiento humano, es ilógico dar gracias por vivir una aflicción, pero cuando damos gracias podemos ver las cosas de forma sobrenatural y no natural, con El Señor en nuestro corazón si lo podemos hacer y eso hará que Su paz sobrepase nuestro entendimiento, sobrepasar es avanzar más allá del límite que existe, la paz de Dios sobrepasa nuestra forma de entender las cosas, sobrepasa nuestra forma humana de recibir las situaciones y es en esa paz que nuestros pensamientos y corazones son guardados por El Señor para que no caigamos en la desesperación.
¿Cómo podemos tener paz en medio de nuestras aflicciones? ¿Cómo podemos tener paz en nuestra mente y corazón cuando nuestro entendimiento no llega a comprender todo lo que nos está pasando? Lo lograremos solamente presentando nuestras peticiones al Señor quién es el único que puede resolverlas, siempre con acción de gracias, dando gracias a Él por todas esas cosas que nos pasan y que no comprendemos, por todas esas cosas que sufrimos y no sabemos la razón, el dar gracias a Dios por todo, abre una ventana celestial para que nuestros ojos vean las cosas como Dios las ve y no como nosotros las veríamos sin Su ayuda.
Comienza a dar gracias al Señor por cada cosa que te acontece, da gracias al Señor en medio de la aflicción, Su paz guardará tu corazón y tus pensamientos en Él y te ayudará a esperar la solución y las respuestas que tu corazón tanto anhela.
Comienza a dar gracias al Señor por cada cosa que te acontece, da gracias al Señor en medio de la aflicción, Su paz guardará tu corazón y tus pensamientos en Él y te ayudará a esperar la solución y las respuestas que tu corazón tanto anhela.
Señor lléname gracias por cada cosa que permites en mi vida, no quiero cuestionarte o interrogarte, solo darte gracias porque tu sabes lo que haces, llena mi corazón de tu paz y transforma mi entendimiento en medio de la aflicción!