miércoles, 13 de abril de 2016

MALAS CONVERSACIONES CORROMPEN


“No erréis; las malas conversaciones 
corrompen las buenas costumbres”

1 Corintios 15:33

EVITEMOS PERDER LO BUENO QUE TENEMOS...


La escritura dice que así como podemos tener malas costumbres, también podemos tener o ir adquiriendo buenas costumbres o hábitos que se pueden corromper.

Corromper es echar a perder algo bueno, destruir, dañar deformar… este pasaje dice las "malas conversaciones", otra versión bíblica dice "las malas compañías", para poder agradar al Señor y tener buenos hábitos o costumbres debemos cuidar que éstas no se corrompan, vigilando y siendo diligentes, pensando con quién hablamos, de qué hablamos, qué sale y entra a nuestro corazón.

Podemos haber adquirido buenas costumbres y  tener buenos hábitos, pero al tener una relación o una amistad cercana con personas que no honran a Dios, poco a poco se puede corromper lo bueno que hay en nosotros. En una amistad hablamos, compartimos, hacemos vida con personas que pueden echar a perder ésos buenos hábitos que hemos aprendido, debemos cuidar lo que hablamos y con quién compartimos, porque aunque nos cueste admitirlo hay un refrán popular que dice “ LO MALO SE PEGA”. No será de la noche a la mañana pero sutilmente iremos llamando a lo malo bueno y lo bueno malo, recordemos que en Mateo 12:35 dice “El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo de su maldad saca el mal” 

Así que cuidemos nuestras compañías y amistades para no perder aquello bueno que ya tenemos en nosotros, que nuestras conversaciones sean agradables al Señor, conversaciones de vida y no de muerte, conversaciones que sean para mutua edificación, para ayuda, consuelo, esperanza y fe. No permitas que una mala amistad o compañía corrompa poco a poco lo que Dios va edificando en ti.

ORACIÓN: Señor Jesús gracias por tu palabra que alumbra nuestro camino y nos avisa y alerta el mal que puede venir a nosotros, hoy oramos Señor por nuestras amistades y por las conversaciones que tenemos día a día, Señor no permitas que nada corrompa el fruto de tu espíritu en nosotros, que podamos huir y apartarnos de todo aquello que puede traer mal a nuestra vida y poco a poco ir destruyendo tu obra en nosotros, que las buenas costumbres que hay en nosotros no sean corrompidas por ninguna conversación, por ninguna compañía o amistad que no sean de ti. No queremos Señor llamar a lo malo bueno, queremos siempre vivir de acuerdo a tus principios y conforme a tu palabra. Amén!