"Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza."
Salmo 3:3
En las películas de épocas antiguas en las que se ven grandes batallas y guerreros podemos observar como el escudo era parte importante para poder luchas y defenderse de sus enemigos, generalmente el escudo servía para defensa y ataque, habían varios tipos de escudos, entre ellos el escudo grande o escudo puerta donde el cuerpo quedaba completamente cubierto y la cabeza debía bajarse para que los dardos del enemigo no hicieran dado.
Sin embargo el salmo 3 habla del Señor como un escudo alrededor nuestro, el que nos da la victoria y levanta nuestra cabeza, cuando Dios es nuestro escudo nuestros enemigos pueden venir a atacarnos pero el nos rodea, nos protege, nos defiende y permite que vivamos oprimidos, escondidos, solo defendiéndonos del enemigo, bajo el escudo defensor, sino que nos levanta, nos saca de la humillación en la que el enemigo quiere que vivamos y nos da la victoria.
Estamos comenzando un nuevo año en el que Dios quiere ser nuestro escudo, un escudo que nos cubra rodeándonos, un escudo que no permite que seamos lastimados y que suframos daño, un escudo que nos da la victoria y permite que levantemos nuestra cabeza.
El Señor quiere levantar tu cabeza y sacarte de toda opresión en la que hasta hoy has vivido, el quiere levantar nuestras cabezas para brillar en donde Dios nos ha puesto, para que enfrentemos la vida con entereza, con valor y con fe, nunca con temor, escondidos, oprimidos y ocultos.
Señor se tu mi escudo, mi protector, mi defensor, mi gloria, el que levanta mi cabeza, el me saca del escondite y me pone en lugar alto, tu eres mi Dios, levanta mi cabeza, lléname de fe, en ti tengo la victoria!
