martes, 1 de agosto de 2017

TU SANAS MI CORAZÓN!


"y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador."
Exodo 15:26

El pueblo de Israel había cruzado el mar Rojo y partieron hacia el desierto donde estuvieron caminando durante 3 días sin encontrar agua y llegaron a Mara un lugar donde las  aguas eran amargas y no podían beberlas. El pueblo de Israel comenzó a murmurar contra Moises y él clamó al Señor y le mostró un árbol que al ponerlo sobre las aguas, éstas se endulzaron y el pueblo pudo beber de ellas. Había probado sus corazones y les declaró que si escuchaban al Señor, hacían lo recto delante de Sus ojos y cumplían sus mandamientos y estatutos, ninguna enfermedad de las que habían visto en Egipto la enviaría a ellos porque El es Jehova Rafa, tu sanador.

En el libro de Éxodo es donde aparece la primera vez el nombre de Dios como Jehova Rafa, Jehova tu sanador.  El cambió lo amargo a dulce, el conocía el cansancio que el pueblo de Israel traían por el desierto, durante 3 días bajo el calor abrazador y la sequedad de desierto caminando era devastador sin probar una gota de agua, era urgente una solución o el pueblo moriría, pero al llegar al lugar donde había agua era imposible beberla porque era amarga, lo que significaba más dolor, desesperación y angustia para el pueblo, pero allí se levantaba en medio de ellos esa promesa YO SOY TU SANADOR.

Dios es quien puede cambiar nuestra amargura y dolor, en dulzura y sanidad, El es el único que puede devolvernos las fuerzas, las ganas de vivir, quitar cualquier dolor que tenga nuestro cuerpo porque Él nos ha creado y Él sabe como curarlo. Lo único que El Señor pide es: que escuchemos su voz, que hagamos lo recto delante de sus ojos y que cumplamos su palabra y la hagamos viva en nosotros!

Jehová Rafa, quien puede cambiar nuestras aguas amargas en aguas dulces, El no solamente es nuestro sanador para nuestro cuerpo sino también El puede sanar nuestra alma, llevándose consigo las heridas que nuestro corazón tiene. El Señor puede traer sanidad para el dolor de los malos recuerdos, de las malas experiencias, el dolor de las frustraciones y fracasos, de la traición y el rechazo. El puede sanar todas aquellas cosas que nunca hemos podido cambiar y que duelen en nuestra alma, El puede quitar el dolor de un corazón herido y lastimado, El venda las heridas, trae sanidad, restaura, levanta y devuelve la sonrisa a nuestro rostro a través de su sanidad.

Jehová Rafa eres mi sanador, tu cambias mi dolor en alegría, mi tristeza en gozo, mis lágrimas en sonrisas, tu sanas mi cuerpo y mi alma, sanas mi corazón y mi mente. Tu ere mi restaurador, mi Señor, mi sanador, mi Jehová Rafa!