jueves, 7 de julio de 2022

¡Qué bueno es el Señor!

Y es que Dios es tan bueno! ¡Tan maravilloso! ¡Tan sorprendente! ¡Tan lleno de amor!

¡Qué bueno es el Señor! Que siempre está velando por nosotros, que cuenta nuestros cabellos, que inclina su oído, que extiende Su mano y siempre nos levanta.
¡Qué bueno es el Señor! Que todo puede, liberta al cautivo, da vista a los ciegos, llena de alegría el corazón oprimido, sustenta y es más que suficiente.
¡Qué bueno es el Señor! Que nos guarda del mal, que nos cubre con sus alas, que rodea con su misericordia y que actúa siempre a nuestro favor.
¡Qué bueno es el Señor! Que no se le escapa ni un solo de nuestros pensamientos, que conoce cada una de nuestras palabras, aún antes de estar en nuestra boca.
¡Qué bueno es el Señor! Que nos da regalos inesperados, que nos guía a hacer cosas inexplicables, para entregarnos sorpresas inigualables.
¡Qué bueno es el Señor! Que está tan presente en cada detalle, en cada movimiento, en cada lugar que pisan nuestros pies y que nunca está ausente, que nos ama con amor eterno.
¡Qué bueno es el Señor! Hoy recordé esta frase que siempre decía mi esposo cuando compartía la palabra y mi corazón se llena de gozo y alegría, porque sé con toda certeza que es verdad.
¡Qué bueno es el Señor, qué bueno es, qué bueno es!

“Gustad, y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él.” Salmo 34:8