lunes, 7 de marzo de 2016

VIVIENDO POR CONVICCIÓN


"Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido"

Romanos 4:20-21


Tal vez alguna vez hemos escuchado la frase “tener convicciones firmes” o “vivir por convicciones y no por emociones”, es muy importante para todo aquel que es seguidor de Cristo, conocer bien cuáles son sus convicciones y por qué es importante tenerlas.

Pero qué es una convicción? La palabra “convicción” significa: Convencimiento, es tener creencias firmes y estar plenamente convencido de algo. Cuando creemos firmemente en algo, no dudamos, sino por el conocimiento o la experiencia que tenemos sabemos que algo es verdadero.

Todos sabemos que el fuego quema nuestra piel, por lo tanto, no vamos a exponer nuestras manos o nuestro cuerpo a una llama ardiente, porque estamos convencidos, ya sea por el conocimiento que tenemos o la experiencia que hayamos vivido, que el fuego causa dolor y heridas en la piel, entonces estamos convencidos que no debemos hacerlo; eso es una convicción, una creencia firme, que no vamos a abandonar tan fácilmente. Un cristiano que no tiene convicciones será fácilmente preso del engaño o llevado por todo viento que sople cerca de él, porque no tiene nada sólido. La palabra de Dios nos dice en Santiago 1:6 “porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”. 

La escritura anterior dice que "no dudo por incredulidad... sino que estaba plenamente convencido que Dios es poderoso para hacer lo había prometido". Lo contrario a la convicción es la incredulidad, la duda, la indecisión, la inseguridad. Cuando NO tenemos convicciones lo que nos digan será valedero y rápidamente nos convencerán o nos mostrarán otro camino al verdadero, iremos de un lado a otro, fluctuando entre una vida santa y una vida de pecado o bien llevando un cristianismo “light” por así decirlo un cristianismo ligero, diseñado a mi conveniencia y no alineado a lo que Dios ha diseñado. Cuando no tenemos convicciones rápidamente podemos llamar a lo malo bueno y lo bueno verlo como algo pasado de moda o demasiado radical.

Las convicciones se basan en la fe, aquello que no vemos, pero que estamos convencidos que es real, que es verdadero y por eso lo aplicamos a nuestra vida, en nuestra casa, en nuestra familia, trabajo, ministerio y todo lo que tiene que ver con nosotros. En los próximos días estaremos hablando de cuáles deben ser nuestras convicciones como cristianos para que no seamos llevados por otros vientos o tengamos inseguridad en el corazón, para que podamos proyectar nuestras convicciones a nuestra familia, a nuestros hijos, hermanos y amigos.

Pidamos al Señor que quite de nosotros la incredulidad y la duda, que vivamos plenamente convencidos que El es poderoso para hacer todo aquello que nos ha prometido.

ORACIÓN: Dios gracias por tu palabra que alumbra nuestro camino, que nos hace caminar en fe y no por lo que ven nuestros ojos, queremos Señor tener convicciones firmes, echamos fuera de nuestra vida la incredulidad, la falta de fe, la duda y la inseguridad, creemos en ti Señor y queremos vivir plenamente convencidos que tu poder es sobre todas las cosas, danos un corazón dispuesto a vivir por convicciones y no por emociones, no por deseos o sueños, sino con la certeza en el corazón de saber en quién hemos creído que tu eres poderoso para hacer todo lo que has prometido. Amén!